¿Recuerdas cómo era tu vida antes de la pandemia? Es posible que no te resulte sencillo porque los meses posteriores a la detección de un nuevo virus, sin duda, han cambiado casi todo. La llegada del coronavirus ha transformado muchas costumbres y nos ha hecho ser conscientes de lo vulnerable que resulta el estilo de vida colectivo.

Además, en este contexto se han incorporado nuevos conceptos a nuestro vocabulario cotidiano, así como preocupaciones no exploradas hasta el momento. Por ello, resulta muy interesante incidir, con mayor profundidad, en la relación que existe entre los aerosoles y el Covid-19 y, al mismo tiempo, en cómo es posible respirar un aire más puro a través de diferentes alternativas seguras.

¿Qué son los aerosoles y cómo se propagan?

En primer lugar, es necesario saber que el COVID-19 es una enfermedad ocasionada por el virus llamado SARS-CoV-2. La forma de contagio habitual es de persona a persona, aunque también se puede transmitir por su prolongada permanencia sobre superficies. Sin embargo, lo más común es que los focos se originen tras un contacto estrecho con alguien que ya está infectado.

Es un virus muy contagioso, puesto que se transmite por medio de pequeñas partículas líquidas que son expulsadas por la persona infectada a través de la boca o la nariz. Este pequeño gesto puede ocurrir al hablar, pero también al respirar, cantar, estornudar, toser o soplar. Además, su tamaño no es homogéneo, sino que se mantiene variable. En ese caso, reciben el nombre de gotículas respiratorias o aerosoles

En este sentido, según recoge la Organización Mundial de la Salud (OMS), el coronavirus se contagia, sobre todo, a través de las citadas partículas aéreas. Uno de los factores para que esto se produzca guarda relación directa, entre otros muchos motivos, con no mantener la ya famosa distancia de seguridad interpersonal de, al menos, 2 metros de separación.

Por su parte, el ministerio de Sanidad español considera que la temperatura y la humedad relativa (HR) pueden considerarse factores de riesgos modificables en la transmisión de la COVID-19. Es decir, el virus es más estable a bajas temperaturas y los aerosoles respiratorios, como principales contenedores de virus, permanecen en suspensión más tiempo en el aire seco.

 

Cómo influyen los aerosoles en la transmisión del COVID-19

En cuanto a la transmisión por aerosoles, se mantienen ciertas particularidades en entornos concretos. En líneas generales, cuando se permanece en un espacio interior, sin apenas ventilación y lleno de gente, las probabilidades de riesgo aumentan exponencialmente

Además, las personas deben encontrarse muy cerca durante un determinado periodo de tiempo. En su momento hubo muchas dudas y opiniones encontradas pero, a día de hoy, la comunidad científica coincide en que los aerosoles y el Covid-19 mantienen una vinculación directa.

De igual manera, aunque existe la posibilidad de que se transmita por su permanencia durante horas, e incluso días, sobre determinadas superficies, no suele ser la forma más habitual.

Sin embargo, en algunos casos, el origen puede situarse en una simple acción, por ejemplo, cuando una persona con coronavirus estornuda, tose o incluso, habla sobre un determinado material. Posteriormente, si otra persona lo toca y se frota los ojos, la nariz o la boca, podría llegar a coger el virus. Por este motivo, es tan importante lavarse con frecuencia las manos

Por otro lado, antes de seguir adelante, queremos profundizar un poco más en las diferencias que existen entre las gotículas y los aerosoles. Ambas partículas se emiten al hablar, gritar, toser o estornudar, aunque presentan algunas diferencias.

Las gotículas suelen contagiar por impacto en los ojos, las fosas nasales y la boca, ya que consiguen viajar entre 1 y 2 metros. Por su parte, los aerosoles transmiten la enfermedad por inhalación. También se proyectan a una distancia parecida, aunque podemos consultar estudios en los que se afirma que tienen la capacidad de recorrer hasta 8 metros, por increíble que parezca. Esto es debido a que, al tener un menor tamaño, pueden introducirse en los pulmones con mayor facilidad.

De hecho, precisamente, por su capacidad para alcanzar estos órganos, se cree que los aerosoles provocan los síntomas más graves de coronavirus, aunque es un punto que aún no está del todo claro y que será necesario seguir estudiando científicamente. 

 

¿Por qué es tan importante la ventilación para romper la unión entre aerosoles y el COVID-19?

En muchas ocasiones, diferentes grupos de personas, que no son convivientes habituales, se ven obligados a pasar un gran número de horas en espacios cerrados como, por ejemplo, en oficinas, fábricas o centros de estudios. Es cierto que el uso de la mascarilla y mantener la distancia social ayuda a evitar contagios, pero esas medidas no lo son todo.

Ese extra que mencionamos en el párrafo anterior tiene que ver con la ventilación. Es necesario eliminar, en la medida de lo posible, las pequeñas partículas que están suspendidas en el aire y que pueden portar el coronavirus. De no hacerlo, podrían infectar a las personas sanas que se encuentren en el mismo espacio cerrado que la persona o personas contagiadas. Por eso, es tan importante que, siempre que se pueda, las reuniones con no convivientes se celebren al aire libre. 

