Pobreza energética en invierno

La pobreza energética es realmente dura en los meses más cálidos de verano, no hay duda. Noches calurosas en las que cuesta dormir o gastos exagerados por el uso de aire acondicionado en los hogares que cuentan con climatización. Sin embargo, siempre está la opción de salir al exterior y tomar un respiro, además de que los efectos negativos del calor son menos dañinos que los del frío. Pero ahora, que ya estamos frente a los meses más gélidos del año, hemos de tener en cuenta que la pobreza energética en invierno puede ser demoledora en muchos hogares. Tanto por el enorme gasto económico que supone como por las posibles complicaciones de salud que puede acarrear.

Por pobreza energética podemos referirnos a dos fenómenos que son muy similares y de devastadores efectos, cuyo origen se encuentra en la incorrecta construcción de los edificios y su escasa protección frente a los cambios de clima. Si bien la definición estricta es que cualquier hogar que sea energéticamente pobre es aquel que el gasto en suministros sea un 10% de los ingresos familiares de quienes lo ocupen.

De esta manera, encontramos dos tipos de pobreza energética:

  1. Aquellas familias que con la crisis han visto disminuido su poder adquisitivo hasta el punto en que el consumo de luz, gas y agua les supone un esfuerzo que les lleva a impagos o a sufrir problemas económicos importantes.
  2. Aquellas familias que, si bien tienen un poder adquisitivo medio, han visto cómo el precio de la energía subía tanto que se come una parte importante de sus ingresos mensuales, al menos una décima parte o más.

En ambos casos, el mayor problema es la construcción de los hogares. ¿Por qué? Básicamente, el consumo energético más importante de un hogar es para nuestro bienestar térmico. Esto es el gasto en calefacción tradicional u otros sistemas tradicionales de climatización, o la forma en que calentamos el agua sanitaria.

¿Qué características tiene una casa mal preparada y con pobreza energética en invierno?

  • Suelen tener paredes poco preparadas para aislar las estancias del frío y del calor.
  • Las ventanas y las puertas tienen zonas donde están mal selladas y no están preparadas para garantizar la estanqueidad.
  • La renovación de aire es mínima y existe una mala circulación.
  • La calefacción se realiza mediante sistemas tradicionales como son las estufas de resistencias o costosos sistemas de gas.
  • No hay sistemas eficientes para calentar el agua sanitaria.
  • La iluminación es ineficiente y se necesita un gasto extra en luz artificial.

El último punto, el de la iluminación, puede solventarse con el uso de bombillas eléctricas. Pero los otros requieren de un mayor esfuerzo o inversión. Pero es necesario para evitar situaciones de pobreza energética, que es en invierno donde son peores.

 

¿Por qué es peor la pobreza energética en invierno?

 

La pobreza energética en invierno es una lacra que puede llegar a ser mortal. Los estudios más recientes afirman que la imposibilidad de pagar las facturas del gas o de la electricidad es culpable de entre 2.500 y 9.300 muertes prematuras en España. Si lo miramos en perspectiva, estos problemas energéticos son más mortales en número de personas que los accidentes de tráfico.

¿Cuál es el problema en invierno? La imposibilidad de hacer frente a los pagos por suministros. En ese caso, muchas familias se ven obligadas a buscar otras soluciones poco prácticas o incluso a prescindir de la calefacción en su totalidad. Y eso, en climas muy fríos y días de bajísimas temperaturas, puede suponer un problema para la salud.

De cara a paliar los efectos negativos en ese 10% de la población española afectada por pobreza energética en invierno, la administración pública en España ha empezado a ofrecer ayudas tímidamente, si bien es en el resto de Europa donde la situación está mucho más avanzada.

¿Qué puede hacerse para acabar con la pobreza energética en invierno?

  • Es necesario hacer una reforma estructural del hogar. Por ejemplo, fortaleciendo las paredes.
  • Las ventanas y puertas han de sellarse y han de tener materiales que impidan el paso del frío y el calor.
  • Los sistemas tradicionales de climatización han de sustituirse por otros de mayor eficiencia energética.
  • Un sistema de ventilación mecánico puede ayudar enormemente a mejorar la circulación del aire y tener una estancia en mejores condiciones climáticas.

El problema para muchas familias es cómo afrontar dicha inversión, para lo que es necesario solicitar ayudas públicas. En el caso de los hogares en riesgo de presentar pobreza energética en un futuro, es muy recomendable cuanto antes hacer un plan de mejora del hogar, ya que con las constantes subidas de la factura de la luz -que se espera que continúen- todos los hogares que sean poco eficientes acabarán sufriendo esta lacra.

Es importante tener en cuenta la pobreza energética en invierno y no permitir que este problema pueda afectarnos en nuestro día a día. Las consecuencias pueden llegar a ser fatales.