La ventilación mecánica controlada es una buena solución si se quiere tratar un edificio enfermo. Teniendo en cuenta que pasamos mucho tiempo en espacios cerrados, es esencial que el aire que se respira en el interior sea el mejor posible.

¿Qué es un edificio enfermo? ¿Cómo mejorar la ventilación en edificios? En este artículo explicamos todo lo que es necesario saber sobre el síndrome del edificio enfermo.

Edificios enfermos

Los edificios enfermos son lugares en los que al menos el 20 % de las personas que los ocupan sufren algún tipo de problema de salud. Estas afecciones o síntomas suelen ser de origen desconocido y, en general, están relacionados con la calidad del aire.

Los edificios pueden estar temporalmente enfermos si los síntomas desaparecen después de seis meses. Sin embargo, en otros lugares la sintomatología es permanente. Se trata de construcciones con mala ventilación o que padecen emisiones causadas por los materiales constructivos empleados.

El síndrome del edificio enfermo

Con síndrome del edificio enfermo nos referimos a todos los síntomas que sufren las personas que lo habitan. Pueden ser afecciones leves, pero también enfermedades crónicas. En general, están provocadas por una baja calidad del aire en el interior de la construcción.

Tal y como indica Ecologistas en Acción, este síndrome se da en mayor medida en edificios excesivamente domotizados. Las luces, la climatización o los elementos constructivos pueden también desencadenar el síndrome del edificio enfermo.

En general, los espacios herméticos, como las oficinas altas que estamos acostumbrados a ver en las grandes ciudades, son especialmente propensos. Al fin y al cabo, no se da una correcta ventilación de los espacios.

Síntomas de un edificio enfermo

Los síntomas pueden ser muy variados, pero en general se pueden encontrar los siguientes:

  • Cansancio que no desaparece con el descanso.
  • Dolores de cabeza de leves a intensos.
  • Sensaciones parecidas a la alergia: ojos llorosos, mucosidad, resecamiento de la garganta.
  • Mareos y náuseas.
  • Resfriados y enfermedades respiratorias infecciosas que presentan una alta frecuencia entre las personas que viven o trabajan en el edificio.

La mayoría de estos síntomas están provocados por una ventilación deficiente. Si los sistemas de ventilación no son los adecuados, se acumulan emisiones, gases y otras sustancias que pueden perjudicar seriamente la salud de quienes habitan el espacio.

Ventilación mecánica controlada para edificios enfermos

El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo realizaron una extensa investigación sobre los factores de riesgo en edificios enfermos. Tal y como en ella se indica, la ventilación natural reduce de manera significativa los síntomas asociados en estos casos. Pero ¿qué podemos hacer cuando no es posible abrir las ventanas?

La ventilación mecánica controlada (VMC) es una buena solución a la hora de tratarlos. Este sistema se encarga de llevar a cabo una renovación periódica del aire del espacio mediante un ventilador eléctrico. De esta manera, los contaminantes ambientales no se acumulan en el interior.

El ventilador eléctrico de doble flujo es capaz de extraer el aire de la estancia e introducir aire nuevo del exterior. Así, no solo se renueva el aire del ambiente, sino que se favorece el mantenimiento térmico de la estancia. Por lo tanto, es un sistema que favorece la salud, el ahorro energético y la eficiencia.

Como podemos apreciar, mantener la calidad del aire en el interior de los edificios es esencial para conservar la salud de quienes lo habitan. En este sentido, la ventilación mecánica controlada es uno de los sistemas más eficientes. Animamos a leer el artículo Definición, tipos y fases de la ventilación mecánica controlada en el que explicamos detalladamente qué es y cuándo es necesario instalar este tipo de ventilación.