Futuro de la construcción

Si planteamos cómo debe ser el futuro de la construcción, es muy probable que pensemos en cómo optimizar los edificios, en la automatización o en nuevas técnicas constructivas. Sin embargo, el futuro más inmediato -y casi que podríamos considerarlo presente- es el de apostar por la eficiencia energética.

Podemos hacer una comparación en el actual mercado inmobiliario con la forma en que se vendían los automóviles. Históricamente, uno de los puntos cruciales a la hora de adquirir un vehículo era el consumo de gasolina, siendo muy normal que el comprador final pagara más por hacerse con un modelo que gastara mucho menos. En el caso de los edificios podemos decir que, en la actualidad, ocurre algo similar. Mientras que en el pasado no era común preguntar por el consumo de las viviendas, hoy es algo crucial.

Pero además del interés de los consumidores, el propio Código Técnico de la Edificación avisa de que se han de aplicar medidas de ahorro energético en todos los edificios. Además, a partir del próximo año se ponen en marcha los Edificios de Energía Casi Nula, lo que supone un gran avance en materia de ahorros de suministros, además de dibujar cómo será el futuro de la construcción: con la eficiencia energética marcada como aspecto central.

Si hablamos de cuánto puede ahorrar, en la actualidad, un edificio podemos fijarnos en algunas cifras. Según la Federación Internacional de Profesiones Inmobiliarias (Fiabci), los edificios eficientes son capaces de ahorrar hasta el 70% de energía si aplicamos una inversión inicial de entre 20.000 y 40.000 euros.

¿Cuánto tiempo puede tardar en amortizarse una inversión de dichas características? Si bien puede parecer un montante importante, en cuestión de diez años puede amortizarse dicho coste inicial, lo que es asumible en la mayoría de inmuebles, ya que su vida útil es muchísimo mayor. Igualmente, la rentabilidad es más grande también en caso de vender la vivienda.

Es por ello que, actualmente, la demanda de edificios de eficiencia energética es algo natural en el mercado, donde además la revalorización es mucho mayor en los casos en los que los inmuebles pueden ahorrar energía. Por ejemplo, se estima que el 70% de las viviendas plurifamiliares que se construyen van más allá de los mínimos de la normativa y aplican grandes medidas de ahorro energético. En el caso de las viviendas unifamiliares, normalmente todos los compradores exigen que sus nuevas propiedades cuenten con medidas de alta eficiencia energética.

¿Desde cuándo existe esta concienciación en ahorro energético por parte de los compradores de viviendas? Podría decirse que en los últimos cinco años se ha convertido en algo habitual, comentan los expertos del sector. Aunque es cierto que fue a partir de la aplicación del certificado energético español, hace algo más de una década, cuando se empezaron a poner imposiciones a los ciudadanos españoles. En aquel momento, dicha obligatoriedad se vio como un problema. Hoy en día, ayuda tanto a los compradores como a los vendedores de inmuebles y se considera algo totalmente necesario.

 

La importancia de la normativa en la construcción del futuro

 

El foco en la eficiencia energética de los edificios de cara al futuro de la construcción es algo lógico, ya que no es el tráfico el mayor contaminador en las ciudades, sino los propios inmuebles. Y es que el sector de la edificación es responsable del 40% de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y, si además añadimos las emisiones nocivas durante la construcción, el uso y la demolición de dichos edificios, el porcentaje sube a más del 50%.

Debido a ello, a partir del próximo año será necesario que las construcciones españolas cumplan con los requisitos impuestos por la Unión Europea en materia de Edificación de Consumo Casi Nulo. Este tipo de construcciones logran una muy alta eficiencia energética, lo que les permite tener una casi nula o muy baja demanda energética, que es suplida normalmente por fuentes renovables.

Puede decirse que los Edificios de Consumo Casi Nulo pueden llegar a consumir entre un 70% y un 80% menos que los que simplemente cumplen con la normativa actual. Y es por ello que el futuro de la construcción más inmediato pasa por ellos. Aun así, el problema mayor será el de cómo implementar esta normativa, ya que en la actualidad la normativa española aún no determina de manera concisa cuáles son las reglas a tener en cuenta. Sin embargo, es posible tener en cuenta la aplicación de certificados energéticos voluntarios como BREEAM o Passivhaus, que pueden servirnos para lograr este necesario ahorro energético propuesto por la Edificación de Energía Casi Nula.

En cualquier caso, no cabe duda que el futuro de la construcción pasará por la mayor eficiencia energética y el respeto al medio ambiente. Igualmente, las fuentes de energía renovables tendrán un papel importantísimo en todo el proceso. Y seguramente en una década lo normal será que los edificios modernos no tengan casi ningún consumo.