Ventilador: criterios para su elección
En el presente artículo te presentamos los diferentes tipos de ventiladores que existen en el mercado, las medidas que se pueden adoptar para reducir la demanda energética de los sistemas de ventilación y cuáles son las exigencias del RITE en la eficiencia energética de ese elemento fundamental en un sistema de ventilación que es el ventilador.
Medidas para la reducción de la demanda energética
Para reducir la demanda energética de tu sistema de ventilación es importante tener en cuenta la optimización del sistema. Se puede conseguir a través de dos maneras:
- Mediante la optimización del caudal impulsado.
La instalación ha de transportar tan solo el caudal de aire necesario. Para ello, en la fase de diseño de la instalación, se ha de determinar el caudal nominal óptimo, y en la de ejecución, mantenimiento y uso se ha de realizar lo necesario para que el caudal impulsado sea el nominal.
- Optimización de la pérdida de carga.
Teniendo en cuenta que la pérdida de carga en la red de conductos del sistema de ventilación se establece en torno a 0,05 mm c.a. – 0,07 mm c.a. por metro lineal, no es recomendable, en ningún caso diseñar redes de conductos con pérdidas de carga que excedan los 0,1 mm c.a. por metro lineal.
Profundizando en los tipos de ventilador
El Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios hace especial hincapié en la obligación de escoger el ventilador de nuestro sistema de ventilación de manera que su rendimiento, en las condiciones calculadas de funcionamiento, sea máximo. Veamos qué nos ofrece el mercado.
Ventiladores axiales
Son aquellos en los que el aire circula en la dirección del eje del rodete. Su diseño posibilita la obtención de elevados caudales con pérdidas de carga bajas. En las instalaciones tanto de ventilación como de climatización se suelen utilizar dos tipos de ventiladores axiales: los murales y los tubulares. Mientras que los primeros, con una sección de 400 mm de diámetro y girando a 1450 r.p.m., pueden suministrar un caudal de 3000 m3/h con una presión estática de 8 mm c.a., los segundos impulsan caudales de entre 2000 y 100 000 m3/h, y proporcionan presiones estáticas, por regla general, inferiores a 40 mm c.a.
Ventiladores centrífugos
Son aquellos capaces de ofrecer mayores presiones. Normalmente, se emplean en instalaciones de ventilación y climatización con redes de conductos. Según la presión estática producida, se pueden clasificar en ventiladores de baja presión, de media presión y de alta presión.
Ventiladores helicocentrífugos
Poco empleados, se trata de ventiladores en los que el flujo entra en el rodete en dirección axial y sale del rodete en dirección radial.
Exigencias del RITE en la eficiencia energética de los ventiladores
Para obtener la máxima eficiencia energética de los sistemas de ventilación, el reglamento establece diferentes exigencias:
- Se escogerán aquellos equipos de propulsión de fluido que trabajen acercándose lo más próximo posible al punto de rendimiento máximo.
- Cuando el sistema de ventilación sea un sistema de caudal variable, la exigencia del punto anterior ha de cumplirse también para condiciones medias de funcionamiento a lo largo de toda una temporada.
- Se ha de justificar, para cada uno de los circuitos, la potencia específica de los sistemas de bombeo, para poder establecer la potencia que el ventilador consume por cada unidad de caudal de aire que lo atraviesa.
- Se ha de indicar la categoría de cada uno de los sistemas, teniendo en cuenta el ventilador de impulsión y el de retorno. Así, los sistemas de ventilación y de extracción se consideran SFP 1 y SFP 2, y los sistemas de climatización, SFP 3 y SFP 4.
- La potencia específica absorbida por cada uno de los ventiladores que forman parte de un sistema de climatización dependerá de la clasificación del punto anterior. De esta manera, la potencia específica de un ventilador de un sistema de categoría SFP 1 no podrá exceder los 500 W/(m3/s); la de los de categoría SFP 2 se ha situar entre los 500 y los 750 W/(m3/s); la de los de categoría SFP 3, 750 y los 1250 W/(m3/s); la de los de categoría SFP 4, entre los 1250 y los 2000 W/(m3/s); y de los de categoría SFP 5 puede exceder de los 2000 W/(m3/s).
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