Certificado energético

Uno de los documentos imprescindibles en un inmueble es el certificado energético. Se trata de una de las licencias oficiales y obligatorias para calificar el uso que un edificio hace de la energía. Y ante todo la forma en que los inmuebles tratan de apostar por la eficiencia energética, en cada caso concreto, y siempre en relación al consumo que pueden necesitar y ahorrar. Se trata de conocer en qué punto se encuentra una edificación entre sus necesidades de uso mínimas, en óptimas condiciones, y lo que gasta en realidad. El mismo documento también ha de informar sobre las emisiones de CO2 del edificio en cuestión.

Este certificado energético es obligatorio en España desde 2013, y está aprobado por el Real Decreto 235/2013, si bien su origen parte de la Unión Europea. Se trata de una directiva que ya han acatado todos los estados miembros.

¿Quién está obligado a obtener el certificado energético? Los propietarios de los inmuebles en su totalidad, que deberán hacerse con él para poder alquilar o vender su inmueble. Es más, quienes firmen un contrato de venta o alquiler sin tener dicho documento incurrirán en multas de hasta 600 euros. Como comprador, la obligación está en solicitar que en la documentación del inmueble se incluya el certificado energético.

Para poder obtener este documento obligatorio es necesario contratar a un técnico en certificaciones que realice las pruebas oportunas para lograr su adquisición. Y junto con el certificado energético se logra automáticamente la etiqueta energética, donde se resume la información contenida en el documento.

En dicha etiqueta, del estilo de las que se ponen en electrodomésticos, se indican las calificaciones de emisiones y de consumo del edificio que previamente obtuviera en el certificado. Se utiliza una escala de colores, con una calificación que va de la A la G, de mayor a menor eficiencia.

¿Para qué nos sirve el certificado energético y la etiqueta si queremos vender o alquilar un inmueble? Más que nada porque es un documento obligatorio que ofrece un dato a tener en cuenta y a ofrecer en los anuncios de compra-venta que realicemos. También los propietarios han de entregarlo igualmente a las agencias inmobiliarias, como además incluirlo en los anuncios para comerciar con él en Internet u otros portales. Quien tiene una buena calificación, no hay duda de que puede beneficiarse de la buena imagen que da haber obtenido una buena nota, que certificará que tiene un edificio energéticamente eficiente.

Dicha etiqueta energética tendrá como origen un documento básico elaborado por los técnicos oficiales, conocido como el modelo de certificado de eficiencia energética. Si bien el documento a rellenar está disponible en la página del Ministerio de Industria, los especialistas deberán tener en cuenta la legislación autonómica para cumplimentarlo.

 

¿Qué se revisa en el certificado energético?

 

Como hemos comentado, existen ciertas normas específicas para cada comunidad autónoma que los técnicos especializados deberán tener en cuenta a la hora de rellenar la información para la obtención del certificado energético. Sin embargo, la mayoría de características a certificar son comunes y han de figurar, además, los siguientes puntos específicos los siguientes anexos:

  • Mediciones, pruebas y comprobaciones que hayan sido realizadas para poder obtener los datos del inmueble.
  • Los edificios que ya estuvieran construidos han de incluir un análisis de las medidas de eficiencia energética recomendadas para que sus condiciones mejoren, siempre dentro de la viabilidad de los edificios.
  • También han de incluirse, siempre que sea posible, estimaciones de los plazos de amortización de las inversiones en ahorro energético, o de la rentabilidad que ofrezcan durante su vida útil.
  • Para edificios previamente construidos que se vendan usados es necesario aportar información para el nuevo propietario o arrendatario sobre los costes que incurriría en caso de llevar a cabo las modificaciones que necesita el inmueble para poder tener una mejor calificación en la etiqueta energética. También han de mostrarse los ahorros que conllevaría poner en marcha dichas medidas.

Toda esta información se encuentra reunida en el artículo 6 del citado Real Decreto 235/2013. Cuando los técnicos aprueben el certificado y ofrezcan la documentación necesaria, su validez será de diez años. Aun así, podrá ser actualizado de manera voluntaria por el propietario siempre que lo considere oportuno. Por ejemplo, tras una reforma que suponga un aumento en la escala de clasificación de la etiqueta, lo que también haría más sencillo de vender el inmueble.

Para poder mejorar la eficiencia energética de nuestro inmueble y tener una mejor calificación en el certificado energético, hay muchos caminos que podemos tomar. Algunas recomendaciones son las siguientes:

  • Utilizar sistemas de iluminación ecológicos, de bajo consumo, y a ser posible adaptados a las necesidades reales del edificio en materia de luz artificial. El aprovechamiento de la luz natural es muy importante para una mejor calificación.
  • Modificar la estanqueidad del edificio, hacerlo más aislante, envolvente y que las puertas y ventanas no dejen pasar el calor o el frío.
  • Instalar sistemas de ventilación mecánica, a ser posible de doble flujo, para la renovación total del aire y necesitar un menor uso de aparatos de climatización.
  • La domótica y los sensores de movimiento, además de los medidores de CO2 o humedad, son otras modificaciones para poder lograr una mejor calificación en el certificado energético.

No puede descuidarse la eficiencia energética en nuestras viviendas. La parte más difícil la tienen los inmuebles que ya tengan bastantes años, ya que modificar sus condiciones tiene un coste económico para poder obtener una mejor nota en el certificado energético. Aun así, es posible recuperar la inversión en un tiempo razonable gracias al ahorro en energía que se lograría.