Hay un gran número de factores que pueden afectar a la calidad del aire dentro de nuestro hogar. Es el caso, por ejemplo, del moho, del polen o del humo del tabaco. Por ello, siempre es conveniente controlar estos elementos con el propósito de evitar afecciones respiratorias y episodios alérgicos. Pero ¿cómo hacerlo empleando las nuevas tecnologías?

Monitorizar la calidad del aire

La calidad del aire en el interior de las viviendas es un indicador muy importante tanto en términos de confort como de salubridad. Los elementos que más impacto tienen en este sentido son:

  • Productos químicos de limpieza. Se trata de la principal fuente de contaminación por compuestos orgánicos volátiles y semivolátiles.
  • Sistemas de calefacción y refrigeración. Generan partículas en suspensión en forma de gases y microorganismos, sobre todo si no llevamos a cabo un adecuado mantenimiento.
  • Humo del tabaco. Es el principal responsable de la presencia de monóxido de carbono en los hogares de los fumadores.
  • Humedad. Produce moho, cuyas partículas también circulan a través del aire.
  • Animales domésticos. La caspa presente en su pelaje es uno de los principales alérgenos que podemos encontrar.

Para hacernos una idea, según un informe de Ecologistas en Acción, 30 000 personas mueren en España cada año como consecuencia de la mala calidad del aire de sus hogares. La Organización Mundial de la Salud (OMS) extrapola estos datos a nivel mundial y eleva la cifra a los 7 millones. Por tanto, la importancia de monitorizar este factor y adoptar las medidas oportunas resulta fundamental.

 

 

 

Nuevas tecnologías para monitorizar la calidad del aire

Hoy en día, monitorizar la calidad del aire del interior de una vivienda es relativamente sencillo. No olvidemos que existen multitud de sensores capaces de medir valores concretos como, por ejemplo, el dióxido de carbono (CO₂). Actualmente, este es el indicador más eficaz a la hora de dirimir cuándo ha llegado el momento de ventilar un espacio.

Sin embargo, hay muchos otros capaces de determinar la cantidad de monóxido de carbono (CO), compuestos orgánicos volátiles (COV), partículas de polen o formaldehídos, así como la temperatura y el porcentaje de humedad ambiental. Todos ellos son elementos clave para determinar la calidad del aire.

Pero las nuevas tecnologías han ido un paso más allá. De hecho, gracias al internet de las cosas (IoT), tenemos la posibilidad de automatizar la ventilación en el hogar y garantizar un aire de la máxima calidad de forma permanente. Para conseguirlo, solo hace falta conectar esos sensores a internet vía wifi y, después, aprovechar todas las ventajas que nos ofrece la domótica.

Beneficios de monitorizar la calidad del aire

El principal beneficio que reporta monitorizar la calidad del aire de nuestro hogar tiene que ver con la propia salud. Al fin y al cabo, conocer la presencia de agentes contaminantes en el ambiente nos ayudará a tomar las medidas más adecuadas.

Es evidente que, al activar el sistema de ventilación, quienes viven en el interior de la vivienda podrán disfrutar de un aire de mayor calidad. Esto se traducirá en un menor número de reacciones alérgicas y de afecciones respiratorias. Además, a largo plazo, es posible prevenir la aparición de enfermedades crónicas.

Para asegurar una óptima calidad del aire, el primer paso es monitorizar la presencia de agentes contaminantes en el ambiente. Después, hemos de contar con un sistema de ventilación adaptado a nuestra vivienda. Solo así podremos garantizar la higiene y salubridad del espacio en el que más horas pasamos a lo largo del día. Si quieres profundizar más sobre este tema, te recomendamos saber qué pasa si el aire del hogar no se ventila correctamente.