energía solar térmica

En el reto por encontrar la eficiencia energética en el hogar, la mejor manera es evitar el coste desmesurado de electricidad y otros suministros. De esa forma no solo recortamos el gasto económico, sino que también mejoramos el medio ambiente y contaminamos menos, algo especialmente importante en nuestras ciudades, ya que los grandes contaminantes son los edificios. El otro lado por donde podemos mejorar energéticamente un edificio es en el uso de energías renovables. Por ejemplo, con la instalación de placas solares, muy presentes en proyectos unifamiliares y en grandes edificios concienciados en la sostenibilidad. Las placas pueden usarse para generar energía fotovoltaica, la más convencional, o para desarrollar energía solar térmica.

Sin embargo, la energía solar térmica es una de las tecnologías renovables más comunes en nuestro país y que está presente en multitud de hogares. Eso es debido a que en 2006 el Código Técnico de la Edificación hizo obligatorio que toda nueva edificación contara con este tipo de sistema de eficiencia energética.

La energía solar térmica es diferente a la fotovoltaica, aunque suelan confundirse. Podríamos diferenciarlas de la siguiente manera:

  1. La energía fotovoltaica recoge la radiación solar de los rayos sobre las placas solares para convertirla en electricidad a usar en el edificio.
  2. La energía solar térmica transforma los rayos solares y el calor procedente de las radiaciones solares en calor que podrá utilizarse dentro de los hogares. Los dos principales usos son el agua sanitaria y la calefacción.

Es por ello que, en nuestro país, la energía solar térmica es de uso sencillo, ya que contamos con territorios muy soleados durante buena parte del año. En zonas de montaña, donde el sol es fuerte y puede hacer frío en invierno, puede servir para calentar la calefacción. En relación al agua caliente sanitaria (ACS), dependerá de varios factores, pero en muchas ocasiones cuando abrimos el grifo el agua caliente que consumimos procederá de los rayos del sol.

En principio no podemos saber a ciencia cierta si al abrir un grifo estamos disfrutando de agua caliente procedente del calor solar o no, ya que el sistema es similar al de los coches híbridos: si el hogar puede usar únicamente la energía solar térmica, prescindirá de las fuentes tradicionales. Así que hay ocasiones en las que usará una u otra fuente, o una combinación de ambas.

La eficiencia energética del sistema solar térmico dependerá de los siguientes factores:

  • La estación del año y el clima de ese día. Por ejemplo, la radiación solar es muy elevada en verano, por lo que la mayoría del agua caliente cuenta con el sistema solar térmico como fuente de abastecimiento. En días de invierno muy soleados también puede ser una fuente importante, y si nos encontramos en invierno en jornadas nubladas será minoritario el uso del sistema.
  • La ubicación de la vivienda. Por supuesto, no será el mismo sol el que se disfrute en la costa andaluza que el que podamos encontrar en Galicia. La energía solar térmica necesitará del aporte energético de la caldera principal en función de la región donde nos encontremos. Igualmente, no solo se trata de la provincia en la que nos encontremos, sino también de la altura y, por supuesto, las nubes que existan ese día.

También es importante destacar que las piscinas pueden calentarse mediante los rayos del sol y que en reformas de edificios podemos incluir este sistema de eficiencia energética, ya que es un gran apoyo a los sistemas tradicionales de calentamiento. Es más, no solo se trata del agua sanitaria, sino que puede ser de gran ayuda en la calefacción de los hogares.

 

Usar la energía solar térmica para calentar las estancias

 

Mediante la radiación solar recogida por nuestro sistema de energía solar térmica es posible elevar unos cuantos grados la temperatura del agua en los radiadores o en los sistemas de calefacción radiante. De esa manera, el aumento del coste energético de la climatización tradicional, siempre muy elevado, se verá reducido mediante el aporte de las placas solares.

En este caso, es una gran ayuda para lugares en los que la calefacción está siempre encendida, por ejemplo un gimnasio o un hotel. La calefacción funciona mediante agua que procede de la red general, y en invierno es cuando más fría está. Si ese agua procede del sistema solar térmico logramos que llegue mucho menos fría, por lo que el gasto en calentarla es bastante menor.

Una gran abundancia de sol puede significar en este caso un apoyo en la calefacción de nuestros hogares, si bien esta tecnología no acaba aquí. También existen mecanismos para refrigerar las estancias en verano, que es cuando más calor hace y los rayos del sol son más fuertes. Aunque en este caso es más complejo y requiere de personal experimentado en la energía solar térmica, que como hemos dicho es obligatoria mediante el CTE.