Construcción y eficiencia energética, en busca del consumo casi nulo
En demasiadas ocasiones, los cambios en la manera de trabajar en construcción y eficiencia energética no se cumplen hasta que alguna Ley premia su aplicación o fuerza al sector a que sean implementados. En España puede verse claro con el estándar Passivhaus, del que se ha hablado mucho en los medios pero cuya aplicación no llega al 1% de la construcción nueva en el país.
Sin embargo, en España estamos a punto de ver un cambio muy importante que afectará a la deseable unión entre construcción y eficiencia energética. Se trata de la obligación a que todas las construcciones de carácter público sean de «consumo casi nulo» antes de que acabe 2018. Dos años más tarde, lo tendrán que ser todas, las construcciones privadas también.
De esta forma, al sector de la edificación lo obligarán a que dé un cambio de rumbo hacia la sostenibilidad. Y eso supone un reto muy grande para las constructoras, pero también un beneficio para los ciudadanos y la sociedad.
Directa e indirectamente, se considera que aproximadamente el 40% de lo que se gasta en energía procede de la edificación. Así que es necesario apostar por la eficiencia energética y consumir lo justo y necesario. Ahora, en el sector de la construcción se obligará a trabajar en este consumo eficiente.
¿Qué es «consumo casi nulo» en construcción y eficiencia energética?
Para alcanzar el objetivo del «consumo casi nulo», toda la normativa ha tenido que adaptarse a este criterio de construcción y eficiencia energética. El reglamento ha ido modificándose, pero en los estudios de seguimiento de la Unión Europea se ha detectado que no ha tenido éxito esta manera de edificar. Porque era optativa, más que nada, y no existía obligatoriedad.
Para que se levante un edificio de consumo energético casi nulo se han de tener en cuenta varios procesos. La demanda energética, casi en su totalidad, deberá satisfacerse con renovables, y todas las estrategias han de estar conectadas. Estas son las principales:
- Recortar la climatización. Lo primero que ha de hacerse es utilizar tecnologías de arquitectura pasiva. Eso hará que la necesidad de aire acondicionado en verano y de calefacción en invierno serán mucho menores. La intención es que el edificio sea capaz de de adaptarse al entorno y no verse afectado por los cambios de temperatura. Para ello, se han de usar materiales específicos, instalar capas de aislamiento, montar cristales aislantes y mucho más. También es importante la orientación del edificio.
- Menos iluminación. El consumo en luces equivale a más o menos una décima parte del total del gasto, así que la iluminación natural ha de ser prioritaria. También han de instalarse sistemas de control contra incendios y sensores que regulen el encendido y el apagado de las luces.
- Menor demanda de ventilación. El 30% del consumo energético de un edificio parte de la ventilación. Por eso, los sistemas de ventilación han de interactuar de forma adecuada. Es por ello que frente a los métodos tradicionales, para potenciar la eficiencia energética cobra mayor importancia la ventilación de doble flujo.
Sin duda, el reto es enorme para que el sector logre combinar construcción y eficiencia energética. Además, los edificios de «consumo casi nulo» también tienen otras características diferenciales, como que han de estar perfectamente sellados para evitar filtraciones. Eso es también una mejora para el confort y la salud, ya que permitirá la entrada de aire de forma precisa y automática, evitando humedades al mismo tiempo.
Este tipo de mejoras, junto a otras como que los sistemas de ventilación monten motores que cumplan con los requisitos de la sostenibilidad, lograrán que las necesidades de suministros caigan. Ahora más que nunca, podemos decir que construcción y eficiencia energética son el presente y ya no únicamente el futuro.
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