pozo canadiense

El pozo canadiense o provenzal se basa en el principio físico que rige la variación de temperatura a medida que descendemos adentrándonos en el terreno. Sucede que a una profundidad aproximada de 2 metros, la temperatura se mantiene estable, es decir no se ve afectada por las condiciones climatológicas de la superficie, de manera que la temperatura del terreno se corresponde con la temperatura media del lugar. Si esta temperatura media es agradable, tiene sentido conectar una vivienda con el terreno donde se asienta con el fin de climatizarla.

 

Pozo Canadiense

Por tanto el pozo canadiense utiliza la inercia térmica del terreno para refrescar el aire que entra en la vivienda en verano y calentarlo en invierno. Para ello se combina un sistema de ventilación mecánica de doble flujo con recuperación de calor. El sistema se compone de una toma de aire exterior de acero que dispone de rejilla y filtro de aire, conductos enterrados de polietileno, un registro con tapa estanca, y accesorios de puesta en marcha. El sistema se completa con un control automático formado por dos termostatos, pasamuros para la entrada estanca dentro de la vivienda, y una unidad motorizada que selecciona el origen del aire de renovación. Cuando la temperatura alcanza los 25 ºC, sólo entrará el aire que pasa por el pozo canadiense. Entre 5ºC y 25ºC el aire entra por la toma de aire mural, aunque también circula un caudal mínimo por el conducto enterrado, evitando que el aire se estanque.

 

Aspectos técnicos del diseño

Tipos de suelo

La conductividad térmica del suelo, es un factor importante a la hora de diseñar un pozo provenzal. Desde este punto de vista los suelos húmedos son preferibles a los secos debido a su mejor conductividad térmica. Tanto los suelos arenosos como las turbas deben evitarse, y en el caso de instalarse el pozo en este tipo de suelo se deberán rodear los conductos con arcilla compactada para asegurar un correcto contacto térmico entre los tubos y el terreno.

Profundidad

A medida que aumenta la profundidad aumenta también el rendimiento de la instalación. Como valores típicos pueden considerarse profundidades entre los 1.5 y 3 metros. En el caso de que el sistema deba funcionar durante un número importante de horas la profundidad mínima recomendada es de 3 metros.

Tipo de material de los conductos

Para los conductos se suelen emplear diversos tipos de plásticos cómo el PVC, el polipropileno, el hormigón pretensado, cerámica o acero galvanizado. El material debe ser resistente al aplastamiento dado que va a ser enterrado. En general los tubos corrugados presentan una mayor resistencia estructural pero también una mayor posibilidad de encharcamiento del agua de condensación.

Mantenimiento

Los intercambiadores térmicos deben estar equipados con filtros que impidan la entrada de partículas a la zona climatizada. Los filtros deberán cambiarse periódicamente. El control de las bocas interiores debe hacerse al mismo tiempo que el de las exteriores. En ambos casos es aconsejable una limpieza cada quince días. Para el mantenimiento a largo plazo debe considerarse que la vida útil de los ventiladores impulsores se suele situar entre los 15 y los 20 años.

 

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