Ventilación natural: una estrategia de ventilación insuficiente
¿Conoces las carencias del sistema tradicional de ventilación natural frente a las ventajas que ofrece un sistema de ventilación mecánica controlada de doble flujo? En el presente artículo te explicamos los tipos de ventilación que existen y su relación con la eficiencia energética y la sostenibilidad.
Tipos de ventilación
Para garantizar un aire de calidad en el interior de los edificios se debe suministrar un caudal de aire de ventilación mínimo que asegure que se insufla un aire fresco, limpio y libre de impurezas y se extrae, a su vez, el aire viciado del interior. Hay tres formas de ventilar una estancia: ventilación natural, ventilación mecánica y ventilación híbrida (la suma de las dos primeras).
Ventilación natural
Hablamos de ventilación natural cuando no se emplean medios mecánicos ni para extraer ni para insuflar el aire. Se trata del tipo de ventilación empleado tradicionalmente. Existen tres tipos de ventilación natural: natural unilateral y natural unilateral cruzada (en ambos casos, de regeneración horizontal), y natural por tiro térmico (mediante conductos verticales).
En el primer caso, la regeneración de aire se produce a través de los huecos de la envolvente gracias a las diferencias de presiones y de temperatura. Así, si la presión de aire entre los dos lados de la envolvente es diferente, se produce una corriente desde el local con mayor presión hasta el local con presión menor. En el segundo caso, también debido a una diferencia de presiones, la ventilación se produce por la oposición entre la entrada y la salida del aire. Ni la ventilación natural unilateral ni la ventilación natural unilateral cruzada garantizan un ambiente libre de mohos u hongos en locales en los que la humedad relativa es elevada, pues la acción de ventilar queda exclusivamente en manos de los usuarios, que, por diversas razones, no pueden practicar las ventanas todo lo que sería deseable y necesario.
El tercer caso, la ventilación natural por tiro térmico, se basa en el principio según el cual el aire caliente asciende, al pesar menos que el aire frío. La diferencia entre las densidades del aire, como consecuencia de las diferencias de temperatura y humedad, pone en funcionamiento los conductos verticales (shunts). Este tercer tipo de ventilación natural tampoco es efectivo, ya que las corrientes de aire no se producen si hay inversión térmica o si las corrientes de aire exterior existentes no bastan para originar el necesario efecto de succión. Ello contribuye a la aparición de manchas de humedad y malos olores.
Ventilación mecánica controlada de doble flujo
Se trata, sin duda, del sistema de ventilación más eficiente. Gracias a los recuperadores de calor, no solo se ve incrementado el bienestar y el confort, sino que se obtiene un ahorro económico desde la primera factura. Los recuperadores de calor son dispositivos que intercambian la energía entre el aire de expulsión climatizado y el aire de insuflación que proviene del exterior. Una ventilación mecánica controlada de doble flujo asegura que el aire que se introduce al interior de las estancias es un aire sano y libre de impurezas y de contaminantes. Además, gracias a la existencia de sondas que adaptan la humedad del aire insuflado a la humedad del interior, se obtiene un aire interior dentro de los parámetros recomendables (entre el 50% y el 60%), independientemente de la humedad del aire en el exterior.
Ventilación y normativa
La normativa vigente (CTE DB HS 3, Calidad del aire interior) no contempla la ventilación natural como un sistema general de ventilación, ya que este sistema de ventilación tradicional se ha demostrado ineficiente. Así, el CTE tan solo estipula la ventilación híbrida y la ventilación mecánica como los únicos sistemas posibles para garantizar una calidad del aire interior que no ponga en riesgo la salud de las personas y asegure el máximo confort y bienestar de los ocupantes.
Deja un comentario
No hay comentarios
Todavía no hay ningún comentario en esta entrada.