El certificado WELL es un sistema internacional para compañías y comunidades basado en diez categorías fijadas por el International Well Building Institute. Estas medidas se centran en la salud y el bienestar de las personas, y van más allá de las mediciones más frecuentes como la calidad del aire, el agua o la iluminación.

Según la Encuesta Nacional de Patrones de Actividad Humana (NHAPS) de Estados Unidos pasamos el 90% de nuestra vida en lugares cerrados, en otras palabras, si tienes 46 años has pasado aproximadamente 41 años de tu vida en espacios interiores.

Ante una cifra tan abrumadora no cabe duda de la necesidad de crear lugares dinámicos y sanos ya sean viviendas, hoteles, escuelas, oficinas o comercios. Es precisamente en este marco donde WELL se ha centrado diseñando métodos y propuestas para mejorar nuestra vida diaria y hacer que ese 90% sea menos nocivo.

Invertir en este certificado conlleva importantes beneficios a largo plazo. Según WELL, las compañías que han apostado por invertir en un entorno de trabajo saludable, atraen y retinen talento, sobre todo entre los jóvenes que suelen dar prioridad a cuestiones como la calidad y el bienestar.

Gracias a WELL y sus métodos científicos se puede identificar y medir de manera precisa la salud de los espacios, volviéndonos más conscientes del impacto real que tienen estos escenarios.

Los diez elementos que WELL presenta son fundamentales para formar un ambiente equilibrado, sano y agradable. Año tras año, el instituto continúa estudiando como perfeccionar el certificado, se modifican las diferentes categorías o se incorporan de nuevas, es un proceso en constante evolución. Algunas de estas optimizaciones son obligatorias mientras que otras son opcionales.

Para empezar, el aire. Esta categoría ocupa el primer lugar en su ranking y es una pieza clave en nuestro bienestar. Son evaluados parámetros como el método de ventilación -si es natural, híbrido o mecánico- y la protección de los espacios.

 
 

Infografia del Certificado Well
 
 

Se califica también la calidad, distribución, gestión y almacenamiento del agua. Un correcto uso de este recurso es premiado. La luz un ingrediente vital en nuestro trabajo es examinada debidamente ya que esta emite radiaciones y en el caso de la luz artificial una exposición a largo plazo de ultravioletas puede conllevar problemas de salud. Se mide por ejemplo el balance entre la iluminación natural y la artificial.

La alimentación puede ser una medida poco ortodoxa de evaluar, sin embargo, los analistas de WELL observa que tipo de alimentación se promueve en los espacios, sean cafeterías, restaurantes o máquinas expendedoras. Un dato a tener en cuenta es la facilidad de acceso a estos alimentos. Además de fomentar una dieta equilibrada, el movimiento y la vida activa son hábitos indispensables para mejorar nuestra salud. Por ejemplo, se contempla que hábitos se facilitan como también la ergonomía del mobiliario.

A continuación, el confort térmico -la monitorización de la temperatura o las humedades- y el confort acústico -el ruido del lugar tanto exterior como interior- son elementos que a pesar de no ser palpables pueden llevar a producir un efecto negativo en sus ocupantes. Asimismo, los materiales usados en la construcción y en la decoración son de relevancia ya que estos desprenden sustancias, algunas inofensivas pero otras peligrosas. En esta categoría, se incluye también los productos de limpieza.

A nivel humano, la comprensión y promoción de la salud mental son factores de alta importancia para WELL. Aceptar estas enfermedades de manera corporativa favorece al proceso de mejora y recuperación de la persona. Por último, pero no menos importante, todos los elementos y hábitos sumados crean un entorno ideal para formar una comunidad basada en la comunicación, el respeto y el compromiso. En este nivel se contempla que tipo de actividades o servicios se impulsan para motivar y apoyar a los usuarios.

En definitiva, el certificado WELL es una apuesta por el bienestar de las personas abordada de manera inclusiva y completa, aportando un valor añadido muy elevado a la organización y a sus participantes. Ya hay más de 35.000 proyectos con el sello de WELL Building y es que obtener este certificado es garantía de que se tienen los ingredientes necesarios para un futuro más saludable, donde el bienestar gana prioridad.

 

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