La evolución en los diferentes tipos de ventilación forzada
Diferencias entre la ventilación natural y la ventilación forzada
Tradicionalmente, para la renovación del aire interior de las viviendas se ha utilizado la ventilación natural en cualquiera de los tres esquemas con los que se puede producir: ventilación unilateral, ventilación cruzada y ventilación por tiro vertical. En cualquiera de ellos la renovación del aire interior se produce por la diferencia de presión y temperatura existente entre el exterior y el interior del edificio. Sin embargo desde el punto de vista del ahorro energético, la ventilación natural no está considerada como un sistema eficiente. Por ello tampoco está contemplada dentro del Código Técnico de la Edificación como un sistema general de ventilación, sino que en el Documento Básoco HS3, «Calidad del Aire Interior» se establece que las viviendas han de disponer de un sistema de general de ventilación que debe ser híbrida o mecánica.
La ventilación híbrida es la que realiza la ventilación natural del aire interior cuando las condiciones de presión y temperatura ambientales son favorables y utiliza la extracción mecánica cuando no lo son. La ventilación forzada o ventilación mecánica se genera con el funcionamiento de equipos electromecánicos diseñados e instalados para renovar el aire interior.
Evolución de los sistemas de ventilación en las últimas décadas
Los sistemas de ventilación mecánica han ido evolucionando desde sistema mixtos o híbridos, donde se combina la extracción mecánica con la admisión de aire por medios naturales y viceversa. Durante las últimas tres décadas el sistema de ventilación más extendido en nuestro país ha sido el sistema que combina la entrada de aire en la vivienda de forma natural con la extracción del mismo por sistemas mecánicos. La admisión de aire fresco se realiza a través de rejillas regulables situadas en la fachada. La extracción del aire contaminado se hace mediante un extractor conectado por conductos con las zonas húmedas (baños, cocina y aseos), por los que se conduce hasta el exterior. La instalación de este sistema es bastante sencilla pero tiene el inconveniente de que el viento del exterior disminuye el confort y aumenta notablemente el consumo energético. Por lo general suelen limitar mucho el aislamiento acústico de la vivienda respecto del exterior. Por estos y otros motivos, el sistema mixto se ha ido progresivamente sustituyendo por sistemas de ventilación con admisión y extracción mecánica.
De entre estos últimos cabe destacar los sistema de doble flujo con recuperación de calor por el ahorro energético que aportan. Mediante el uso de un intercambiador térmico que consigue recuperar un 92 % del calor extraido, se recuperan las calorías del aire sucio que se extrae de la vivienda y se transfiere al aire limpio procedente del exterior. En verano este proceso se invierte, y el aire nuevo que entra en la vivienda se enfría gracias a la transferencia de temperatura que se realiza a través del aire extraído. De esta forma cuando en el exterior la temperatura es de 30ºC, y el interior se encuentra a 21ºC, el aire nuevo se introduce a 22ºC, refrescando el ambiente.
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