Muebles y ventilación

La decoración en nuestro hogar no es solo estilismo, sino que también forma parte de nuestro confort. El uso de un buen mobiliario puede mejorar nuestro estado de ánimo, además de ser uno de los rasgos característicos más importantes que tenemos de definir nuestro estilo de vida. Es por ello que, cuando decidimos apostar por un mobiliario en concreto, nos gusta que se mantenga en buen estado. Y existe una relación importante entre muebles y ventilación. Ya que el deterioro de mesas, armarios, sofás u otros accesorios puede ser debido a una mala ventilación.

La necesaria renovación del aire es fundamental para nuestro bienestar y comodidad. Hemos de evitar problemas relacionados con la humedad y con el aire viciado en nuestro organismo, pero también en nuestros muebles y en la decoración del hogar. Seguro que has visto alguno de estos problemas:

  • Muebles que pierden el color, sobre todo blancos que pasan a ser amarillos.
  • Aparatos eléctricos que se sobrecalientan o dejan de funcionar.
  • Accesorios de plástico que se vuelven pegajosos.
  • Tejidos de cortinas o manteles que dejan de tener elasticidad y se vuelven rugosos.
  • Pintura en mesas o sillas que se agrieta.

Todos estos problemas están relacionados directamente con la renovacion del aire en el hogar. También con las temperaturas, ante todo las que padecemos en verano. Y en las zonas costeras y con mayor humedad es donde los muebles sufren más.

El principal problema para el deterioro de nuestro mobiliario es el humo y el aire viciado. En las casas donde se fuma o en las que no se elimina el humo de la cocina, los muebles de color claro se amarillean. También algunos electrodomésticos. Para evitar este problema, lo principal es no fumar en el hogar y mejorar su ventilación. Es importante aprender a eliminar el humo del tabaco en casa. Si el problema de humo es debido al cocinado, necesitamos hacer uso de las campanas extractoras.

Otro causante del deterioro del mobiliario y de la decoración es el exceso de agentes químicos en el aire. Son los que se producen al usar productos de limpieza, detergentes y quita-grasas. Suelen ser bastante dañinos para el aire, y dejan rastros que embrutecen nuestras casas. Para eliminarlos, lo ideal es contar con un sistema de ventilación, pero podemos abrir las ventanas para al menos airear las estancias.

La humedad es, cuanto menos, tan dañina como los humos. En este caso, el exceso de vapor de agua es capaz de agrietar la pintura en algunas mesas, desconchar las paredes o generar moho. También puede dañar los plásticos y otros materiales sensibles en pleno verano, cuando además de la condensación las temperaturas son elevadas.

Es el calor otro de los problemas, ya que puede hacer que funcionen peor los electrodomésticos o dañar tejidos e incluso el barniz de algunas maderas. También accesorios recubiertos de goma.

¿Cómo podemos hacer para evitar estos daños a nuestros muebles y accesorios en casa?

  1. Renueva el aire siempre que puedas. Si no tienes un sistema de ventilación mecánico, utiliza los extractores del baño y de la campana de la cocina.
  2. Airea y ventila las estancias tanto como puedas. Abre las ventanas y busca corrientes de aire.
  3. Combate el polvo a menudo. Al abrir ventanas y puertas, es normal que se cuelen las partículas que dañan tu mobiliario. El polvo ha de ser retirado cuanto antes posible.
  4. Si usas productos químicos para limpiar tu casa, trata de evitar que el aire se ensucie de ellos. Abre las puertas y las ventanas aún más cuando los utilices.
  5. Evita el uso de aerosoles y de insecticidas de espray.
  6. No fumes en casa, ni permitas que nadie lo haga. Si no puede evitarse, ventila cuanto antes.

Sin embargo, para proteger nuestro mobiliario contra los efectos nocivos del aire viciado o la humedad, además del calor, la mejor solución es el sistema de ventilación mecánica de doble flujo.

 

¿Por qué la ventilación mecánica ayuda a conservar nuestros muebles?

 

Mediante un sistema de ventilación de doble flujo, además de mejorar en salud, también protegemos nuestros hogares y su mobiliario, ya que:

  1. No entra polvo de los exteriores. Las ventanas se mantienen cerradas y el aire entra filtrado.
  2. El calor y el frío ya no afectan a nuestros muebles, ya que el sistema mantiene una temperatura constante, incluso cuando no estamos en casa. Y a un coste muy bajo.
  3. La humedad es eliminada por completo, y también los humos que se encuentren en interiores.
  4. El aire viciado es extraído y renovado por el mismo sistema.

Cuando nos vamos de vacaciones, por ejemplo, nuestras casas en verano sufren más aún los efectos del calor, ya que no las refrescamos. Es por eso que los muebles y los tejidos se ven perjudicados por el efecto del cambio de temperaturas. Y es algo que podemos evitar con la ventilación de doble flujo.