La ventilación punto clave para prevenir y eliminar humedades
Estaremos todos de acuerdo en que una mancha en la pared no es una buena señal. Las humedades son más frecuentes de lo que pensamos, pero hasta que estas no alcanzan un cierto tamaño pasan desapercibidas. Sin duda, las humedades pueden ser muy perjudiciales tanto para nosotros como para el edificio. Todo depende del grado y del tipo de humedad que padezcan las superficies. El factor principal que afecta al edificio es la pérdida de carga. Una humedad grave puede provocar que las paredes pierdan hasta un 50% de su poder de carga convirtiéndose en una gran amenaza para los ocupantes. En casos extremos, sobretodo en edificios abandonados, las humedades pueden provocar el hundimiento de la estructura.
¿Cómo se producen las humedades?
Un fuerte aislamiento del espacio, una ventilación escasa y actividades diarias como cocinar o ducharnos, resultan en un alto nivel de humedad. Si además le añadimos la humedad ya existente en el ambiente o si vivimos en lugares con un clima húmedo, el grado de humedad presente en el aire aumenta formando la combinación perfecta para que hongos y microorganismos crezcan. Según la OMS, la presencia de agentes biológicos en interiores está condicionada a una ventilación inadecuada y a la oscuridad. En su “Guía sobre la calidad del aire interior: humedad y moho” indica como abordar este asunto.
¿Qué tipo de humedades hay?
Existen tres tipos de humedades que pueden presentarse de manera aislada o combinada. Las más comunes, humedades por condensación, las encontramos en los espacios con bastante presencia de agua como el baño. Sin embargo, el dormitorio y la cocina pueden también presentar estas humedades. Normalmente, aparecen en forma de moho en las esquinas como si fueran pequeñas manchas. También en las ventanas y espejos como vaho. En este tipo las causas son el contraste térmico entre el interior y el exterior o una vivienda muy hermética que impide una ventilación adecuada.
La humedad por capilaridad la podemos localizar en las plantas bajas. Esta se produce cuando el agua procedente del subsuelo asciende por los poros de las paredes o muros hasta afectar los materiales de construcción. Los síntomas más habituales son la elevación de la pintura en la parte baja de las paredes. Por último, la humedad por filtración, esta suele aparecer en garajes o sótanos. En este caso se trata de un fenómeno externo ya que el agua se filtra al interior de la vivienda a través delos huecos y grietas dando lugar a manchas. Esta clase son las más fáciles de detectar. Según la OMS, unos niveles superiores al 65% de humedad permanente es perjudicial pero no por el vapor de agua sino por las bacterias y partículas que pueden crearse. Las enfermedades más frecuentes según la organización son:
•Infecciones de vías respiratorias
•Asma
•Alergias
•Reacciones alérgicas
•Dolencias reumáticas y óseas
•Migrañas
¿Qué puedo hacer?
El moho se puede eliminar de manera casera con productos de limpieza, pero esta solución no es permanente y las humedades reaparecerán. Para prevenir que surjan humedades es necesario tener un sistema de ventilación que ayude a impedir la reproducción de este tipo de bacterias.
Además, la impermeabilidad de la estructura se debe examinar para comprobar cuáles son los núcleos donde las humedades es más probable que aparezcan. Si las humedades son combinadas y graves, se deberá contactar con un servicio especializado para que analice el caso.
En nuestra medida, podemos reducir las posibilidades de estos casos dedicándonos a la limpieza. Se recomienda usar productos desinfectantes y fungicidas para tratar las humedades en las paredes interiores.
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