La mitigación de gas radón dentro de los hogares es crucial para purificar el aire del interior de la vivienda y preservar la salud de sus ocupantes. Esto se debe, fundamentalmente, a que se trata de un gas radioactivo derivado del proceso de descomposición natural del uranio. Es incoloro e inodoro, por lo que su detección solo puede realizarse mediante aparatos especiales. Aquí queremos contarte cómo podemos reducirlo del ambiente.

Cómo es la mitigación de gas radón

Como dijimos antes, detectar el gas radón en el ambiente no es fácil, ya que no tiene olor ni color. Sin embargo, los sensores modernos brindan esta posibilidad. Se considera que, cuando el aire del interior de una casa supera los 300 becquerelios por metro cúbico (Bq/m³), es necesario tomar las siguientes medidas de mitigación.

  • Tapar las grietas. O cualquier otra porosidad o filtración que se esté produciendo. Para ello, es necesario realizar un sellado exhaustivo del suelo y las paredes, sobre todo, de las áreas subterráneas de la vivienda con radón o del edificio.
  • Instalar sistemas de extracción mecánica de aire. Principalmente, en el sótano, ya que es el lugar por el que accede el radón y el que suele presentar mayor concentración. Si es posible, también se debe mejorar la ventilación natural del espacio.

Estas medidas son eficaces debido a la forma en la que el radón entra en los hogares. En concreto, lo hace a través del subsuelo, aprovechando las porosidades, grietas y desperfectos de los cimientos. Esto hace que su concentración siempre sea superior en viviendas unifamiliares y en apartamentos situados en plantas bajas de los edificios.

Ejemplo de un proyecto residencial

 

 

 

Vamos a poner como ejemplo el proyecto que hemos realizado sobre una vivienda con radón. En concreto, antes de llevar a cabo los trabajos, los niveles registrados en el salón eran de 350 Bq/m³. En algunos puntos, superaban los 1000 Bq/m³. La fuente de inmisión era el forjado sanitario, por lo cual tuvimos que instalar un sistema de despresurización activa sobre él.

El protagonista de este sistema de despresurización activa del forjado sanitario fue un equipo de extracción forzada de aire en línea, que actuaba desde el forjado hasta la cubierta. Gracias a él, dichos niveles se redujeron hasta los 37 Bq/m³. Una cifra mucho más reducida que la máxima recomendada por la Organización Mundial de la Salud, que se sitúa en los 100 Bq/m³.

 

El peligro del gas radón

Según la American Cancer Society y muchas otras organizaciones, el radón es un gas potencialmente cancerígeno y mortal. De hecho, se considera la segunda causa de cáncer del pulmón en el mundo, solo superada por el tabaquismo. Esto es debido a que se deposita en las células que componen los tejidos de las vías respiratorias y dañan las estructuras de las moléculas de ADN.

Para hacernos una idea acerca del peligro del radón en el interior de las viviendas, podemos añadir otro dato: por cada 100 Bq/m³ que aumente su concentración en el aire, el riesgo de sufrir cáncer de pulmón se eleva un 16 %. Además, este porcentaje se multiplica por 25 en el caso de que el sujeto afectado sea fumador.

En definitiva, estos son los principales efectos negativos del radón en la saludSin duda, la única manera de prevenirlos es tomar medidas relacionadas con la ventilación que consigan reducir los niveles de concentración de este gas radioactivo en el ambiente. Las acciones de mitigación de radón que hemos expuesto aquí son completamente efectivas, si bien es cierto que podemos llevar a cabo muchas otras. Cada caso es diferente, pero el objetivo es siempre preservar la salud de los ocupantes de la vivienda.