Rehabilitación energética para las ciudades del futuro
¿Cuántos edificios podemos decir que cumplen con las normas para ser energéticamente eficientes? Lo que hoy en día es una necesidad muy importante en nuestras ciudades. Pues, según datos de la Alianza Europea de Compañías por la Eficiencia Energética en Edificios (EuroACE), tan solo un 16% de todas las construcciones en nuestro país cumplen con ello. El resto de los inmuebles españoles, el 84%, consumen más energía de la que deberían. Es por ello que, poco a poco, se está hablando con más fuerza de la rehabilitación energética. Un paso adelante para mejorar la vida en nuestras casas y ciudades, además de para lograr un mayor ahorro.
En la búsqueda de la eficiencia energética en las ciudades hay que tener en cuenta que los edificios consumen alrededor del 50% de la energía que cada día se necesita en las grandes urbes, por lo que son también uno de los mayores focos de emisiones. Y ese es uno de los motivos por los que, a partir de 2020, todas las construcciones que se realicen en España serán de Edificación de Consumo Casi Nulo. Todo parte de la directriz europea que obligará a que toda obra nueva, sea pública o privada, tendrá que utilizar fuentes de energía alternativas, sistemas de ventilación mecánicos, instalar mecanismos de estanqueidad para evitar la fuga del calor en invierno o materiales de construcción alternativos.
Sin embargo, ¿qué hacemos con el 84% de viviendas actuales en nuestro país que siguen siendo deficientes energéticamente? La solución pasa por la rehabilitación energética, un fenómeno que no solo atrae a los propietarios, sino a los gobiernos. Es más, desde la administración se está primando para que las viviendas que pongan en marcha una reforma para mejorar su consumo en energía puedan acceder a diversas subvenciones.
¿Qué supone una reforma en el hogar o en la oficina basada en la rehabilitación energética? En este caso, la renovación del inmueble se centra ante todo en lograr que el consumo energético disminuya notablemente, hasta un punto similar al de los Edificios de Consumo Casi Nulo. Al fin y al cabo, para que una obra pueda considerarse de rehabilitación energética de manera certificada ha de seguir lo acordado en la Directiva 2010/31/UE de la Unión Europea para la Eficiencia Energética en Edificios.
Básicamente, se basa en los siguientes puntos:
- Se ha de minimizar al máximo el uso de los aparatos de aire acondicionado y de ventilación. Al ser los que más consumo efectúan, es primordial que toda la obra se base en ello.
- Se instalarán medidas que paren el calor y el frío, como puede ser la instalación de fachadas y cubiertas ventiladas.
- Se instalan persianas flotantes o tendales para parar los efectos del viento en invierno y del sol en verano.
- Los materiales de las ventanas pueden sustituirse por otros hechos con PVC.
- Los materiales de construcción han de fomentar la estanqueidad para que el frío y el calor no penetren en el hogar.
- Es necesario instalar un sistema de ventilación mecánico, ya que con ello dependeremos menos de las soluciones de climatización.
- Los frigoríficos y las lavadoras han de ser de máxima eficiencia energética. Igual que la iluminación ha de ser con tecnología LED.
Todo ello no solo repercute en un beneficio para las ciudades, sino que los propios consumidores gozan de un gran descenso en la factura de la luz o de otros costosos suministros como el gas.
Ahorro y subvenciones en la rehabilitación energética
La clave de la rehabilitación energética está en que se benefician diferentes actores. Primero de todo, las ciudades están menos contaminadas, por lo que la salud de las personas mejora y los efectos del cambio climático son menores. Después, el gasto en energía es mucho menor, por lo que a la larga puede ser una buena idea invertir en esta tecnología.
Debido a que reducir la contaminación en las ciudades es una de las máximas en Europa, ya se están llevando a cabo muchos planes de subvenciones para aquellos que lleven a cabo una rehabilitación energética. Por ejemplo, en Barcelona se ofrecen 14 millones en ayudas para este fin. Estas ayudas pueden llegar a suponer hasta el 50% de la reforma, y si además se instalan placas solares pueden los beneficiarios obtener descuentos en el recibo del IBI durante tres años. En Barcelona, solo los edificios que tienen más de 60 años -antes de las reformas en la normativa en aspectos térmicos- suponen el 28% del consumo energético de la ciudad.
Ya que la rehabilitación energética es parte importante del futuro de la construcción en reformas, también se otorgan ayudas para la formación en este campo. Por ejemplo, el Servicio Valenciano de Empleo ha creado un curso específico para ello, ya que considera que las oportunidades laborales en reformas sostenibles son interesantes de cara al futuro.
En cualquier caso, es importante popularizar la rehabilitación energética, ya que la disminución de la contaminación de las ciudades depende ello. La nueva directiva europea considera que esta práctica es imprescindible, junto con otras como la creación de un indicador de inteligencia para los edificios, la apuesta por los sistemas de ventilación mecánicos o el fomento del transporte sostenible mediante la creación de plazas de aparcamiento para vehículos eléctricos.
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