Tratamiento del aire en edificios públicos

El ambiente en interiores es crucial para la salud. Así lo ha dejado claro en más de una ocasión la Organización Mundial de la Salud (OMS), que manifiesta que te la contaminación del aire interior, normalmente debido a la humedad o el moho, los productos químicos u otros agentes biológicos, es culpable de muchas muertes en el planeta. Por eso, es imprescindible mejorar la calidad del aire en interiores. Y ante todo en lugares abiertos a cualquiera. El tratamiento del aire en edificios públicos es imprescindible para lograr la salubridad necesaria en el ámbito público.

En la legislación española, el Código Técnico de la Edificación especifica las necesidades para el tratamiento del aire en edificios destinados a la vivienda, a través del Documento Básico HS3. En cambio, para los espacios públicos la legislación necesaria está establecida por el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), que será la guía necesaria para establecer los requerimientos para el tratamiento del aire en edificios públicos.

Según las exigencias del RITE, en los edificios públicos normalmente se requerirá la aplicación de tratamiento del aire IDA 2 e IDA 3, que significa de buena calidad o de calidad media. Un requerimiento u otro variará en función de si se trata de un lugar de mayor sensibilidad -como es una escuela o la zona común de un hotel- o si los requerimientos son menores, en el caso de salas de cine o habitaciones de hotel.

En cualquier caso, para el tratamiento del aire en interiores es precios mantener la salubridad de los edificios durante toda su vida útil. Desde su diseño previo hasta su mantenimiento durante el uso o en la construcción, ya que de todo ello dependerá que se pueda garantizar la calidad del aire, que a su vez es la salud de las personas que lo ocupen.

Los cambios en nuestros estilos de vida, que se centran en pasar un mayor tiempo en interiores junto al alto nivel de estanqueidad de los edificios, hacen que el aire de los edificios pueda contaminarse con mayor facilidad. El aire de mala calidad puede provocar resfriados, generar alergias o, en casos más extremos, favorecer infecciones o problemas respiratorios graves.

Es por ello que hay que tener en cuenta, en espacios públicos, lo que más debemos tener en cuenta a la hora de mejorar el tratamiento del aire en espacios públicos. Según la Comunidad de Madrid, debemos tener especial cuidado con lo siguiente:

  • Contaminantes químicos. Existen muchos elementos que ensucian nuestro aire en interiores. Los principales son: Monóxido de Carbono (CO), Dióxido de Carbono (CO2), Óxidos de Nitrógeno (NOx), Dióxido de Azufre (SO2), las partículas en suspensión PM10 y PM2,5, Amianto, Ozono (O3), Compuestos orgánicos volátiles (COVs), Humo de tabaco, Radón, Formaldehído (CH2 = O), Creosota, Olores.
  • Contaminantes físicos. En estos casos se trata principalmente de la humedad y la temperatura, que han de estar controladas en todo momento. Pero también se estima que parte del confort viene determinado por el ruido y los campos electromagnéticos.
  • Biocontaminantes. Además del vapor de agua en el aire, los alérgenos de origen biológico, los animales de compañía o los ácaros del polvo pueden dañar el aire que respiramos.
  • Si hay animales en las zonas públicas, debemos de prestar atención a la forma en que su estancia puede ensuciar el aire.

Es preciso contar con un plan de prevención y control de la calidad del aire interior, y ante todo poner en marcha un sistema de renovación del aire que sea eficiente en espacios públicos y garantice, en todo momento, la calidad del aire necesaria.

 

Cómo garantizar un correcto tratamiento del aire en espacios públicos

 

Para la correcta renovación del aire en espacios públicos, lo necesario es contar con sistemas de ventilación mecánicos que se encarguen de extraer el aire que pierda calidad, de manera automática en todo momento, a la vez que impulsen aire filtrado desde el exterior.

Principalmente, para el tratamiento del aire en espacios públicos regular la instalación de los siguientes sistemas:

  • Aparatos de calefacción y generadores de calor.
  • Sistemas de aire acondicionado y de refrigeración.
  • Soluciones de ventilación mecánica o para la renovación del aire.

Dependiendo del tipo de espacio público que se trate, se requerirá un tipo de filtrado en función a las necesidades expuestas en el RITE. Por otro lado, será imprescindible garantizar el correcto caudal de ventilación para cada escenario en concreto.

Igualmente, en el tratamiento del aire en espacios públicos influirá notablemente la necesidad de climatización, además de la humedad del ambiente. Es importante que las temperaturas en invierno no sean muy elevadas y que en verano tampoco desciendan demasiado, lo que significará que se está haciendo un uso eficiente de los sistemas de climatización. Los propios sistemas de ventilación mecánica pueden también introducir aire calefactado o refrigerado gracias a las unidades de recuperación de calor.