aire saludable

En los últimos tiempos, el mundo se ha concienciado acerca de la importancia de llevar una vida más saludable. Si en la segunda mitad del siglo pasado el auge de la comida rápida y de las bebidas azucaradas hicieron que nos volviéramos más sedentarios, en la actualidad se apuesta por una mayor información y por controlar nuestro estilo de vida. Comida ligera y sin aditivos industriales, ejercicio e incluso actividades que impliquen una mejora para nuestras vidas. Pero, ¿y qué hay de lo que respiramos? ¿No deberíamos pensar en la necesidad de un aire saludable para poder vivir mejor?

Quizás por los efectos poco visibles a corto plazo del daño que pueden hacer los contaminantes del aire la población toma menos conciencia por ello. Por ejemplo, una alimentación sana tiene excelentes beneficios que además son muy visibles. Es posible perder peso y lucir mejor.

Algo similar se da con el ejercicio. Se habla constantemente de las bondades de correr o de practicar deporte para nuestra salud. Eliminamos el estrés, nuestro físico se vuelve mucho más atractivo, tenemos mejor humor y nuestro cuerpo se encuentra mejor.

No en vano, gran parte del auge por un estilo de vida saludable se basa en mejorar la apariencia física -controlar la comida y hacer ejercicio son las bases para ello-, si bien la necesidad de cuidarse también es muy importante para nuestra salud, algo que muchos no obvian. ¿Qué pasa con lo que respiramos?

Vivir con un aire saludable en nuestros hogares y en exteriores no se nota en los kilos que engordamos o adelgazamos ni en nuestro aspecto físico a corto plazo. No obstante, en materia de salud vivir en ambientes contaminados sí puede ser un grandísimo problema. Y si bien en poco tiempo los prejuicios de respirar aire viciado o en mal estado parece que no se noten, el daño puede ser enorme. A veces, incluso mortal.

¿Qué complicaciones respiratorias podemos sufrir si respiramos un aire de mala calidad?

  • Asma. La contaminación del aire es uno de los grandes problemas que provocan asma. Incluso para aquellos que no sufren la enfermedad, si se vive o se realiza una actividad en un aire muy contaminado es posible desarrollar asma. Es lo que se conoce como asma ocupacional. Para quienes ya sufren la dolencia, la polución puede agravar sus consecuencias.
  • Obstrucción pulmonar crónica. Se trata de la inflamación pulmonar que puede causar enfermedades como bronquitis o neumonía. La principal causa es el tabaco, pero un aire contaminado puede provocar dichas dolencias.
  • Enfisema. También se relaciona con el tabaquismo, ya que ocho de cada diez casos aparecen en fumadores. Pero la contaminación también puede provocar dicha enfermedad. La polución se almacena en los pulmones y dañan la capa de moco que los protege, lo que infecta los pulmones.
  • Cáncer de pulmón. Igualmente, se relaciona con el tabaquismo, pero el cáncer de pulmón también puede aparecer por una exposición prolongada a un aire contaminado. Merece mención especial si residimos en una estancia afectada por el gas radón. En ese caso, sí que tendremos posibilidades de sufrir complicaciones por cáncer de pulmón.
  • Complicaciones cardíacas. Los problemas de corazón y los ataques cardíacos no suelen originarse exclusivamente por la contaminación del aire, pero sí puede ser un importante agravante. Para una persona que tenga problemas pulmonares, la contaminación puede ir directa al corazón tras pasar por los pulmones y aumentar la frecuencia cardíaca.
  • Problemas al realizar deporte. Por ese aumento de la frecuencia cardíaca, hacer ejercicio sin respirar un aire saludable puede originar verdaderos problemas en los deportistas. Si ya con la práctica aeróbica suben las pulsaciones, la polución puede complicar la situación.

Igualmente, no es cierto que empezar a respirar un aire saludable no se note en nuestro cuerpo. Porque desde el momento en que evitamos la polución empezamos a sentirnos mejor.

 

Aire saludable en interiores

 

Peligros de la contaminación

Si empezamos a respirar un aire saludable, notaremos una serie de efectos beneficiosos que, si bien no se ven a la vista como los que ofrecen el ejercicio y la alimentación saludable, los notaremos en nuestro organismo. También en el interior de nuestras casas o en centros de trabajo:

  • Descansaremos mejor si en interiores podemos respirar un aire de calidad. Eso se traducirá en un mejor descanso y se nos notará hasta en la piel.
  • Sufriremos menos problemas de estrés. La concentración será mejor en un trabajo en el que respiremos un aire saludable. Es beneficioso para la productividad.
  • Nos sentimos más activos al poder respirar un mejor aire. Podremos hacer deporte con más ganas.
  • La tos será menos frecuente, los malos olores desaparecerán y notaremos que nuestro físico funciona mucho mejor.

El problema de la contaminación es muy importante. Y en interiores hemos de cuidar el aire que respiramos -siendo un sistema de ventilación mecánico la mejor alternativa para tener un aire saludable y limpio-, por lo que no podemos descuidar la importancia de aquello que respiramos. Si nos alimentamos bien, hacemos deporte y evitamos el tabaco y el alcohol, ¿por qué no nos preocupamos del aire que respiramos?