La envolvente térmica de un edificio está compuesta por todos los cerramientos que separan los espacios habitables del exterior, y también por las particiones interiores que dividen los espacios habitables de los no habitables que limitan con el exterior. Entre estos últimos se encontrarían los trasteros o los garajes. En definitiva, se trata de todos los elementos que se encargan de separar el interior del exterior de un edificio, como los muros, los techos, los suelos o las ventanas.

¿Qué objetivos tiene la envolvente térmica de un edificio?

La envolvente de un edificio tiene dos cometidos principales: su protección y el control climático. Así se consigue aislar de forma térmica el inmueble, protegerlo de las inclemencias relacionadas con el clima e incrementar el bienestar de sus habitantes. Además, el aislamiento es la variable fundamental que define la demanda de consumo energético de la climatización del edificio. Y, con ello, conseguiré que mi edificio sea más o menos sostenible energéticamente.

Como es lógico, cuando un edificio no cuenta con una buena envolvente térmica, además de ser un lugar incómodo para sus habitantes, conlleva un consumo energético más alto y menos sostenible.

¿Cuáles son los elementos de la envolvente térmica de un edificio?

Aunque en el apartado anterior ya hemos adelantado algún concepto, es el momento de que conozcas los elementos que componen la envolvente térmica de un edificio, son estos:

  • Cubiertas: Son los cerramientos superiores y que están en contacto con el aire
  • Fachadas: Es otro cerramiento exterior que está en contacto con el aire. Las fachadas pueden tener seis inclinaciones diferentes: norte, sur, este, oeste, sureste y suroeste.
  • Suelos: Se trata de los cerramientos inferiores horizontales y que se encuentran en contacto con el terreno o con un espacio que no es habitable.
  • Medianeras: Son los cerramientos que se encuentran entre dos edificios y son una división común a ambos. Cuando el edificio se construye después, el cerramiento se considera una fachada.
  • Puentes térmicos: Son las áreas de la envolvente térmica en la que se da una merma de su eficacia. Puede deberse a distintas causas, como la unión de varios cerramientos, un espesor más reducido o una composición diferente.
  • Particiones interiores: Son aquellos elementos constructivos tanto horizontales como verticales que sirven para dividir el interior del inmueble en distintos espacios.
  • Cerramientos en contacto con el terreno: Son todos aquellos cerramientos que están en contacto directo con el terreno y que aún no hemos mencionado.

¿Cómo se clasifican las envolventes de un edificio teniendo en cuenta su comportamiento térmico?

Está claro que la envolvente de un edificio es vital para que sea eficiente y para que sus habitantes disfruten de bienestar en su interior. Además, de la clasificación que has visto hasta ahora, también se pueden clasificar por la manera en la que se comportan a nivel térmico y por el valor que tienen sus parámetros característicos.

Cerramientos que están en contacto con el aire:

  • Opacos: Son las cubiertas, los muros de las fachadas, los suelos que están en contacto con el aire y los puentes térmicos integrados.
  • Semitransparentes: Las ventanas y puertas ubicadas en las fachadas y los lucernarios que se encuentran en las cubiertas.

Cerramientos que están en contacto con el terreno:

  • Muros que están en contacto con el terreno.
  • Suelos que están en contacto con el terreno.
  • Cubiertas que están enterradas.

Particiones interiores que se encuentran en contacto con los espacios que no son habitables

  • Particiones interiores que no están en contacto con un espacio que no es habitable, con la excepción de las cámaras sanitarias.
  • Suelos que están en contacto con cámaras sanitarias..

La envolvente térmica de un edificio es la clave para lograr un consumo eficiente. Para conseguir que este sea el menor posible, dicha envolvente debe de estar siempre diseñada (y en la medida de lo posible, también ejecutada) por una empresa experta en este ámbito de la arquitectura sostenible, pues tanto el diseño como la precisa disposición en ejecución de todos los elementos comentados es clave para lograr una envolvente lo más efectiva posible en el aislamiento de los espacios interiores respecto de las condiciones climáticas externas.

 

hacia un futuro sostenible: la ventilacion de doble flujo