Problemas respiratorios: evítalos asegurando un aire interior de calidad

En el presente artículo te explicaremos todas aquellas actuaciones que se deben llevar a cabo en el sistema de ventilación de los edificios para minimizar al máximo los problemas respiratorios, o cualquier otra dolencia, que puedan sufrir sus ocupantes. Si pretendemos evitar el “síndrome del edificio enfermo”, mantener una calidad óptima del aire interior de nuestra vivienda es una necesidad.

Algunas de las causas de los problemas respiratorios

Un inadecuado y deficiente sistema de ventilación (que no asegure la sustitución del aire contaminado por un aire fresco y limpio), derivado de un mal diseño, o una limpieza y mantenimiento ineficaces de los mismos pueden derivar en una contaminación microbiológica del aire interior que dé origen a múltiples dolencias.

En ocasiones, un uso excesivo de los sistemas de calefacción y refrigeración (debido a la hermeticidad de los edificios como consecuencia de la cumplimentación de los niveles de exigencia de ahorro energético que establece la normativa vigente) incrementa el problema, ya que se imposibilita la renovación de aire interior y se favorece la dispersión de los contaminantes a todos los recintos interiores habitables, pues tan solo se produce una recirculación del aire con partículas contaminadas.

Otros síntomas

Aparte de los problemas respiratorios, otros síntomas que pueden padecer los usuarios de estos espacios mal ventilados son irritación de las mucosas, sequedad, afonía, afecciones cutáneas, mareos, cefaleas, etc.

La importancia del sistema de ventilación

El polvo resultante de la descomposición de los materiales de construcción debido a un aire contaminado (con una alta presencia de agentes bacteriológicos) afecta a los sistemas de ventilación y climatización. Es primordial, por lo tanto, mantenerlos en perfecto y limpio estado, para imposibilitar la diseminación de las esporas por sus conductos.

Una buena limpieza y mantenimiento serán aquellos que tengan en cuenta todos los componentes de la instalación como son los equipos, los conductos y los filtros (estos últimos cobran especial importancia, pues retienen las partículas transportadas por el aire).

Debemos asegurarnos de cumplir con las siguientes exigencias:

• Los filtros tienen la calidad exigida y se adecúan al uso para el que se pensó la instalación.

• Mantenimiento de los filtros de acuerdo con la normativa vigente y con el tipo de filtro.

• Los conductos de aire son estancos e impiden que prolifere la suciedad.

• Las bocas de aire se ubican los lugares apropiados, alejadas de focos de contaminación microbiológica.

• No hay riesgo de acumulación de agua en el interior del sistema. Cabe recordar que el agua estancada en el interior de las instalaciones de ventilación y climatización son el medio idóneo para la proliferación de agentes microbiológicos.

Cómo conseguir un edificio saludable

La mejor manera de conseguir un edificio saludable y, por lo tanto, evitar que sus ocupantes padezcan problemas respiratorios o de cualquier otra índole, es procurar que el aire interior de nuestro edificio esté libre de agentes microbiológicos. Para ello, debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:

• Ha de garantizarse un suministro suficiente de aire fresco y limpio de agentes microbiológicos.

• Se debe evitar la acumulación de agua y suciedad en la instalación de ventilación y climatización.

• Se garantizará que la humedad relativa del aire del interior de los recintos habitables oscila entre el 40 y el 60% (jamás por encima del 70%).

• Deberán llevarse a cabo actuaciones de limpieza y mantenimiento de los sistemas de ventilación y climatización.

• Si se detectan microorganismos, se procederá con las actuaciones correctoras y de higienización pertinentes, bien por medios mecánicos, bien por medios térmicos. Cabe recordar, que durante las operaciones de limpieza, cualquiera que sea el método de saneamiento empleado, hemos de asegurarnos de no poner en peligro la limpieza y purificación del aire, utilizando, para ello, aparatos purificadores de aire.