Sin embargo, esta situación no siempre es posible y es ahí cuando entra en juego la ventilación. Además de ventilar con frecuencia abriendo las ventanas, también es importante contar con un sistema de ventilación. A continuación, repasamos algunas de sus principales funciones:

  • Renovación del aire. Con un sistema de ventilación adecuado se consigue expulsar el aire que circula por el interior de una estancia. Así, se consigue que entre aire nuevo. El proceso de renovación consigue potenciar sus propiedades, al tiempo que mejora el olor y aumenta el bienestar de las personas presentes en el espacio.
  • Filtrar las partículas. En óptimas condiciones, tanto para interior, como para exterior.
  • Acondicionar el aire. Los sistemas de ventilación también se utilizan para que el aire mantenga los niveles adecuados de humedad y temperatura.

 

Tipos de ventilación frente a aerosoles

Con el objetivo de que la ventilación resulte lo más eficaz posible, se deben cumplir una serie de requisitos:

  • Que entre la mayor cantidad de aire limpio exterior en el espacio cerrado. Los sistemas de ventilación deben facilitar este proceso de forma sencilla. 
  • Analizar el riesgo de contagio midiendo la concentración de CO2. Estos parámetros sirven para valorar si la limpieza del aire es la adecuada.
  • Usar filtros. Por ejemplo, los filtros tipo HEPA son toda una garantía de aire limpio y purificado, aunque existen otras opciones en función del tipo de sistemas de ventilación mecánica empleados y su utilidad. No es lo mismo su aplicación en el ámbito doméstico, que en entornos profesionales o grandes construcciones.

 

Ventilación natural contra aerosoles

La ventilación natural consiste en abrir puertas y ventanas para ventilar un espacio cerrado. Resulta aún más eficaz cuando se opta por su modalidad cruzada, es decir, si se abren estos sistemas en diagonal o en sentido opuesto. Además, tampoco se puede pasar por alto la realización de este proceso con cierta regularidad o frecuencia. Cualquier pequeño detalle tiene su importancia, por simple que resulte.

 

 

Ventilación mecánica contra aerosoles

Son sistemas que se instalan en viviendas, naves industriales y comercios. En este caso, el movimiento del aire que entra y sale del espacio en cuestión se realiza con la ayuda de un ventilador alimentado con electricidad. 

Además, para que sea un sistema eficaz, debe disponer de sus correspondientes revisiones y procesos de mantenimiento. De forma complementaria, también es muy útil contar con un medidor de CO2 que certifique que el funcionamiento está siendo el esperado y el aire tratado en óptimas condiciones.

 

Ventilación en espacios cerrados de gran aforo

Como hemos comentado anteriormente, una de las situaciones sociales que se debe evitar es la concentración de un gran número de personas en un espacio cerrado. Precisamente, en esos momentos concretos es donde el virus campa a sus anchas sin ningún tipo de control. 

Sin embargo, cuando no existe la posibilidad de adoptar medidas específicas de protección, es indispensable contar con un buen sistema de ventilación mecánica. En este caso, debe ser combinado con un medidor de CO2 para controlar bien la calidad del aire y, si es posible, con acciones concretas y persistentes de ventilación natural.

 

 

 

Buenas prácticas para evitar el contagio por aerosoles

Ahora bien, aunque nos enfrentamos a un virus muy contagioso, es posible reducir al mínimo las posibilidades de contraer esta grave enfermedad. Para ello, es muy importante tener en cuenta todas las recomendaciones tanto de las autoridades como de los médicos. 

Aunque es cierto que, de momento, el riesgo 0 no existe, si tienes en cuenta las siguientes precauciones y buenas prácticas, las probabilidades de contagio disminuyen. Son las siguientes:

  • Mantén, al menos, un metro y medio de distancia con otras personas, estén sanas o no. 
  • Usa mascarilla cuando vayas por la calle y siempre que estés en espacios cerrados con otras personas. 
  • Decide muy bien dónde irás, el tiempo que vas a permanecer en cada lugar y también con quien vas a coincidir.
  • Lávate las manos con frecuencia. Cuando no puedas hacerlo con agua y jabón, utiliza una solución de gel hidroalcohólico. 
  • Evita tocar superficies cuando estás fuera de casa. Si lo haces, desinfecta tus manos con gel hidroalcohólico y no te toques los ojos, la nariz o la boca. 
  • Si tienes que estar en espacios cerrados con personas con las que no convives, ventila constantemente con un sistema de ventilación mecánico, asegurando una alta frecuencia de renovación del aire.
  • Si toses o estornudas, cubre tu rostro con un pañuelo desechable y tíralo cuanto antes. Si no tienes uno a mano, hazlo en la cara interior del codo. 
  • Al hablar alto o cantar se emiten más aerosoles que al permanecer en silencio o hablar bajo. Así, una medida sencilla y eficaz para reducir el riesgo de contagio es el silencio. Hay espacios en los que es de sencilla aplicación, como en el transporte público o en el interior de salas de espera.