Ventilación en cuartos de baño

Si hay una estancia en los hogares donde la ventilación que extraiga el aire en mal estado es imprescindible, sin duda esa es la zona de los lavabos. Con permiso de las cocinas -donde también se generan muchos olores y humos que pueden afectar a la salud-, los baños son un espacio de los edificios donde se puede generar gran cantidad de aire viciado. Por eso, la ventilación en cuartos de baño es imprescindible, y además así lo especifica la regulación actual.

La gran mayoría de los cuartos de baño no cuentan con ventanas, debido a su localización en los hogares, sobre todo en bloques de viviendas. Por ello, es vital poder ventilar estos espacios para evitar la aparición de la humedad o de los hongos. El riesgo puede ser mucho mayor en el momento en que la humedad llega a condensarse en los lavabos, algo muy habitual en los momentos en que nos duchamos.

Un ejemplo de cuán importante es la ventilación en cuartos de baño es que es preciso que las duchas o baños se realicen siempre con la puerta cerrada, ya que si no es así el vapor de agua se escapa al resto de la casa y el problema de humedad empieza a afectar más allá de los lavabos. Sin embargo, a puerta cerrada la humedad es mucho mayor dentro del cuarto de baño y pueden originarse problemas graves, tanto de salud como para el mantenimiento del propio baño.

Muchas personas abren la puerta del cuarto de baño para poder evitar los malos olores y los vapores de agua, pero de esa manera no los eliminamos, sino que los esparcimos por el hogar. ¿Cuál es la mejor solución? Sin duda, utilizar el lavabo durante la ducha o el baño con la puerta cerrada y contar con un sistema de renovación del aire.

Al tratarse de una estancia húmeda -igual que lo es la cocina-, la ventilación en los cuartos de baño ha de ser de extracción y no de inducción de aire. Dicha admisión se realizará en las zonas secas, como son los salones de estar, los comedores y las habitaciones.

La mejor solución en el hogar para eliminar los vapores de agua, los gases y los malos olores en las zonas húmedas como son la cocina y los baños es la ventilación de doble flujo, que es capaz de evitar hasta los cristales empañados en cuartos de baño cerrados, mientras introduce aire del exterior filtrado y renovado en habitaciones y salones. Sin embargo, la solución más rápida y común para la ventilación en cuartos de baño es el extractor de aire en lavabos.

Los extractores de baño son ventiladores eléctricos cuya instalación es además muy sencilla, siendo ideales para airear y ventilar nuestros lavabos. Son capaces de eliminar los malos olores y los vapores de agua, además de los gases que se generen dentro de los baños. De la misma manera, ayudan a mantener en buen estado las paredes, los techos y las juntas durante mucho más tiempo. Básicamente, extraen la humedad y el vaho de los lavabos y envían todos los contaminantes también al exterior. Se evita de esa manera también la condensación, tan habitual en estancias cerradas donde se usa agua en gran cantidad.

 

Necesidades de los extractores para la ventilación en cuartos de baño

 

Existen varias consideraciones a la hora de escoger un extractor de baño. Si bien es algo sencillo y económico, es importante tener en cuenta una serie de medidas previas para su instalación:

  • El extractor ha de ser capaz de lograr un caudal de aire por hora de hasta diez veces el volumen del baño. ¿Cómo conocer dicho valor de volumen del baño? Hemos de multiplicar el ancho por el alto y por el largo del baño.
  • No podemos instalar los extractores de baño sobre la ducha o la bañera, ya que perderían efectividad y podrían dañarse. Esta regla es imprescindible, si bien podría dejar de tenerse en cuenta si la distancia entre la ducha y el techo fuera superior a los 2,25 m de altura.
  • El mantenimiento de los extractores de baño es mínimo, basta con limpiarlos una vez al año retirando la rejilla y quitando el polvo acumulado.
  • La potencia no ha de ser tanta como en las campanas extractoras de cocina, ya que los baños son estancias más pequeñas. Lo común es que los extractores trabajen a potencias de 8 a 35 W, en función de su tamaño, del caudal que absorbe y del lugar de instalación, por ejemplo si la salida está lejos o cerca.

Es imprescindible tener una buena ventilación en los cuartos de baño, ya que es donde más humedad se genera -además de otros gases- y dicho fenómeno puede llegar a ser un problema de salud importante para quienes habitan los hogares.