Ventilación forzada y aire acondicionado

El aparato de aire acondicionado ha pasado de ser un bien de lujo a algo muy común en casi todas las casas, sobre todo las de nueva construcción. Si bien hace tres o cuatro décadas era muy difícil encontrarlo en un hogar, su reducido precio de instalación ha hecho posible que hoy en día esté muy popularizado. Pero, ¿cuál es el problema inicial del aire acondicionado? Sin duda su consumo, que muy posiblemente será el que protagonice el mayor gasto eléctrico en los meses de calor. La solución puede pasar por combinarlo con una alternativa ecológica y de muy mínimo consumo, la ventilación forzada mecánica.

Ante todo, ¿de qué dependerá la factura del aire acondicionado? Podríamos dar unos precios aproximados -si bien son demasiados los factores que influyen en ello-, pero primero de todo debemos tener en cuenta el tipo de uso que se le dé, la vivienda en cuestión y factores como nuestra rutina. Sin embargo, no será difícil que el mayor gasto en electricidad en el hogar lo protagonice este aparato de climatización tradicional.

Aquello que de una u otra forma influirá en el consumo de electricidad por parte del aire acondicionado será:

  • Los aparatos más recientes pueden llegar a consumir hasta un 25% menos gracias al ahorro energético. Aun así, que sean eficientes no significa que dejen de protagonizar importantes consumos.
  • El tamaño del aparato será muy importante. Las unidades muy grandes podrán generar un gran nivel de frío, lo que no encontrará un confort suficiente.
  • El tipo de construcción de la vivienda es casi tan importante como el contar o no con aire acondicionado. Si el aislamiento es mínimo, las necesidades de refrigeración serán mucho más elevadas.
  • La temperatura a la que tengamos el equipo de aire acondicionado será determinante en todo momento, igual que la velocidad a la que esté el ventilador.
  • Las horas en que esté encencida la función de refrigeración serán críticas en el consumo del aparato.

Dicho esto, existen cálculos habituales de cuánto puede llegar a costar el uso del aire acondicionado en un hogar. Para una vivienda de tamaño medio y de una planta, el uso del aire acondicionado puede ser de unos 58 euros mensuales. Eso, si hacemos el cálculo aproximado de ochos horas al día con un equipo medio de 2KW. Sin duda, es un gasto elevado.

Este gasto estimado, no obstante, no ha de ser exactamente así. También hemos comentado que las unidades de refrigeración y su consumo depende en buena medida de las condiciones de temperatura exterior y también del aislamiento térmico, pero como media funcionaría correctamente. Si bien es posible recortarlo, por ejemplo con el uso del temporizador para apagar el aire acondicionado durante la noche. En este caso, sería fácil reducir su consumo a unos 40 euros mensuales.

Son consumos totalmente diferentes de los de los ventiladores convencionales. Un ejemplo: imaginemos que usamos un ventilador de 55W durante los 30 días de un mes. Sin parar. El consumo que alcanzará el aparato será de, como mucho, unos cinco euros.

Es aquí donde entra la opción de combinar el uso del aire acondicionado -o de simplemente limitarlo- con el de la ventilación forzada Y es que los sistemas mecánicos de ventilación, que renuevan el aire en interiores, no solo son capaces de limpiar de impurezas el entorno que respiramos y de garantizar la salubridad. Sino que pueden mejorar muchísimo las temperaturas sin necesidad de sistemas de refrigeración tradicionales.

 

Eficiencia energética y su relación con el aire acondicionado

 

Ventilación forzada y aire acondicionado

Como comentamos previamente, los sistemas de aire acondicionado no regulan la temperatura de manera programada. Mucha gente estima que, al elegir un tipo de temperatura determinada, el equipo adaptará la temperatura del aire a emitir de manera automática. Desgraciadamente, no es así.

Los equipos de aire acondicionado tienen una capacidad de refrigeración de entre los 9ºC y los 12ºC. Emitirán aire frío a esa temperatura siempre. A partir de aquí, cuentan con un termostato que regulará la temperatura interior, para así saber cuándo ha de modificar la temperatura. ¿Cómo harán para adaptarse a la temperatura escogida por el usuario? Simplemente dejarán de emitir aire frío y ventilarán únicamente.

Esto es fácil de comprobar mediante el uso del compresor. Cuando veamos que deja de estar en funcionamiento es porque no necesita emitir aire frío, y no volverá a hacerlo hasta que sea realmente preciso.

Desgraciadamente, los termostatos no son tan eficientes como debería. Por eso, al elegir una unidad de aire acondicionado es importante decantarse por una que tenga las dimensiones necesarias y que no sobrepase, ya que en ese caso lo que ocurrirá es que sentiremos frío en casa. Y además que la factura de la luz se disparará.

