Certificación energética LEED, ¿en qué consiste?
En el ámbito de los certificados energéticos voluntarios existen unos cuantos referentes que pueden resultarnos muy válidos de cara a 2020, cuando se ponga en marcha la obligatoriedad de la Edificación de Consumo Casi Nulo. Cuando entre en vigor esta normativa de la Unión Europea, todas las construcciones tendrán que adaptarse a unos criterios de elevada eficiencia energética. Para lograrlo, una buena manera es aplicando los sellos que ya rigen medidas similares, como la certificación energética LEED.
Las siglas LEED hacen referencia al nombre Leadership in Energy & Environmental Design, que en inglés sería «Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental». En estas siglas se esconde uno de los certificados energéticos más importantes, desarrollado en Estados Unidos en el año 1993, aunque hoy en día cuenta con presencia en multitud de países, entre ellos España.
Los certificados energéticos son de carácter voluntario y su finalidad es poder determinar hasta qué punto una construcción es respetuosa con el medio ambiente y cuenta con sistemas de eficiencia energética. Además de LEED, los otros dos grandes certificados energéticos de mayor renombre son BREEAM y Passivhaus, ambos de origen europeo y también con una importante trayectoria en España.
Lo más útil de los certificados energéticos es que garantizan si una edificación puede cumplir con unos mínimos estipulados en eficiencia energética y en ecología.
Se ofrecen unas guías para llevar a cabo proyectos que sean respetuosos con el medio ambiente y que supongan un gran ahorro energético. De cara al comprador de un inmueble, por ejemplo, el contar con un sello energético le garantiza cuán sostenible es la vivienda, lo que convierte a LEED, BREEAM y Passivhaus en una generosa ayuda para validar la sostenibilidad de un edificio.
Además, como dijimos previamente, en la Edificación de Consumo Casi Nulo los sellos energéticos nos ayudan a cumplir con los objetivos europeos, de los que no hay muchas directrices. Si un constructor se adapta a, por ejemplo, las normas de LEED podrá lograr un edificio de eficiencia energética.
En el caso de la certificación energética LEED, podemos decir que se compone de un conjunto de normas para llegar a la sostenibilidad en cualquier tipo de edificio. Algunas de las mejoras propuestas son:
- Eficiencia energética. Incorpora desde mecanismos de climatización sostenibles hasta instalaciones de aislamiento térmico y una mejor orientación.
- Uso de energías alternativas. Se propone la aplicación de sistemas de recuperación de agua o de placas solares, en los espacios libres de la parcela se opta por instalar zonas de desarrollo sostenible.
- Mejora de la calidad ambiental interior. En este caso se apuesta por los sistemas de ventilación mecánicos, ya que pueden garantizar la renovación del aire interior y su mayor calidad.
- Eficiencia del consumo del agua. Además de la recogida de agua de lluvia, un uso más eficiente en baños, cocinas y lavaderos.
- Selección de materiales ecológicos, de proximidad y evitando la toxicidad.
La certificación energética LEED, que ya hemos dicho es de uso voluntario, quiere que se avance en la utilización de estrategias que permitan una mejora global en el impacto medioambiental de la industria de la construcción, pero también en el menor consumo de los edificios durante su vida útil.
¿Cómo funciona la certificación energética LEED?
La certificación energética LEED funciona a través de puntos que han de ganar los edificios, lo que dará acceso a alcanzar categorías. Se fija especialmente en la sostenibilidad, el ahorro de agua, la energía utilizada y la atmósfera. El número de puntos permitirá obtener una de las cinco categorías disponibles, de menor a mayor fortaleza:
- LEED
- LEED Plata.
- LEED Oro.
- LEED Platino.
Se trata de un sistema de hasta 110 puntos posibles. El mínimo para la categoría inicial es de 40 y el más elevado, el LEED Platino, requiere de 80 o más puntos.
Podemos encontrar diferentes tipos de certificación energética LEED en relación al tipo de proyecto:
- Nuevas Construcciones. Sirve para todo tipo de nuevo edificio, ya sea de edificios residenciales u oficinas, o un local público.
- Edificios Existentes. Se trata de una certificación energética para obtener en lugares que vayan a ser reformados.
- Viviendas. Para casas, haciendo hincapié en aspectos como la eficiencia energética y la gestión de los residuos.
- Barrios. Se fija en zonas concretas y se requiere altos esfuerzos ecológicos a nivel global.
- Instituciones educativas. Para todo tipo de edificio educativo. Se fija en la gestión de los residuos, el respeto al medio ambiente y la eficiencia energética en todas las zonas dentro de los centros educativos.
La aplicación de la certificación energética LEED ofrece grandes mejoras de cara a mejorar la construcción y a adaptarse a la Edificación de Consumo Casi Nulo, pero las principales ventajas van más allá. Los edificios que decidan acceder a este sello energético serán mucho más duraderos y, ante todo, gastarán mucha menos energía. Todo ello se traducirá también en una mejora del confort para aquellos que los habiten.
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