Consecuencias de la mala calidad del aire en interiores

La calidad del aire en interior (CAI) está íntimamente relacionada con la percepción de confort de las personas que los ocupan, como ya hemos descrito de forma pormenorizada en este artículo de nuestro blog. Más allá del beneficio para la calidad de vida de las personas, la CAI tiene asimismo una estrecha relación a corto, medio y largo plazo con la salud. Por este motivo resulta un factor fundamental e indispensable a la hora de valorar la ocupación de un espacio cerrado para un uso prolongado en el tiempo.

Y es que en las sociedades modernas, las personas permanecen alrededor del 80% del tiempo en interiores como oficinas, colegios, hospitales, guarderías, centros comerciales, viviendas particulares… Así pues, la CAI en estos entornos tiene una relación directa e incuestionable con la salud de las personas. La Organización Mundial de la Salud estima en 2 millones el número de muertes anuales relacionadas con una mala calidad del aire en espacios interiores, calificándolo asimismo como un factor de riesgo evitable. Además, la relación de las infecciones respiratorias con la CAI está fuera de toda duda. Por ejemplo, la presencia de humedad o de hongos por una falta de ventilación adecuada tiene consecuencias directas en la aparición de infecciones (OR: 1,50; IC95%: 1,32-1,70) tanto en niños como en adultos.

Las consecuencias de una mala calidad del aire en interior

 

Los sintomas de la mala calidad del aire en interiores pueden ser, el radón, partículas en suspensión , moho , virus

 

Las normativas vigentes para la calidad del aire en interior, tanto a nivel nacional como comunitario establecen unos parámetros de actuación específicos en la construcción, ventilación y mantenimiento de espacios cerrados para garantizar la salubridad de sus ocupantes. ¿Pero cómo afecta la CAI en la salud de las personas? ¿Cuáles son los principales riesgos de exponerse a espacios con ventilación deficiente de forma recurrente?

Según recoge el Plan Nacional de Salud y Medioambiente 2022 – 2026, “una mala calidad del aire en interior (CAI) provoca numerosas enfermedades: respiratorias, infecciosas, alérgicas, asma e incluso cáncer. Son numerosos los factores químicos como físicos (ruido, iluminación, confort térmico, humedad) y biológicos (microbios, virus y alérgenos) que influyen en la salud de los ocupantes de los edificios”. El documento recoge asimismo que “además de la normativa que regula algunos de estos factores, los organismos que más se han centrado en el estudio de este factor son aquellos relacionados con la salud laboral ya que el centro de trabajo es uno de los lugares donde más tiempo suele pasar un individuo adulto, junto con la vivienda, con diferencias debido al género y edad”.

Los principales factores que determinan la calidad del aire en interior, según la Dirección General de Salud de la Comisión Europea, son los siguientes:

  • El radón se encuentra de forma natural en algunas regiones de España y Europa. Puede penetrar en los edificios, y en ocasiones puede provocar cáncer de pulmón.
  • Las partículas en suspensión pueden tener efectos nocivos sobre la salud, especialmente sobre el sistema respiratorio.
  • Los microbios, como el moho y los virus, pueden propiciar el desarrollo del asma y las alergias.
  • Los animales domésticos y los dañinos, como los ácaros del polvo, las cucarachas y los ratones, son importantes fuentes interiores de alérgenos.
  • Una humedad baja produce irritación de los ojos, sequedad de la piel y la nariz, y erupciones cutáneas, mientras que una humedad alta favorece la aparición de moho y ácaros del polvo.
  • Uno de los principales causantes de mala calidad del aire interior es una ventilación insuficiente, que puede afectar a la salud y al rendimiento en el trabajo.
  • Una temperatura interior demasiado alta o demasiado baja es desagradable y puede resultar perjudicial para la salud

 

Y es que en términos generales, la presencia de contaminantes en espacios interiores es una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Asimismo, una mala calidad del aire provoca de forma frecuente irritación en los ojos, nariz y garganta, mareos, dolor de cabeza y pérdida de coordinación y náuseas. En términos generales, las principales fuentes de contaminación en espacios interiores son: una ventilación deficiente, contaminación exterior, contaminación interior, contaminación química, productos de combustión, materiales de construcción y mobiliario, actividad humana, contaminación biológica y gas radón.

Asimismo, una ventilación deficiente puede provocar altas concentraciones de monóxido de carbono (CO), un gas incoloro, inodoro e insípido. Este puede causar “un número considerable de muertes y envenenamientos agudos en la población general (con complicaciones y secuelas posteriores). Además, los individuos que sufren envenenamiento por CO no son conscientes de su exposición ya que los síntomas son similares a los asociados con enfermedades virales o depresión clínica. En ambientes interiores, estos riesgos para la salud están asociados con el uso incorrecto de aparatos de combustión defectuosos y/o mal ventilados”. Todo lo anterior pone de manifiesto la necesidad de garantizar una CAI de calidad para la salud de toda la población.