Mejorar la calidad del aire debe ser una prioridad a la hora de reformar la vivienda. Aquí explicamos por qué

Cómo rehabilitar la vivienda es un proceso por el que muchos pasamos en algún momento. Sin embargo, no hay que tomarlo como algo tedioso, sino como una oportunidad de mejorar nuestro nivel de confort y de calidad de vida. En este sentido, acondicionar la casa para garantizar la calidad del aire debe ser uno de nuestros principales objetivos. A continuación, mostraremos una serie de claves que resultarán muy útiles para lograrlo.

¿Cómo y por qué se contamina el aire de casa?

No importa si hablamos de una vivienda de obra nueva o de una casa antigua. El aire presente en el ambiente se contamina por una gran variedad de factores:

  • Dióxido de carbono. Las personas y animales que habitan el inmueble lo liberan al respirar. Esto reduce el nivel de oxígeno presente en el ambiente.
  • Compuestos orgánicos y formaldehídos. Liberados, habitualmente, por los materiales de construcción utilizados. Las pinturas, barnices y resinas son los principales responsables.
  • Radón. Penetra en el hogar a través del subsuelo. En grandes concentraciones, es cancerígeno.
  • Monóxido de carbono. Un gas derivado de la combustión generada por algunos tipos de estufas y por las calderas de gas. Provoca dificultad para respirar y es potencialmente mortal en grandes concentraciones.

A todo esto hay que sumar los ácaros del polvo, que son responsables de innumerables alergias. Además, quienes viven en grandes ciudades sufren las consecuencias del polen y de las emisiones de los vehículos de combustión. Tampoco nos podemos olvidar de las partículas de virus y microorganismos que viajan por el aire. El mejor ejemplo es el SARS-CoV-2, que causó una pandemia que sigue dando coletazos a nivel global.

Claves para rehabilitar una vivienda y mejorar la calidad del aire

En la mayoría de los casos, la prioridad es la ventilación natural. Por ello, la casa ha de estar diseñada de modo que se favorezca la generación de corrientes de aire. Aunque el aire exterior esté contaminado, el porcentaje de partículas nocivas, por lo general, será muy inferior al del interior.

Sin embargo, aunque la ventilación natural es el sistema más efectivo y económico, no siempre resulta el más eficiente. Un claro ejemplo son las viviendas ubicadas en lugares en los que los inviernos son muy fríos y los veranos muy cálidos. En estos contextos, abrir las ventanas supondrá la pérdida del aire calentado o refrigerado.

¿La solución? Prever en las obras de rehabilitación de la vivienda un sistema de ventilación mecánica de doble flujo. De esta manera, podremos extraer el aire viciado del interior y sustituirlo por aire renovado procedente del exterior. Además, el uso de intercambiadores de calor permite conservar el 80 % de la temperatura, por lo que el incremento en el gasto en climatización es mínimo.

Estos sistemas también están preparados para mejorar la calidad del aire interior. Para ello, albergan en su interior filtros HEPA, UV y de carbón activo capaces de retener las partículas contaminantes y responsables de las alergias. Su efectividad está cerca del 100 %.

Además, invertir en cerramientos y en materiales de construcción de calidad es siempre una buena idea. De hecho, conviene apostar por aquellos que son más respetuosos con el medioambiente. De este modo, se traducirá en una menor liberación de agentes nocivos al aire del interior de la casa.

En definitiva, la ventilación natural para mejorar la calidad del aire debe ser la prioridad a la hora de rehabilitar nuestra vivienda. No obstante, si queremos disfrutar de un ambiente puro y saludable, por sí sola no es suficiente en muchos casos. Por este motivo, es necesario que las obras de la reforma tengan prevista la instalación de un sistema de ventilación forzada que garantice la eliminación de impurezas, sin que esto conlleve un incremento notable en el gasto energético.