La calidad energética y del aire en una oficina depende en gran medida de la instalación de sistemas de ventilación mecánica controlada de buena calidad

Índice

01 Datos de interés y de salubridad

02 Normativa y salud

03 Tipos de ventilación

03.1 Ventilación mecánica controlada

03.2 Ventilación mecánica regulada higrométricamente

03.3 Ventilación controlada de doble flujo

04 Sistemas de climatización más habituales

04.1 Caudal constante

04.2 Caudal variable

05 Causas del empeoramiento de la calidad del aire

06 Consejos para una buena calidad del aire en oficinas

Las oficinas son espacios cerrados en los que millones de personas de todo el mundo pasan gran parte de su tiempo. Por lo tanto, la calidad del aire en oficinas ha de cuidarse por razones de salud y bienestar. Cuando el ambiente está viciado ha de renovarse desde el exterior al interior. Para lograrlo, una adecuada ventilación contribuye a mejorar la habitabilidad, al tiempo que reduce los niveles de humedad. De igual manera, con sistemas de ventilación mecánica controlada, sobre todo de doble flujo, prevenimos riesgos por la acción de gases peligrosos o tóxicos.

Por si todo eso fuera poco, la adecuada ventilación y eficiencia energética están estrechamente ligadas. Los citados sistemas resultan óptimos para reducir el consumo de energía de las oficinas y ahorrar en la factura de la luz o el gas.

01 Datos de interés y de salubridad

Los habitantes de las ciudades pasamos alrededor del 90 % de nuestro tiempo en interiores. Los lugares de trabajo, la vivienda o los transportes son los principales entornos en los que vivimos. A lo largo de las 24 horas del día, respiramos unos 15 000 litros de aire. Por eso, si no está en buenas condiciones, nuestra salud corre un riesgo real.

Las oficinas son espacios que permanecen cerrados la mayor parte del tiempo, incluso aunque dispongan de ventanas o puertas. La regulación de la temperatura se realiza mediante aparatos de aire acondicionado y otros sistemas de ventilación. A simple vista, podría parecernos que la calidad del aire en estos lugares es buena. Seguramente, la mayoría de las personas diría que es mucho mejor que en los espacios abiertos. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud asegura que es hasta ocho veces peor en lo que se refiere a niveles de contaminación.

¿Cuáles son las razones para que esto ocurra? La principal es la mala o inexistente ventilación, que da lugar a la concentración de sustancias contaminantes. Lo que puede resultar más sorprendente es que la tasa de contaminación interior es más elevada en las oficinas diáfanas. Es decir, los denominados open spaces concentran más sustancias nocivas que los despachos individuales o pequeños. En estos casos, el aire interior puede llegar a estar hasta diez o veinte veces más contaminado que el exterior.

02 Normativa y salud

Conscientes de esta realidad, tanto la Unión Europea como España disponen de normativas de obligado cumplimiento. Regulan las condiciones de ventilación que han de reunir determinados espacios, entre ellos los edificios de oficinas. La principales normas son las siguientes:

El CTE es el marco normativo que marca las condiciones de habitabilidad y seguridad que con las que tienen que contar los edificios. Este documento se basa en la Ley 38/1999 de 5 de noviembre, de Ordenación de la Edificación (LOE). Además de las condiciones de ventilación, también establece otras muchas cuestiones, como la accesibilidad, el ahorro energético o la seguridad estructural.

Por su parte, el RITE establece los requerimientos técnicos de las instalaciones en cuanto a bienestar térmico e higiene. Es decir, marca criterios para las instalaciones de climatización, calefacción o agua caliente.

Entre las cuestiones que abarca el RITE están:

  • Calidad del aire interior.
  • Calidad del ambiente acústico.
  • Calidad térmica del ambiente.
  • Higiene.

En este sentido, marca requisitos que persiguen, entre otros, los siguientes objetivos:

  • Optimización del rendimiento energético de generadores de calor y frío.
  • Mejora del aislamiento y las conducciones de los fluidos térmicos.
  • Uso de energías renovables, sobre todo la fotovoltaica y la biomasa.
  • Uso de subsistemas de recuperación de energía y aprovechamiento de energías residuales.
  • Sistemas de contabilización de consumos para instalaciones colectivas.
  • Eliminación progresiva de los combustibles sólidos más contaminantes.
  • Eliminación gradual de los equipos generadores menos eficientes.

