La insuflación de aire en el interior de un local es uno de los procedimientos por los que conseguimos facilitar su ventilación, es decir la renovación del aire interior que está cargado de humedad, CO2 y otros contaminantes, para sustituirlo por aire limpio y seco procedente del exterior. Tradicionalmente, para llevar a cabo esta renovación del aire se ha utilizado la ventilación natural y en menor medida la ventilación mecánica con la que se consigue la extracción de aire contaminado de cuartos de baño, cocinas, aparcamientos, garajes y trasteros ubicados en la planta bajo rasante del edificio.

 

Ventilación natural

Este tipo de ventilación se puede obtener de tres formas:

La ventilación unilateral se produce por la diferencia de presión y temperatura a través de los huecos e infiltraciones de la envolvente térmica del edificio que pone en contacto el interior con el exterior de la vivienda. Cuando la presión del aire es superior en alguno de los dos lados del cerramiento, se genera un flujo por el que el aire circula desde la zona con mayor presión a la zona con menos presión. Este sistema es el que se acciona cuando abrimos cualquier ventana del cerramiento exterior de una vivienda o de forma espontanea a través de las filtraciones que se producen en los cerramientos de fachada. En este tipo de ventilación natural también se aprovecha el flujo convectivo que se genera en una estancia cuando el aire se calienta y asciende. De esta forma se consigue ventilar las salas de calderas y las cocinas que utilizan gas como combustible, colocándose rejillas de ventilación en la zona superior e inferior de las estancias para facilitar la circulación del aire.

La ventilación cruzada se origina cuando se activa la circulación de un flujo de aire entre una entrada y un salida ubicadas en cerramientos opuestos del cerramiento exterior de fachada. Se activa por diferencia de presión, generándose una presión positiva en la entrada y una presión negativa en la salida. Se produce de forma puntual mediante la intervención del usuario, por lo que no tiene garantías de realizarse con la suficiente regularidad.

La ventilación por tiro térmico se realiza a través de conductos verticales. Se acciona por la diferencia de densidades en el aire, que origina la variación en la temperatura y el volumen de humedad que contiene el ambiente. El aire caliente pesa menos que el frío, y el húmedo menos que el seco, generándose un movimiento ascendente que permite que el aire se desplace hacia la parte superior de los locales.

 

Ventilación híbrida

En este tipo de ventilación se realiza la renovación natural del aire interior cuando las condiciones de presión y temperatura son favorables y la extracción mecánica del aire cuando las condiciones son desfavorables. Para que funcione correctamente se debe instalar la toma para la insuflación de aire en los cerramientos exteriores de los locales secos de la vivienda, es decir, comedores, salas de estar y dormitorios, y la extracción en los locales húmedos: aseos, baños y cocinas.

 

Ventilación mecánica

Se produce mediante el funcionamiento de equipos electromecánicos dispuestos en determinados lugares de la vivienda: cerramientos exteriores, falsos techos , cubierta , etc. La admisión del aire se produce de forma mecánica mientras que la extracción puede ser mecánica o equilibrada. Con la ventilación  mecánica de doble flujo se consigue controlar los flujos y los volúmenes de admisión y extracción del aire, de manera que la ventilación se realiza en un régimen constante programado por el usuario. Esto permite que la ventilación sea regular y que se pueda obtener un notable ahorro en el consumo energético.

 

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