Tanto las pérdidas térmicas como la condensación son dos auténticos problemas en los conductos de ventilación. ¿El motivo? Pueden llegar a suponer un descenso en la eficiencia del sistema y, con él, mayor gasto energético y menor confort. Por suerte, existen varios sistemas gracias a los cuales es posible reducir al máximo sus efectos.

Cómo reducir las pérdidas térmicas y la condensación

Como decíamos, disminuir la cantidad de condensación y de pérdidas térmicas en los sistemas de ventilación es una auténtica prioridad para nosotros. Para ello, contamos con dos sistemas fundamentales.

Red de ventilación estanca

Las redes estancas de ventilación garantizan el máximo nivel de eficacia del sistema. ¿Cómo? Evitando las pérdidas de aire. Lo habitual es utilizar modelos semirrígidos, sobre todo, en instalaciones individuales, si bien es cierto que nos adaptamos a las necesidades de cada proyecto.

En concreto, las redes de ventilación estancas ofrecen un beneficio fundamental. Hacemos referencia, cómo no, a la eficiencia. Pensemos que, en el plano aerotérmico, las pérdidas térmicas y la condensación producen los siguientes efectos:

  • Sobredimensionamiento de la extracción de aire con el propósito de compensar las pérdidas.
  • Sistema de monitorización más grande.
  • Mayor generación de ruido por parte de la instalación.
  • Consumo energético más elevado.

Por tanto, el uso de una red de conductos de ventilación totalmente estancos es una prioridad. No hacerlo implica un mayor gasto en energía por parte del usuario y una menor sensación de confort. Tanto en el plano térmico como acústico.

Conductos aislados Siber Air Isolante

Con el propósito de respetar al máximo el medioambiente, a la vez que hacemos frente a la condensación y a las pérdidas térmicas, en Siber hemos desarrollado la gama Siber Air Isolante. En este caso, hemos sustituido los materiales derivados de los combustibles fósiles por materia orgánica.

Los elementos que componen esta gama han sido elaborados, en concreto, con espuma de poliuretano (EPE) orgánica. El objetivo es reducir a cero las emisiones de dióxido de carbono durante el proceso de fabricación.

Siber Air Isolante garantiza que, en caso de insuflar aire dentro del sistema a más baja temperatura del que haya fuera, no se producirá condensación. Pero, además, brinda todas estas ventajas adicionales:

  • Gran nivel de absorción del ruido producido por el funcionamiento del sistema de ventilación, de modo que el usuario apenas oye nada.
  • La EPE orgánica es inmune a la corrosión y resulta ligero, resistente a los golpes y muy fácil de manipular.
  • La superficie interior lisa de estas piezas garantiza una pérdida ínfima de carga térmica.
  • Las conexiones entre dichas piezas se realizan de forma mecánica y, por tanto, sin necesidad de usar adhesivos.
  • No requieren el empleo de herramientas de ningún tipo, ni para su montaje ni para su desmontaje.
  • Es muy fácil de limpiar.
  • Puede instalarse tanto en interiores como a la intemperie gracias a los terminales de techo aislados de termoplástico.

Todos estos beneficios son posibles gracias a las características intrínsecas de la EPE orgánica. Hablamos, por ejemplo, de su densidad, que alcanza los 30 kg/m³. Pero también de su espesor, que llega a los 16 mm. Además, es capaz de operar con eficacia en un rango de temperatura de entre -30 °C y 60 °C y ofrece un nivel de resistencia térmica excepcional.

En resumen, las pérdidas térmicas y la condensación son dos problemas muy importantes. Por suerte, en Siber utilizamos redes estancas y hemos desarrollado el sistema Siber Air Isolante para minimizar su impacto. Todo ello, unido a nuestros accesorios de ventilación mecánica controlada unifamiliar, logra mejorar la eficiencia energética del sistema y garantizar los máximos estándares de confort y calidad del aire.