Gases contaminantes en el aire

Los gases contaminantes en el aire son uno de los venenos con los que convivimos a diario. El medio ambiente sufre con la actividad humana y natural, y los seres vivos padecemos los efectos de la polución del aire. Ya sea a través de partículas contaminantes originadas por la actividad humana -lo que se conoce por contaminantes antropogénicos-, como de elementos dañinos en el aire que se hayan producido de manera natural. Como los que aparecen cuando se origina un desastre ecológico.

Si bien no hay que alarmarse demasiado ante la presencia de agentes contaminantes en el aire, sí que hay que conocer sus efectos y los riesgos que conllevan. De la misma forma, es importante tratar de reducir la contaminación todo lo que sea posible. Usar sistemas de ventilación con eficiencia energética es una medida que ayuda a combatir los gases contaminantes, si bien un uso inteligente de los aparatos de climatización también es primordial.

Y es que una pobre calidad del aire tiene efectos nocivos en las personas y reduce la salubridad. El aparato respiratorio y el sistema cardiovascular se ven afectados por la polución y por los agentes contaminantes del aire.

 
Cómo elegir sistemas de ventilación
 

Ese es el primer efecto nocivo que se tiene en cuenta con los gases contaminantes en el aire: los daños a las personas. En ciudades con una gran polución puede sufrirse de tos, respiración difícil, exceso de moco en las vías respiratorias y otros daños como pueden ser la bronquitis o el asma. En casos extremos, puede generar un cáncer.

Una manera de descubrir los efectos de la polución en los seres humanos es acercarse a una de las ciudades más pobladas de China o India. Normalmente, los europeos que aterrizan en una urbe como Pekín notan que los primeros días tosen y les cuesta respirar. Eso es porque la polución es tan alta que equivale a fumar 40 cigarrillos en un día, según un estudio reciente. Es un ejemplo perfecto de lo que significa la contaminación del aire.

También pueden producirse problemas relacionados con el corazón por culpa de los gases contaminantes en el aire. Todos los seres vivos acusan estos daños, que en humanos pueden ser estrechamientos de las arterias coronarias o posibles riesgos de formación de coágulos.

La solución que podemos aportar nosotros a nivel personal es tener cuidado del aire que respiramos en interiores. Si bien no podemos controlar lo que ocurre en el exterior, en nuestras casas podemos instalar filtros de aire y usar sistemas de ventilación que cuiden del aire que respiramos entre paredes. Evitando problemas como las humedades en las zonas donde habitamos y dormimos.

 

Efectos materiales y medioambientales de los gases contaminantes

 

Contaminantes antropogénicos

En el entorno natural, la existencia de gases contaminantes en el aire también afecta notoriamente a nuestro planeta. El daño más conocido es el efecto invernadero. Se trata de un fenómeno que ocurre cuando las radiaciones negativas que salen de la actividad de la tierra no pueden escaparse a través de la atmósfera por culpa de la capa de contaminación. Igualmente, llegan muchos más rayos solares.

Por todo esto, en el efecto invernadero se produce un aumento de la temperatura en nuestro planeta ante este desfase de energías recibidas y eliminadas. Lo que se suele explicar como el calentamiento global.

Los principales gases contaminantes relacionados con tan nocivo efecto son:

  • Dióxido de carbono.
  • Metano.
  • Óxido nitroso.

Los tres son muy venenosos para los seres vivos, pero también para la naturaleza. Es por eso que vivimos cambios de clima inesperados en el mundo, como son los inviernos más cortos y los veranos lluviosos. En según qué zonas del mundo, es habitual que se den inundaciones, huracanes u otros efectos atmosféricos graves por culpa de ello.

Por supuesto, la propia contaminación del aire y los gases contaminantes también afectan de manera muy dañina a los bienes materiales que están expuestos a la intemperie. Puede verse claramente en vehículos y fachadas de viviendas.

La actividad por combustión -como producen por ejemplo los automóviles o ciertos procesos manufactureros- lanza azufre y nitrógeno a la atmósfera. Y luego, cuando llueve, ambos venenos se mezclan con el agua y se produce la lluvia ácida, que puede contener pequeñas partes de ácido sulfúrico y nítrico. Dicho fenómeno puede corroer metales, maderas e incluso piedras y otros elementos naturales.

Otros elementos como el mármol pueden ser muy sensibles igualmente a la lluvia ácida, puede deteriorarse hasta parecer una pasta de yeso. Muchos grandes monumentos de la humanidad están afectados por ello, como es el Taj Mahal en la India, donde la contaminación es rampante.

Para poder combatir la lacra de los gases contaminantes en el aire, hay que apostar por las energías renovables. En casa, podemos optar por usar bombillas de bajo consumo y energía LED. Un uso responsable de los sistemas de climatización también es imprescindible para reducir la contaminación en el ambiente. Usar menos los aparatos de aire acondicionado en verano y restringir la calefacción de combustión en invierno son ayudas para mantener una atmósfera limpia.

 
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