¿Qué son los contaminantes antropogénicos?
La contaminación atmosférica es uno de los riesgos que más preocupan a las entidades ecologistas. Desde que tenemos constancia de los efectos nocivos de la disminución de la capa de ozono y conocemos los principales contaminantes del aire, los seres humanos tratamos de encontrar formas de ser más respetuosos con el medio ambiente y luchamos por parar la contaminación del aire y del planeta.¿Y cómo llamamos a los efectos dañinos de nuestra actividad sobre el medio ambiente? Contaminantes antropogénicos. Que son aquellos que producimos los humanos con nuestra actividad.
Los más destacados son aquellos que proceden directamente del sector industrial. Es en las manufacturas y en la producción de aquello que necesitamos donde generamos más residuos. Algunos de ellos son verdaderamente nocivos, como es el caso de los metales tóxicos.
Podemos dividir la contaminación antropogénica en dos grandes categorías en función de su origen.
- Emisión antropogénica controlada. Es la que se produce en un entorno controlado y planificado. Ha de estar supervisada por personal cualificado y estar dentro de las leyes y regulaciones del país donde se produzca. Un ejemplo es la emisión de gases en una industria durante el proceso productivo.
- Emisión antropogénica accidental. Es la relativa a situaciones no planificadas y fuera de control. Puede ser desde un pequeño vertido al producirse una avería en un almacén en tierra hasta grandes catástrofes naturales como son los barcos petroleros hundidos o las fugas en centrales nucleares.
Cada sector de actividad industrial o productiva ha de tener en cuenta las leyes y medidas de seguridad para evitar accidentes que deterioren el medio ambiente y también para controlar los contaminantes antropogénicos que puedan lanzar al exterior.
Tipos de contaminantes antropogénicos
Los contaminantes antropogénicos se crean en actividades que van desde la artesanía o el trabajo doméstico hasta la minería o la manufactura. Su emisión se produce mayoritariamente en:
- El sector industrial. Se considera que la economía manufacturera es la que más contaminación antropogénica puede llegar a producir. Cuando menos, algunos de los residuos más peligrosos, como son los metales tóxicos, suelen ser generados en ambientes industriales. Los escapes de gases y polvo en la atmósfera por parte del sector industrial empeoran el calentamiento global, y la industria es responsable de buena parte de la contaminación del aire y del agua.
- Producción energética. Otro gran foco de contaminantes antropogénicos es la creación de suministros y energía. Si bien las energías renovables y la eficiencia energética ayudan mucho a reducir la polución, la demanda energética es enorme y crea muchos residuos.
- Actividad humana. Nuestro día a día también produce este tipo de contaminantes que también son llamados «de actividad humana». Están los restos orgánicos y también las emisiones de los coches y camiones. El alcantarillado y todo lo que esté relacionado con nuestras ciudades contribuye a la emisión de contaminantes antropogénicos.
- Trabajos agrícolas y ganaderos. Los fertilizantes, y también los residuos orgánicos que producen los animales y las plantas que hacemos crecer, son también parte de estos contaminantes.
- Eliminación de residuos. Quemar, destruir o eliminar de la forma que sea los restos que producimos también genera mucha polución y contaminación antropogénica. En cualquier caso, la preocupación por el medio ambiente ha recortado este daño y el reciclaje frena la creación de residuos.
En siglos anteriores, la actividad humana no tenía en cuenta la emisión de contaminantes antropogénicos. Pero desde el siglo XX que los países desarrollados han aplicado normativas muy férreas para evitar envenenar más al planeta con nuestra actividad.
Un ejemplo claro fue apostar por la gasolina sin plomo. Este tipo de gasolina disminuye la emisión contaminante de plomo y de SO2, cuya principal fuente es la combustión de carbono. Hoy en día, los coches híbridos y la apuesta por el automóvil eléctrico son acciones para reducir este tipo de polución.
En el caso de la agricultura, el uso de fertilizantes y de plaguicidas se ha reducido para evitar los efectos nocivos de estos químicos sobre el medio ambiente. La investigación ha encontrado otras maneras para prescindir en varios casos de estos venenos controlados.
En el caso de las ciudades, la mayoría de países europeos han llevado medidas a cabo para limitar el daño de los vertederos y de la contaminación de los ríos. El reciclaje, la recogida selectiva y el aprovechamiento de recursos han ayudado mucho también a reducir el volumen de contaminantes antropogénicos que se producen por la actividad humana.
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