Historia de la ventilación, en busca de un mejor aire a respirar
Puede parecer que la historia de la ventilación sea relativamente reciente. Que los ventiladores llevan pocos años con nosotros y que en siglos anteriores este era un asunto inexistente. Nada más lejos de la realidad. Si bien no existía la energía eléctrica en muchos siglos pasados, la búsqueda de un confort en el hogar gracias a una mejor entrada de aire y también para lograr unas más benévolas condiciones de salud existe desde hace muchísimos siglos.
En realidad, hasta la ventilación mecánica tal y como la entendemos hoy en día ha existido desde prácticamente siempre. Por ejemplo, con los abanicos. En muchas culturas milenarias en Asia había sirvientes cuyo único cometido era abanicar a los nobles, sin mover un músculo siquiera más allá de los necesarios para mover el abanico.
Pero fuera de semejante anécdota, se considera que uno de los primeros hallazgos relacionados con la historia de la ventilación tiene que ver más con una forma rudimentaria de sistemas de conductos para ventilar zonas de trabajo. Nos referimos con ello a la antigua Grecia y al imperio romano. En la zona griega antigua de Laurium ya existían sistemas de ventilación en las minas, igual que en otras de Roma. Y eso en el año 602 aC, tal y como detalló el historiador John Atkins en su teoría sobre la ventilación, publicada en 1854. En ella, explica que en las minas de aquellos lejanos siglos antes de Cristo ya podían verse avances de la ventilación moderna.
Al fin y al cabo, en aquellas minas se buscaba un sistema de limpiar el aire a respirar por los trabajadores, además de garantizar un suficiente flujo en interiores. Todo ello fue avanzando durante el imperio romano, con hitos importantes como el Galenismo, una corriente implantada por un médico de mitad del siglo I que buscaba el buen aire. Estaba entusiasmado en encontrar el origen de las enfermedades que aparecen por culpa de la contaminación del aire.
Los sistemas de ventilación rudimentarios fueron sucediéndose en siglos posteriores. Durante la edad media, muchos de los avances de la edad antigua desaparecen, por lo que no se tienen muchos documentos que expliquen avances pertinentes en aquellos siglos. Si bien hay que referenciar que en la construcción de iglesias y castillos se adoptaban rudimentarios sistemas para airear los edificios.
Es en la Europa de la edad moderna cuando aparecen nuevos cambios en la historia de la ventilación que impulsan verdaderos avances. Entre ellos, cabe destacar a la matemática conocida por salvar vidas con una lámpara, Florence Nightingale, la que es reconocida como la precursora de la enfermería moderna y de la que se han hecho media docena de películas ambientadas en su vida.
Nightingale salvó muchísimas vidas en los hospitales británicos a mitad del siglo XVIII al cambiar la forma en que éstos se ventilaban. Descubrió que los vertederos que pasaban bajo los hospitales contaminaban el aire y el agua de los pacientes, así que implantó verdaderas medidas para poder acabar con las malas condiciones de aquella época.
De la historia de la ventilación clásica a los sistemas mecánicos
El siglo XIX fue un importantísimo siglo de cambios. Y también fue entonces cuando se empezó a hablar de lo que hoy en día se conoce como HVAC. Dicho término recoge las siglas en ingles Heating – Ventilating – Air Conditioning. Básicamente, calefacción, ventilación y aire acondicionado.
Fue el ingeniero Willis Haviland Carrier el que hizo que se creara dicho término. ¿Cómo? Creando lo que se puede considerar el primer aparato de aire acondicionado, en el año 1902. Se trataba de una rudimentaria máquina para el enfriamiento del aire y controlar la humedad, y fue pensada para las fábricas de impresión y fijación de tinta en papel. No fue hasta 1914 que instaló el primer aparato doméstico para el hogar, en Mineápolis. El nombre del creador de aquella primera máquina es obvio que suene, hoy en día uno de los principales fabricantes lleva su apellido: Carrier.
En el siglo XX aparecen importantísimos avances en el campo de la ventilación en edificios. Los clásicos patios interiores en Europa se popularizan entonces, y fueron ideados de manera que propiciaban la ventilación cruzada. Se mejoró la habitabilidad de las viviendas con patios interiores y conductos que conectaban lo que eran los edificios modernos de pisos y viviendas. Se quería mejorar la calidad del aire en interiores porque ya entonces se dieron cuenta de que un aire viciado podía ser el culpable de muchas enfermedades respiratorias.
Poco a poco empiezan a aparecer los sistemas de extracción de aire y lo que hoy en día conocemos como los sistemas de flujo simple. Es también durante el siglo XX cuando la sociedad toma conciencia de lo importante que es disfrutar de un aire limpio para poder ganar en salubridad.
En esta historia de la ventilación, ¿qué nos aporta el actual siglo XXI? Sin duda, ahora vivimos en la era de la eficiencia energética. Los sistemas de confort y enfriamiento ya están muy avanzados y es en las últimas décadas cuando el foco se pone en usar el mínimo de energía y que la que se utilice sea cuán más ecológica posible. Desde aquellos rudimentarios mecanismos en la Grecia de antes de Cristo, hoy evolucionamos hasta la ventilación de doble flujo, los mejores para garantizar la más correcta circulación de aire de manera energéticamente eficiente.
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