El radón es una gas radiactivo que tiene un origen natural. Es habitual que se acumule en espacios interiores, como viviendas, oficinas o cualquier otro. Se considera que es la segunda causa del cáncer de pulmón, solo por detrás del tabaco. Hay que tener en cuenta que no existe una exposición al radón segura para la salud. Sin embargo, cuanto menor sea, menos probabilidades se tienen de padecer esta grave enfermedad. No obstante, existen métodos probados y que duran en el tiempo para prevenir que el gas se filtre en las viviendas. Además, se pueden aplicar tanto en las de nueva construcción como en las que ya están edificadas. Uno de ellos es la ventilación mecánica controlada ante el gas radón.

¿Qué es el radón y cómo actúa?

El radón es un gas natural que no tiene olor, ni color ni sabor. Es un subproducto de la desintegración radiactiva natural del uranio, un metal presente en el subsuelo y las rocas de los terrenos graníticos de la Península Ibérica.
El uranio es sólido, pero al descomponerse en radón pasa a estado gaseoso, emana del suelo y ya en el aire, donde continúa su ciclo de vida. Durante este ciclo de vida, el radón se va progresivamente desintegrando, emitiendo partículas radiactivas y generando otros subproductos que pueden ser en forma de micropartículas que permanecen en suspensión aérea. Estas partículas, al ser respiradas, pueden depositarse en las vías respiratorias. Si esto sucede, pueden llegar a dañar el ADN y causar el temido cáncer de pulmón.
Al aire libre el radón no provoca problema alguno, pero en lugares cerrados, las mencionadas emanaciones del subsuelo se pueden concentrar hasta niveles que provoquen daños en el ser humano. Como decíamos, a mayor concentración de radón más posibilidades de sufrir cáncer de pulmón. Además, las personas fumadoras tienen aún más riesgo.
La cantidad de radón en las viviendas depende de la cantidad de uranio presente en el terreno sobre el que está construido el edificio. La que se filtra a las viviendas también depende de diferentes factores, como el tipo de construcción, su estanqueidad y la forma de ventilar la casa.
El radón llega a la vivienda a través de grietas en los suelos, de los poros de los bloques de hormigón, de los espacios que rodean cables o tuberías o por medio de los desagües, por ejemplo. La mayor concentración se da en las estancias que están en contacto directo con la construcción, como los sótanos.

 

 

Cómo influye una ventilación mecánica controlada ante el gas radón?

Cuando se construye una vivienda es necesario valorar la exposición al gas radón que puede sufrir el edificio. Es especialmente importante tener esto en cuenta en los terrenos en los que existe una alta concentración de uranio.
En Estados Unidos y en cada vez más países de la Unión Europea, las edificaciones nuevas cuentan con medidas que protegen las viviendas de este gas. De hecho, en España ya es obligatorio hacer una valoración de este riesgo para la salud según el nuevo CTE, de obligado cumplimiento a partir de junio de 2020.

¿Cómo puede reducirse la concentración de radón en las viviendas que ya están construidas? Poniendo en práctica estas medidas:

  • Instalando un sistema de extracción mecánica del radón en la zona de la edificación más cercana al terreno. Esta suele ser la medida más económica y de mayor eficacia para evitar la concentración del radón en esas estancias más cercanas al terreno.
  • Introduciendo mejoras en la ventilación del forjado.
  • Evitando que el radón pueda filtrarse desde la zona de la vivienda en contacto con el terreno al resto de las habitaciones.
  • Sellando los suelos y las paredes.

A la luz de lo comentado, es fundamental instalar un sistema de ventilación mecánica para evitar la concentración de este gas en la vivienda. Con ello se consigue reducir la presencia de radón en el hogar en más de un 50% sin necesidad de intervenciones estructurales y/o constructivas.
Por supuesto, en función de la ubicación de la vivienda, el resto de medidas comentadas deberán ser también valoradas, pues sin duda es vital implementar todas las acciones que sean necesarias para evitar que el radón pueda dañar a los habitantes de cualquier vivienda.

 

hacia un futuro sostenible: la ventilacion de doble flujo