Agua caliente sanitaria ACS

Los sistemas de climatización tradicionales son sin duda los que requieren una mayor demanda energética en el hogar. De las facturas de suministros en nuestras casas, la mayoría del gasto procede de calentar o refrigerar la casa cuando el frío o el calor son muy notables, y solo nos dan una tregua en algunos meses de otoño y primavera. Sin embargo, no se suele tener en cuenta que calentar el agua es otro gran gasto, seguramente el segundo en energía dentro del hogar. Para ello, existen los sistemas de agua caliente sanitaria (ACS), que son obligatorios desde hace más de una década en toda nueva edificación.

Los sistemas ACS para calentar el agua son menos necesarios en verano, pero en invierno se convierten en algo esencial si queremos que nuestro hogar cumpla con los requisitos de la eficiencia energética. Y es que en los meses fríos del año, calentar el agua puede ser el segundo consumidor de energía solo por detrás de la calefacción. Según estudios de la Unión Europea, calefactar el agua puede tener un coste aproximado del 25% del total energético consumido en invierno.

Si bien el uso del agua caliente en el hogar depende de las rutinas de cada persona, el tipo de vivienda y también el número de habitantes, existen unos valores promedios que podemos tener en cuenta para entender la importancia de calentar el agua con un menor gasto energético:

  • Consumo de la grifería de los lavabos: de 3 a 6 litros por persona.
  • Consumo de la ducha: aproximadamente 30 litros por persona.
  • Consumo de los bidés: de 5 a 7 litros por persona.
  • Llenado de la bañera: de 100 a 130 litros por persona.

Dichos valores aproximados son de agua caliente, no del total de agua utilizada. Calentar en invierno dicha cantidad de agua, cuando las temperaturas son tan bajas, tiene un coste energético bastante alto. Por eso, desde hace más de una década el Código Técnico de la Edificación (CTE) puso en marcha, en una exigencia técnica, que el agua caliente de los nuevos edificios debía contar con sistemas de calentamiento eficientes. Es lo que se denomina Agua Caliente Sanitaria (ACS).

Históricamente, el agua caliente sanitaria se calefactaba mediante sistemas eléctricos, como podían ser las calderas, o de gas. Hoy en día, si bien sigue siendo así, parte de este agua caliente ha de proceder de sistemas de eficiencia energética, para lo que es necesario el uso de placas solares. En este caso, es diferente a la aplicación de sistemas fotovoltáicos, que lo que generan es electricidad. En la actualidad, es más común que las placas solares de muchos edificios se destinen a calentar el agua sanitaria y potable.

 

Diferentes tipos de agua caliente sanitaria (ACS) y cómo apostar por la eficiencia energética

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Como hemos dicho, hasta un 25% del consumo energético en el hogar puede depender del proceso de calefactado del agua caliente sanitaria. Es por ello que necesitamos de sistemas de eficiencia energética que nos permitan ahorrar en el consumo al realizar este proceso. ¿Que tipos de sistemas ACS existen en la actualidad?

  • Sistemas instantáneos de agua caliente en el hogar. Son los más habituales en bloques de viviendas y para familias poco numerosas. Lo que realizan es calentar el agua justo en el momento en que se abre el suministro. La ventaja es que, si no son utilizados, no tienen gasto energético, pero en su contra es necesario decir que no calientan el agua al instante, sino que requieren un esfuerzo previo y se pierde energía y litros en ello. Entre ellos, los calentadores eléctricos son más ahorradores, pero no tienen la suficiente potencia cuando se trata de climas fríos, solo se recomiendan en casas de verano en climas cálidos. Los calentadores de gas, además de requerir una difícil estructura y contar con otro gasto en suministro, acostumbran a ser caros.
  • Sistemas de acumulación. Cuentan con un depósito y, aunque siempre consumen energía, son más económicos que los de gas, sobre todo en invierno. Son de alta eficiencia energética cuando se combinan con captación a través de placas solares.

En la actualidad, los nuevos edificios están forzados desde 2006 a que incorporen sistemas de energía solar térmica, lo que apuesta por la eficiencia energética al recoger la energía de los rayos del sol y utilizarla para calentar parte de los sistemas de acumulación. La mayoría de placas solares en la actualidad se instalan para calentar el agua sanitaria.

La mejor opción para el ahorro energético es la de los sistemas de agua caliente sanitaria centralizada. En este tipo de instalaciones se puede dar agua caliente de manera centralizada con una gran caldera a un gran número de viviendas, de manera centralizada. Esto es debido a que la potencia centralizada para todas las viviendas es de menor consumo que de manera individual, y puede ser agua calentada mediante placas solares, en combinación con sistemas tradicionales.