Salida de humos, normativa para una ventilación eficiente
En los locales comerciales y en las edificaciones industriales uno de los principales requisitos que ha de seguirse es el de la salida de humos. Poder extraer la polución que se genera en interiores de trabajo, ya sean cocinas, fábricas u otro tipo de recintos, es preciso para mantener la salud de los empleados y también para disponer de aire limpio en todo momento. ¿Qué nos dice la normativa en salida de humos y también cómo podemos adaptarnos a ella?
Lo primero que ha de tenerse en cuenta es la obligatoriedad, cuyos requisitos variarán en función del tipo de actividad comercial o industrial. Si bien para garantizar la calidad del aire interior siempre será necesario contar con un sistema que expulse los humos hacia una salida hacia el exterior.
La normativa de salida de humos especifica los diferentes valores de calidad del aire a extraer al estar contaminado con humo, sin importar si es un edificio o un local concreto. El caudal de aire de extracción en locales de servicio deberá ser de 2 dm3/s por m2 de superficie en planta, lo que cuenta para oficinas o locales que no produzcan humo de manera habitual.
En cambio, para zonas afectadas por el humo esta normativa será diferente, ya que se considerarán lugares de muy alto nivel de contaminación, como pueden ser:
- Cocinas industriales o de locales de restauración.
- Aparcamientos públicos o privados.
- Locales o salas de fumadores.
- Laboratorios químicos.
- Zonas de producción industrial.
Todos estos locales se consideran como zonas AE 4, que se refiere al aire de extracción con muy alto nivel de contaminación. Y la mejor solución para eliminar el humo de estas zonas contaminadas es la ventilación mecánica. Para poder cumplir con la normativa, estas soluciones mecánicas han de cumplir con la normativa UNE-EN 1366-1, en la que se especifica que el equipo de extracción ha de ser resistente al fuego y mantener criterios de integridad, aislamiento y capacidad de extracción en un tiempo determinado.
El Código Técnico de la Edificación también tiene mucho que decir y establece que el sistema completo de extractores de humos han de ser resistentes al fuego al menos durante una hora. En el caso de la ventilación, la resistencia ha de ser igual o mayor que la del elemento de compartimentación por el que atravesará el aire contaminado. Esto se especifica de esta forma para que, en caso de incendio, los conductos de ventilación continúen extrayendo el aire contaminado que procede de la combustión sin por ello perder estanqueidad. Es importante recalcar que el humo puede ser más peligroso que el fuego en según que situaciones.
Los conductos más cortos en la normativa de salida de humos
El diseño del sistema de ventilación completo para la salida de humos será imprescindible en todo el conjunto, y tendrá quizás la mayor importancia. ¿A qué nos referimos con el diseño? Básicamente, al trazado que tengan que hacer los conductos por los que viajará el humo extraído.
Los sistemas de extracción mecánica son la solución más eficaz para eliminar los humos y su eficiencia está muy contrastada, pero de la misma manera son muy sensibles al trazado que realiza el aire o el humo en este caso. Cuanta más distancia existe, menor eficacia de extracción.
Es por ello que sería imprescindible tener en cuenta dos elementos importantes para una correcta salida de humos:
- El dispositivo de aspiración ha de estar lo más próximo al foco de emisión de humos. Si se trata de un restaurante, ha de encontrarse justo encima de los fogones, y si es una industria allá donde se produzca el fuego controlado.
- Respetando el punto anterior, se ha de encontrar el lugar de expulsión del humo más cercano posible. Si la distancia a recorrer en conductos es muy larga, se producirán pérdidas de carga y se necesitará más potencia. Peor aún en caso de incendio, se requerirá más tiempo para extraer el aire contaminado, por lo que se pondrá en peligro la seguridad del local y sus ocupantes.
Otro aspecto a tener en cuenta es que la instalación para extraer humos ha de ser capaz de encerrar el máximo posible de aire contaminado para funcionar en un menor tiempo, además de hacer uso de las fuerzas de la inercia.
En esta búsqueda del diseño perfecto para la salida de humos, se puede optar por enmarcar las boquillas de extracción. De esa manera, se puede reducir el caudal de aire necesario y concentrar la extracción. Para evitar posibles fugas de aire contaminado, además, es importante que se reparta el caudal aspirado de la forma más uniforme posible.
La normativa para la salida de humos también especifica en la norma UNE EN 1366-8: 2005 que la velocidad del aire contaminado transportado ha de ser la suficiente para que no se almacenen partículas en suspensión contenidas en el humo dentro de los conductos. Se han de evitar las pérdidas de carga según la misma norma, y también las vibraciones excesivas, además de unos niveles acústicos molestos.
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