En cualquier caso, con lo que hemos comentado aquí, podemos decir que los sistemas de aire acondicionado no son de alta eficiencia energética. Aunque encontremos modelos que así lo comuniquen, básicamente vienen a avisarnos de que consumen menos que los productos de la competencia o los habituales en el pasado. Pero eso no significa que sea ahorrador o de bajo consumo.

El próximo año se pondrá en marcha la obligatoriedad de la Edificación de Consumo Casi Nulo, y de esa manera se restringirá el uso de los sistemas tradicionales de climatización, como son los equipos de aire acondicionado y los de climatización. Y esta nueva normativa apuesta por sistemas de climatización de alta eficiencia energética. En este caso, la mejor solución es la ventilación mecánica de doble flujo con recuperación de calor.

Sin embargo, la ventilación mecánica y la renovación del aire pueden ser unos grandes aliados en el recorte de la factura de la electricidad al realizar un uso mucho más racional de los sistemas de aire acondicionado.

 

Renovación del aire en combinación con el aire acondicionado

 

Aire acondicionado

Los sistemas de aire acondicionado básicamente insuflan aire frío en las estancias, pero el funcionamiento es algo más complejo. El compresor -que se encuentra en el exterior- extrae el aire caliente y, al comprimirlo junto al gas refrigerante, crea el proceso de sub-enfriamiento gracias a lo que se conoce como circuito frigorífico. El gas resultante es frío y es el que entra en las estancias a una temperatura de alrededor de los 9ºC y los 12ºC.

Sin embargo, no elabora una renovación del aire -en ningún momento tiene en cuenta los valores temporales del aire en interiores- y no tiene en cuenta la salubridad o la presencia de contaminantes. Y para extraer el aire caliente, el precio a pagar es muy elevado, ya que el compresor necesita mucha energía para funcionar con normalidad.

En cambio, la ventilación forzada -también conocida como ventilación mecánica– se encarga de renovar el aire en las estancias mediante ventiladores de extracción. De esta manera, elimina el aire caliente de las estancias a un coste energético ínfimo.

Así también se puede extraer la humedad, que si se da un exceso es uno de los mayores causantes de una mayor sensación de calor, además de sudoración. Pero las posibilidades de la ventilación mecánica para reducir el consumo de aire acondicionado van mucho más allá.

 

La ventilación forzada como alternativa al aire acondicionado

 

sistemas de doble flujo

En la edificación moderna, podemos prescindir del sistema de aire acondicionado en la mayoría de las situaciones gracias a la ventilación de doble flujo. En este sistema de ventilación forzada, el aire se renueva siempre en función de las condiciones de respiración en cada estancia. Y, además, es capaz de introducir aire refrigerado en los meses cálidos. Y sin mayor consumo que el de los ventiladores.

El sistema es el siguiente:

  • La ventilación de doble flujo cuenta con sondas y medidores de temperatura, humedad y contaminación. Es capaz de analizar el estado del aire en los diferentes puntos de cada estancia.
  • En el supuesto de que el aire pierda calidad -por una alta humedad o ante todo por contaminación debido a la limpieza o al cocinado- empezará la extracción de aire de manera automática.
  • Paralelamente, el sistema de ventilación de doble flujo es capaz de filtrar aire del exterior e impulsarlo en interiores.
  • Al introducir aire del exterior, mediante una unidad de recuperación de calor, es capaz de atemperarlo. De esta manera, en verano es capaz de enfriar el aire del exterior gracias al paso junto al aire que sale al exterior.

De esta manera, mediante el sistema de bypass de la ventilación de doble flujo podemos refrigerar una estancia de manera cómoda. ¿Qué significa este avance de la ventilación forzada para el uso de los aparatos de aire acondicionado? Principalmente, que no deberemos usarlo en la mayoría de ocasiones.

La ventilación forzada de doble flujo es capaz de atemperar las estancias a una temperatura adecuada, sin necesidad del uso del aire acondicionado. Aun así, su eficiencia dependerá también del aislamiento térmico de la vivienda y de otros condicionantes. En ese caso, si se dispone de un aparato de aire acondicionado podrá utilizarse para bajar la temperatura en momentos determinados, siendo utilizado en momentos muy oportunos y durante muy poco tiempo.

De la misma manera, la ventilación de doble flujo se centra en extraer el aire de mala calidad o que cuenta con una mayor humedad. Así, evita el uso de los aparatos de aire acondicionado, cuya funcionalidad es extraer el aire caliente para comprimirlo y enfriarlo. La ventilación forzada, igualmente, es mucho más eficiente y, ante todo, genera un ahorro energético que la convierte en una opción ideal y de futuro, ya que sí se trata de una verdadera solución de eficiencia energética