03 Tipos de ventilación

Las oficinas pueden dotarse de diversos tipos de ventilación. Lo recomendable en estos casos es actualizar los sistemas para optimizar la eficiencia energética. De la misma manera, ha de tenerse en cuenta la conservación adecuada del edificio. Para ello, es necesario escoger sistemas que garanticen una buena calidad del aire interior. Por último, pero no menos importante, están las consideraciones sobre la salud de las personas que trabajan en el interior.

La ventilación natural no resulta suficiente para renovar la calidad del aire interior en las oficinas. El viento y el movimiento propiciado por las diferencias térmicas pueden ayudar. La distinta densidad del aire interior y exterior llega a impulsar el aire externo a través de las aberturas de la envolvente del edificio. Sin embargo, esto requiere diseños especialmente pensados para ello y, aun así, no es algo que resulte suficiente para garantizar las mejores condiciones de ventilación. Todo depende del clima, el diseño del edificio y el comportamiento humano. Para asegurar un aire limpio, podemos recurrir a los siguientes sistemas:

03.1 Ventilación mecánica controlada

Es una opción predominante en las nuevas construcciones y en las reformas de edificios, entre ellos los de oficinas. La razón es que ayuda a renovar el aire a la vez que reduce el consumo energético. Este sistema puede ser de doble o único flujo. Gracias al uso de los mecanismos adecuados, extraen mecánicamente el aire viciado de la habitación y lo dirigen hacia el exterior.

A su vez, en el caso de los de doble flujo, también extraen y renuevan el aire interior con un caudal que llega de fuera. En este último caso, la presencia de un intercambiador de calor de alto rendimiento permite que los dos flujos opuestos intercambien calor. Este proceso, que no intercambia partículas de aire, sino solo temperatura, asegura la máxima eficiencia energética. De esta forma, los sistemas de control de temperatura, como calefacción o refrigeración, consumen mucho menos que las soluciones convencionales.

En cualquier época del año los sistemas de recuperación de calor de doble flujo tratan el aire antes de reutilizarlo. Esto se consigue, independientemente de la temperatura exterior, mediante filtración y deshumidificación.

Este sistema de tratamiento de aire es muy efectivo y cuenta con grandes ventajas. Entre ellas, que la oficina será más saludable para quienes trabajen allí. Además, durará más, desde la perspectiva arquitectónica. La razón es que se podrán solucionar problemas como el moho o la condensación.

Un diseño de oficina con máxima comodidad y eficiencia energética cuenta con sistemas que ofrecen las siguientes características:

  • Filtración de aire.
  • Ventilación controlada.
  • Enfriamiento gratuito.
  • Deshumidificación y recuperación de calor.
  • Sistemas de control de temperatura.

03.2 Ventilación mecánica regulada higrométricamente

Este método está pensado para extraer el aire de mala calidad y renovarlo dependiendo de los niveles de higrometría. Es decir, el factor principal que tiene en cuenta es la humedad. Funciona siguiendo el principio de barrido del aire dentro de la oficina.

Las áreas más húmedas de la instalación, como los cuartos de baño o aseos, son los lugares por los que se extrae el aire viciado. Este proceso se lleva a cabo mediante bocas higrorregulables. Su apertura tiene lugar dependiendo de la humedad que detecta el sistema. Otra opción para que se abran son temporizadores ubicados en las bocas, que se conectan al equipo mediante conductos.

El caudal de aire limpio se introduce por entradas higrorregulables. Normalmente, se encuentran en las ventanas de la oficina o del edificio en que se instalen. Si es en una vivienda, estarán en el comedor o la sala de estar, por ejemplo. La red de conductos se coloca en falsos techos, al igual que ocurre en otros muchos casos.

03.3 Ventilación controlada de doble flujo

Es un sistema mecánico controlado, que integra sistemas de extracción y de impulsión del caudal. Sus ventajas son numerosas, aunque destacan el ahorro energético y la calidad del aire que consigue. Además, regula la temperatura interior con un mínimo coste energético.

