Si en otra época de la historia del mundo se hubiera sabido que, en un pequeño barrio, gran parte de sus ciudadanos sufría cáncer de pulmón, la conclusión hubiera tenido que ver más con la superstición que con la ciencia. Se hubiera hablado de maldiciones o espíritus. Sin embargo, si hoy en día toda una calle está afectada por casos de tumores malignos, podemos pensar que no se trata del más allá, sino de lo que ya se conoce como «el enemigo silencioso», un veneno que puede instalarse en nuestras casas. Y que el problema no tiene nada que ver con la mística, sino que son las consecuencias del gas radón.

Precisamente eso es lo que está ocurriendo en un pequeño pueblo gallego conocido como Cruceiro de Roo. En plena ruta hacia Finisterre, esta localidad fue en otro momento un bullicioso centro urbano. Hoy, su demografía es de algo más de 300 personas viviendo todo el año. Y el lugar se ha hecho famoso por ser el sitio donde se encuentra «la calle del cáncer».

En una recta del pueblo donde se concentran 29 casas se han diagnosticado hasta 23 tumores. Es en esos 800 metros donde más casos de cáncer hay en Cruceiro de Roo, pero no es algo exclusivo de la calle, sino que, si se amplía el radio, en la misma población encontramos bastantes más casos.

¿De dónde procede un caso tan excepcional? Según afirman los propios vecinos de Cruceiro de Roo, el culpable es el gas radón. Un veneno que está instalado en muchas casas españolas pero que no es detectable. Y, sin embargo, es el segundo causante de los casos de cáncer de pulmón, según la Organización Mundial de la Salud.

El gas radón ha sido un gran desconocido en nuestro país, si bien en Europa se alertaba de los daños que crea este veneno. En Cruceiro de Roo fueron los propios vecinos los que alertaron de que el motivo del alto número de cánceres ha de ser debido a este gas. ¿Hay confirmación? Muy pronto lo sabremos. Ya que, desde mayo, en el pueblo se han instalado medidores de este veneno para certificar que exista afectación.

Los medidores tardan aproximadamente tres meses en dar resultados sobre la presencia y concentración de gas radón en viviendas. Sin embargo, los vecinos de esta aldea gallega no dudan que el problema ha de ser este veneno. Su población está dentro del mapa del gas radón, es candidata a ello. Y, lo más importante, están sufriendo las consecuencias del gas radón en sus propias vidas. ¿Por qué no se había hecho nada antes?

 

Cómo paliar las consecuencias del gas radón en nuestros hogares

 

En España, el retraso por la lucha contra el gas radón es de unos cinco años. En 2013, la Comisión Europea decidió obligar a los Estados miembros a medir el radón en viviendas, lugares públicos y de trabajo en aquellas zonas afectadas. En España, en cambio, no se han implantado medidas hasta que ha habido una obligatoriedad.

Desde el pasado febrero, en España se ha de facilitar la implantación de medidas para detectar el gas radón -como son los medidores gratuitos-, pero están habiendo retrasos importantes. Por eso se dan casos como el de Cruceiro de Roo, donde han tenido que ser los vecinos los que lucharan por hacerse oír y denunciar un problema que, para ellos, sin duda tiene su origen en las consecuencias del gas radón.

Para poder certificar su presencia, necesitamos hacer uso de los medidores de gas, ya que el radón es prácticamente indetectable y es normal preocuparse cuando ya es demasiado tarde. ¿Qué podemos hacer nosotros para luchar contra este mal en nuestros hogares?

Primero de todo, podemos mirar el mapa del radón y certificar que nos encontramos en un lugar afectado. Normalmente, son en casas donde se encuentra afectación, ya que el gas radón se almacena en el suelo. Si creemos poder estar afectados y aún no disponemos de medidores, lo que podemos hacer es:

  • Mejorar la ventilación de nuestro hogar. Ante todo en la zona del subterráneo. Es allí donde se almacena el gas.
  • Necesitaremos sistemas de extracción mecánica por ventilación en el sótano para extraer el radón en lugares de alta concentración. Pueden ser extractores de aire convencionales.
  • Tapar las filtraciones donde pueda colarse el gas. Las fisuras pueden ser letales para el paso de este veneno.
  • Sellar las paredes de manera exhaustiva es también una gran medida de protección.

Normalmente, uno de los caminos que encuentra el gas radón para colarse en nuestras viviendas es la combinación de una estanqueidad mejorable -con paredes, puertas y ventanas por donde se filtra el gas- junto con una mala renovación del aire. Para ello, instalar un sistema de ventilación mecánico logrará que se extraiga este veneno y evitar las consecuencias del gas radón en nuestras vidas. Es lo que, a la espera de la confirmación final, están haciendo los vecinos de Cruceiro de Roo.