humidificicación

La humidificación se ha convertido en un proceso indispensable para garantizar la calidad del aire que respiramos. Esto se debe, en gran medida, a que la sequedad ambiental tiene multitud de efectos negativos sobre la salud. A continuación explicaremos en qué consiste, cuáles son las ventajas ofrecidas y cómo se puede llevar a cabo el control de humedad en el hogar.

¿Qué es la humidificación?

En primer lugar, debemos aclarar dos conceptos clave. Uno es el de humedad ambiental, que no es más que la cantidad de vapor de agua contenida en el aire que respiramos. Sin embargo, el que utilizamos para medirla es el de humedad relativa. En este caso, hablamos del porcentaje de vapor de agua presente en el aire a una temperatura concreta con respecto a la que sería capaz de albergar como máximo.

Cuanto más caliente esté el aire, mayor es la cantidad de agua que es capaz de albergar. Por ejemplo, 1 kg de aire a -18 ºC apenas alcanza a contener 0,92 gramos de vapor de agua. En cambio, a 21 ºC, puede tener hasta 15,8 gramos de este elemento.

 
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El proceso de humidificación consiste en aportar una dosis extra de vapor de agua al aire presente en el ambiente. Con ello, conseguimos prevenir ciertos problemas de salud y obtener los beneficios que veremos a continuación.

¿Por qué humidificar?

El aire seco presenta una serie de inconvenientes para la salud de los seres humanos. Por ejemplo:

  • Irritación de las vías respiratorias y de las mucosas.
  • Picor en la piel y, sobre todo, bajo las zonas cubiertas de vello y cabello.
  • Sequedad en los ojos.
  • Mayor exposición a infecciones víricas y bacterianas.

A esto hay que sumar, además, que la sequedad del aire puede acelerar el deterioro de las estructuras de madera y provocar un incremento de las descargas electroestáticas. Tanto el uso de la calefacción como del aire acondicionado suelen incrementarla.

Humidificar el aire y, por tanto, mantener los valores de humedad relativa dentro de los parámetros recomendados ayuda a prevenir todos estos problemas. También:

  • Facilita la conciliación del sueño y disfrutar de un mejor descanso.
  • Favorece la limpieza e higienización del aire.
  • Es útil para ahorrar energía, ya que proporciona una mayor sensación de bienestar térmico.
  • Crea un ambiente más adecuado para los más vulnerables, como son los bebés y las personas mayores.
  • Alivia la congestión nasal.

Eso sí, debemos considerar que el exceso de humedad relativa también puede provocar problemas. Durante el invierno, sus valores han de situarse entre el 40 % y el 50 % a una temperatura de 22 ºC. En verano, entre el 45 % y el 60 % a 24 ºC.

Control de humedad en el hogar

La única forma de conocer el porcentaje de humedad relativa dentro del hogar es mediante el uso de un higrómetro, un dispositivo integrado en una gran variedad de aparatos de climatización y ventilación.

Una vez determinada la humedad relativa, si observamos que es demasiado baja, podemos tomar una serie de medidas para incrementarla. Hablamos, por ejemplo, de dejar la puerta del baño abierta al tomar una ducha o colocar plantas en el interior de la estancia en cuestión.

Como podemos ver, controlar la humedad relativa en interiores es perfectamente posible. En este sentido, el proceso de humidificación es indispensable para prevenir los problemas de salud asociados a la sequedad del aire. En la actualidad, los sistemas de ventilación mecánica controlada suelen disponer de higrómetros incorporados. Su función es la de ajustar la concentración de vapor de agua en el ambiente de forma automática sin que el usuario tenga que hacer nada.

 
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