Combatir la pobreza energética

A todos, en algún momento, nos ha gustado tirar la casa por la ventana. Ya fuera para darnos un capricho o un homenaje al celebrar algo. Lo que, desde luego, no es sostenible es que tengamos que tirar la casa por la ventana por culpa de una mala eficiencia energética en casa, eso que se conoce como pobreza energética. Pero más que tirar la casa por la ventana para pagar las facturas de la luz o el gas, es más bien que tiramos la energía por la ventana. Y también tirarla por las puertas, las paredes y otros lugares por los que se filtre el frío o el calor. Para combatir la pobreza energética, lo que debemos hacer es, precisamente, mejorar el aislamiento de esas puertas o ventanas por las que no queremos tirar la casa.

La pobreza energética es un concepto que se popularizó en la crisis, cuando junto al incremento de las tarifas energéticas en España muchas familias se quedaron sin ingresos por la precariedad laboral. Sin embargo, muchos hogares pueden ser pobres energéticamente aún contando con ingresos notables. Eso es debido a que, para combatir la pobreza energética, no basta con tener un mejor salario, sino que se precisa amoldar los hogares a las necesidades de la eficiencia energética.

Pongamos un ejemplo. María es pensionista y recibe mil euros mensuales. Vive en un piso de 80 metros cuadrados en el litoral mediterráneo que fue construido en los años 70 y, desde entonces, no se han hecho reformas en él. Es un ático al que le da el sol fuertemente en verano y que en invierno tiene el techo a la intemperie.

María no tiene aire acondicionado y decide pasar los veranos en otra residencia familiar que heredó hace mucho tiempo, ya que en su piso el calor se hace insoportable. En cambio, en invierno necesita calefactar su hogar con estufas eléctricas y radiadores. El calentador del agua es eléctrico y también la cocina. Cada mes de invierno, María paga entre 110 y 150 euros en la factura de la luz. Nunca se lo ha planteado -ella simplemente cree que la energía se ha puesto carísima-, pero es una víctima de la pobreza energética debido a las malas condiciones de su vivienda.

El caso de María es el de muchas familias en España. En concreto, se calcula que hasta el 20% de las viviendas en todo el territorio sufren de pobreza energética. La manera de calcularlo se realiza con un porcentaje: si las facturas en suministros superan el 10% de los ingresos familiares, la casa está en situación de pobreza energética.

¿Cómo solventar este problema?

 

Mejoras en el hogar para combatir la pobreza energética

 

Pobreza energética

El primer paso es la concienciación, darse cuenta de que existe un problema en el hogar y que es necesario combatir la pobreza energética con reformas y no con aparatos de climatización. Una casa de nula eficiencia energética acabará siendo, tarde o temprano, un hogar energéticamente pobre. Porque se prevé que las tarifas de suministros sigan subiendo.

Muchas de las casas de nuestro país están mal aisladas con muros de 25 centímetros de ancho por donde se cuela muy fácilmente el frío y el calor. Hay que tener en cuenta que los pisos en las plantas superiores son los que más sufren. ¿Qué podemos hacer?

Lo primero es mejorar los aislamientos. Desde las paredes y las fachadas hasta los cristales y la carpintería. Gracias a los avances tecnológicos en edificación, es posible aplicar yeso interior a las paredes con materiales aislantes.

Los cristales y las puertas también es necesario cambiarlos si tienen muchos años. Los vidrios de hace dos, tres o cuatro décadas eran muy endebles, pero hoy en día son altamente aislantes. De cara a los techos, pintarlos de colores claros ayuda a que en verano el sol sea más benévolo en los meses de calor.

Las rehabilitaciones energéticas integrales pueden ser costosas, pero las soluciones de emergencia para los hogares vulnerables pueden estar alrededor de los 5.000 euros. Y con ello no solo se logra una fuerte reducción de los consumos energéticos y del gasto en suministros, sino también que mejora enormemente el confort.

Por otro lado, hemos de tener en cuenta que es preciso combatir la pobreza energética para evitar problemas de salud. Si la temperatura en invierno baja de los 17ºC es posible contraer enfermedades.

De cara a mejorar la salud en los hogares y también combatir la pobreza energética, otro paso importante es instalar un sistema de ventilación mecánico. De esta forma podemos mejorar nuestro confort en veranos y en inviernos, ya que de manera económica se realiza un intercambio del aire. En verano, el aire cálido es eliminado y se introduce aire renovado y más fresco en los sistemas de doble flujo, pudiendo introducirse aire cálido en los inviernos. Además de ser la mejor solución para mejorar la salud en nuestros hogares con un aire de más calidad.