El calor que desprende el aire viciado que sale hacia el exterior se usa para subir la temperatura del que se introduce. Hay una zona de la instalación donde coinciden ambos conductos, el que lleva el aire hacia fuera y el que lo introduce. Es ahí donde se produce un intercambio de temperatura, aunque los conductos estén totalmente aislados. Por lo tanto, no hay ningún contacto entre ambos flujos. Un ventilador extractor atrae el aire del exterior al interior. Por otro lado, un ventilador de impulsión expulsa el aire del interior al exterior.

Las instalaciones de este tipo resultan algo más costosas que los sistemas de ventilación mecánica controlada de flujo único. Se requiere una mayor cantidad de conductos, para canalizar el aire de entrada y el de salida. Sin embargo, esto proporciona un gran ahorro en la factura energética. ¿Cómo lo conseguimos?

  • Recuperamos hasta el 70 % de la energía contenida en el aire residual extraído. En el caso de los sistemas de alto rendimiento disponibles ya en el mercado, se llega al 90 % de recuperación.
  • Utilizamos el calor liberado por la cocina o el baño.

04 Sistemas de climatización más habituales

Un sistema de climatización es un aparato capaz de regular la temperatura y la humedad del aire. Puede hacerlo tanto en una vivienda como en una oficina o cualquier otra instalación. Además, tiene efectos en la circulación y pureza, de manera que puede reducir la cantidad de partículas tóxicas en suspensión. Con él también mejoramos el confort térmico.

El sistema aire-aire es el que conocemos como aire acondicionado. Está integrado por los siguientes elementos:

  • Compresor.
  • Condensador.
  • Evaporador.
  • Válvula de expansión.
  • Tuberías.

Además del mencionado, hay otros tres tipos:

  • aire-aire
  • agua-agua
  • agua-aire

En el caso de los primeros, aire-aire, se dan dos tipos: caudal constante y caudal variable.

04.1 Caudal constante

El aire se introduce en la oficina o el local en cuestión con un flujo siempre al mismo nivel. Se va regulando gracias a la temperatura a la que sale y el tiempo que funciona.

04.2 Caudal variable

Ajustamos la cantidad de energía aportada. Por otro lado, modificamos la cantidad de aire introducido en el espacio que se climatiza. Puede ser una oficina o cualquier otro lugar.

05 Causas del empeoramiento de la calidad del aire

Existen numerosos factores que pueden influir en los niveles de contaminación y toxicidad del aire. Entre ellos están los contaminantes interiores:

  • La humedad.
  • El dióxido de carbono.
  • Los compuestos orgánicos volátiles.

Por otro lado, también hay contaminantes exteriores:

  • Las partículas finas.
  • Los granos de polen.
  • El radón.

06 Consejos para una buena calidad del aire en oficinas

La salud de los trabajadores, su productividad, su bienestar y las buenas condiciones de la oficina se ven afectadas por este factor. Para mantenerlo, estos son algunos consejos:

  • Recurrir a la ventilación natural en la medida de lo posible, sin bloquear ventanas, puertas o huecos de ventilación.
  • Realizar un mantenimiento habitual de los dispositivos de ventilación, climatización y refrigeración.
  • Vigilar los niveles de humedad. Cuando oscilan entre el 30 % y el 50 % contribuyen a mantener bajo control los ácaros del polvo, el moho y otros alérgenos. No obstante, el exceso de humedad puede ser perjudicial para la conservación del edificio, el mobiliario y la salud humana.
  • Recurrir a sistemas controlados de ventilación, sobre todo, de doble flujo. Esto permite optimizar la calidad del aire, la temperatura y el ahorro energético.
  • Vigilar los niveles de radón. Realizar pruebas para comprobar si existe un riesgo real por esta sustancia que incrementa las probabilidades de sufrir cáncer de pulmón.

Como hemos visto, la calidad energética y del aire en una oficina afecta a los seres humanos y al propio edificio. Por eso, cuidarla es algo crucial para mantener los niveles de salud y bienestar. Si quieres conocer algo más sobre este tema, te interesará este artículo: Limpiezas de los conductos de ventilación: qué debemos saber.