La Directiva de Eficiencia Energética de Edificios es uno de los grandes retos que aborda la sociedad actual. Los denominados Edificios de Consumo de energía Casi Nulo, también llamados ECCN, pretenden cumplir una serie de objetivos energéticamente eficientes en base a una fecha de calendario ya marcada.

Las edificaciones comprometidas con el medio ambiente aumentan el confort y la calidad de vida de sus ocupantes en base a unos costes de energía mínimos y unos costes añadidos parcos.

Ahora bien, ingenieros, arquitectos y constructores se enfrentan a un nuevo desafío para hacer uso precisamente de la eficiencia energética, además de un consumo de recursos razonable y la reducción de la toxicidad y la contaminación.

La actualización del concepto Edificio de Consumo de Energía Casi Nulo

Abogar por una definición clara y concisa de un Edificio de Consumo de Energía Casi Nula forma parte de la nueva normativa. Se refiere a aquellas viviendas que satisfacen completamente sus necesidades energéticas mediante el uso de fuentes de energía renovables conectadas.

La climatización del edificio debe construirse bajo el amparo de la arquitectura pasiva. La idea es adaptar el edificio al entorno para utilizarlo a su favor y que los cambios de temperatura no le afecten, tomando como base la distribución, el diseño, la orientación y los materiales.

Dentro de los sistemas de climatización del edificio se encuentra la ventilación que ha de incluir sistemas eficientes y sostenibles que ayuden a la renovación del aire. En cuanto a la iluminación, los sistemas de construcción deben priorizar la iluminación natural e implantar soluciones de control inteligente para una iluminación bajo demanda.

Nuevo CTE en pro de una construcción sostenible

La nueva normativa pone su foco de interés en el derroche de consumo energético actual. Las medidas implantadas reducirán la demanda de energía en los futuros inmuebles sin afectar la salud de los habitantes.

Fachadas ventiladas, energía eólica, instalación de placas fotovoltaicas, un buen aislamiento térmico, geotermia o la mejor orientación, todas estas cuestiones a abordar forman parte de ese gran avance que está por llegar. Mientras tanto, estos son los avances que forman parte de la nueva normativa CTE:

  • El uso de las energías no renovables se reduce, limitando el consumo de energía en un 38% en edificios plurifamiliares y en un 60% en edificios unifamiliares que se encuentran en zonas más castigadas por el invierno.
  • Tras la entrada en vigor de la normativa, un 60% de la energía primaria de un edificio deberá ser renovable. De la misma manera, el consumo de energía final deberá reducirse mediante el uso, por ejemplo, de generadores de refrigeración y calefacción.
  • Para las rehabilitaciones por zonas climáticas se conciben exigencias más severas.
  • El uso de fuentes renovables como la solar, la térmica o la fotovoltaica deja de priorizarse para fomentar el empleo de nuevas fuentes asequibles y fácilmente adaptables a las particularidades de cada zona.
  • El Consumo de energía primaria sigue siendo el principal indicador de eficiencia energética con una salvedad, la introducción del Consumo de Energía Primaria Total que abarca, no solo los niveles de refrigeración y calefacción, sino todas las necesidades energéticas del inmueble.
  • El nuevo parámetro Coeficiente Global Límite de Transmisión de Calor hace acto de presencia para valorar al edificio en términos de control solar, permeabilidad del aire y transmisión térmica.

Según esto, habrá un aumento en la demanda de productos de control solar, materiales aislantes para fachadas, suelos y cubiertas, así como vidrios de altas prestaciones para reducir la demanda de energía, entre otras soluciones.