Reducir la factura de la luz

El coste del suministro eléctrico se ha convertido en una de las pesadillas más comunes en demasiados hogares españoles. Con los fuertes aumentos de precios en los últimos años, lo de reducir la factura de la luz se ha convertido en la prioridad de muchas personas. Tanto en invierno por parte de quienes utilizan estufas eléctricas como en verano, donde el consumo se dispara con los equipos de aire acondicionado.

Para poder recortar el gasto eléctrico no es necesario dejar de utilizar los electrodomésticos de los que disfrutamos ni tampoco tener que pasar frío o calor. En realidad, se puede bajar el consumo eléctrico simplemente con unos cuantos ajustes en casa. Y también tratando de economizar mediante el uso de la eficiencia energética en ventilación.

Un claro ejemplo es el de evitar el uso indiscriminado del aparato de aire acondicionado. Hace unas décadas, era habitual poner estos equipos a toda máquina en oficinas y en hogares. Hoy en día, sabemos que ajustarlos a una velocidad de ventilación menor y a un nivel de temperatura más razonable ya supone un ahorro. Para no perder en confort, hay que tener en cuenta todo ello.

Antes de eso, no obstante, hay varios aspectos que podemos mirar y tener en cuenta para reducir la factura de la luz con relativa sencillez y sin que perdamos confort:

  1. Revisa cuánta potencia eléctrica tienes en tu contrato. Mucha gente contrata un volumen de potencia de manera automática, sin mirar si su uso habitual necesita tener contratado un ancho de banda grande. Cada tramo de potencia encarece muchísimo la factura, conviene contar nuestras necesidades y disminuir la potencia en caso de ser así. Muchos hogares están preparados para que el lavavajillas, el horno, la lavadora, el calentador y las estufas estén trabajando todas al mismo tiempo a todas horas. Y en muchos casos no es necesario. Reducir potencia se nota gratamente en el recibo de la luz.
  2. Controla los horarios de consumo más caro. Muchos usuarios desconocen que hay horarios en los que la electricidad es más barata o más cara. Normalmente, de 18 a 22 suele ser el pico más caro, habiendo también otro en la mañana o a mediodía. Revisa con tu compañía cuándo es más caro y trata de usar los electrodomésticos de gran gasto energético solo en horario económico.
  3. Racionalizar el uso de los electrodomésticos puede ser de gran ayuda. No tener la nevera abierta de forma innecesaria, no usar la lavadora si casi no hay ropa a lavar o esquivar el uso del horno son algunos ejemplos. En el caso del horno, los hay de tamaño pequeño que son muchísimo más económicos. El lavavajillas, en cambio, se adapta al volumen de carga y puede usarse con mayor asiduidad.
  4. Sustituye las bombillas tradicionales por otras que sean LED. Y utiliza colores claros para pintar tus paredes, de esa forma requieren de menor luz artificial.
  5. Pon el aire acondicionado en verano como mínimo a 26 grados y asume un poco de frío en invierno. Muchas veces, estamos acostumbrados a unos niveles de refrigeración o de calor que son poco naturales y, si bien parece difícil desprenderse de dichos hábitos, cuesta poco. No es normal  tener frío en verano y estar acalorado en invierno.

 

¿Cómo reducir la factura de la luz con ventilación?

 

aire acondicionado factura de la luz

Para bajar el consumo eléctrico, nada mejor que la eficiencia energética en ventilación. Más allá de minimizar el uso de los aparatos de aire acondicionado, lo interesante es instalar ventiladores de techo. Porque consumen menos energía, alrededor del 10% del total que usa un aparato de aire acondicionado.

Antes de instalar un ventilador de techo, puedes probar de usar tu aire acondicionado sin la opción de enfriar, solo a modo de ventilador. En estos casos, no solo está el beneficio de enfriar directamente gracias al chorro de aire, sino que hacen que circule el aire y no se formen zonas de calor.

Además de ello, también tenemos la opción de buscar una eficiencia energética en la combinación de ventanas y persianas. Dejar que corra el aire es bueno, pero cuando en el exterior es muy cálido tampoco aporta mucho. Igualmente, el uso de persianas puede evitar la entrada de sol en verano y provocar un calentamiento debido a ello.

Después, para reducir la factura de la luz sin renunciar al confort tenemos sistemas de construcción que nos ayudan a ello. Una cubierta ventilada o paredes con cámaras de aire pueden ser vitales para que la ventilación natural enfríe las estancias en verano. También existe la ventilación cruzada para que no se acumule aire cálido. Y todo ello sin renunciar al bienestar, pero ahorrando.