El estilo arquitectónico se puede definir como el medio de expresión que aparece en la arquitectura a través de la composición y los materiales con los que se construye en diferentes periodos históricos. Por tanto a lo largo de la historia se han desarrollado diferentes estilos arquitectónicos con los que representar los valores y las aspiraciones de una determinada etapa histórica.

La arquitectura cómo medio de expresión a gran escala ha evolucionado a medida que las sociedades han ido cambiando con el paso de los siglos. Así, a medida que el poder de los gobernantes ya fueran faraones, emperadores o monarcas, paso de ser un poder absoluto a equipararse al de los habitantes de las ciudades y los estados, la arquitectura cambió en sus formas y en su estilo. Como consecuencia, el carácter monumental y simbólico de la arquitectura de las primeras civilizaciones fue evolucionando hacia una arquitectura al servicio primero de la sociedad civil y posteriormente al servicio del individuo, ya bien entrado el siglo XX. En el momento actual se puede hablar incluso de un estilo arquitectónico que convive en equilibrio con el medio natural en el que se construye (la arquitectura bioclimática), con un estilo por tanto completamente diferente al de épocas anteriores.

 

Estilos arquitectónicos – Historia:

La historia de occidente tradicionalmente se ha dividido en: Edad Antigua, Edad Media y Edad Moderna:

  • La Edad Antigua transcurre aproximadamente desde el año 3.000 A.C. hasta el siglo IX de nuestra era y abarca todos los grandes imperios de la antigüedad, desde Egipto hasta el Imperio Romano. En el Antiguo Egipto la arquitectura es concebida a través de grandes monumentos funerarios. Las pirámides son por tanto el arquetipo de arquitectura monumental, símbolo de un época donde el poder absoluto de los faraones se pone de manifiesto con grandes edificaciones de piedra en forma de pirámides de planta cuadrangular. En estos mausoleos se trabajaba durante décadas para asegurar el tránsito hacia el más allá de los faraones. Curiosamente los estilos de la antigüedad cambian a medida que las inquietudes de los gobernantes también lo hacen. Sucede así en la Arquitectura Clásica,  griega y romana, en la que se puede apreciar una evolución en el estilo arquitectónico a medida que los gustos y la vida de las clases gobernantes se refinan y se vuelven más sofisticadas, es decir a medida que la guerra y la conquista de territorios deja paso a una vida más rica en cultura y conocimientos. Se puede destacar en este sentido la evolución desde el orden dórico, sencillo y austero hasta el orden jónico y corintio donde formas más complejas y motivos vegetales convierten columnas y basamentos en objetos recargados y revestidos de ornamento.
  • Durante la Edad Media de nuevo el poder se vuelve absoluto. En este caso las reyes, los nobles y la Iglesia son los que ejercen un poder absoluto sobre los campesinos que forman la mayor parte de la sociedad. Curiosamente, de nuevo la evolución dentro de esta sociedad y la relajación de ese poder absoluto trae consigo una evolución en las formas y el gusto por la arquitectura. De la austeridad del Estilo Románico se pasa al Gótico donde las formas se estilizan con los nuevos arcos ojivales y diferentes elementos ornamentales invaden por completo las catedrales. Es en ese momento cuando aparece una nueva clase social, la burguesía que trae consigo nuevos valores y nuevas relaciones de poder: aparece la figura del individuo dentro de la sociedad y con él el Renacimiento, un nuevo estilo donde el genio individual de artistas y arquitectos pasa a ser el talento creador que con el que se construyen las nuevas edificaciones.
  • Con el inicio de la revolución industrial y la llegada  del siglo XX, la historia entra en la Edad Moderna. Grandes movimientos sociales cambian por completo la estructura de la sociedad occidental. Los grades grupos sociales de la edad media, nobles, reyes y campesinos se transforman en una sociedad civil en la que formalmente se reconocen los derechos de todos sus individuos. El poder absoluto se convierte en democrático y los edificios en «grandes máquinas» al servicio de esa nueva sociedad moderna. El racionalismo como nuevo estilo del siglo XX abandona la monumentalidad y el ornamento para que prevalezcan los nuevos valores como la igualdad entre individuos y las condiciones de higiene y  salubridad en la arquitectura.

 

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