Reducir la contaminación acústica

La contaminación acústica es un tipo de daño al medio ambiente que se suele desestimar en comparación con otras formas de polución. Normalmente, las personas tendemos a vernos más afectadas por aquello que vemos con los ojos, seguido de lo que olemos con el olfato. Por eso, la contaminación del agua o de los alimentos es algo tan notorio. En el aire a veces no tenemos en cuenta que una escasa calidad puede llegar a ser un veneno. Y es quizás a los ruidos a lo que menos importancia se les da, si bien es muy importante tratar de reducir la contaminación acústica para mejorar nuestro bienestar.

Los ruidos no deseados y los sonidos procedentes desde el exterior son problemáticos para nuestro confort, pero también afectan a nuestra salud y a nuestro descanso. Es por ello que, pese a que parezca que no tienen importancia, hemos de combatirlos.

Ya hablamos hace unas semanas sobre los riesgos de la contaminación acústica y los posibles métodos para protegernos contra este problema, desde hacer pequeñas reformas como cambiar las puertas de casa hasta modificar algunos hábitos como usar zapatillas o cerrar persianas. También comentamos las bondades que tiene un sistema de ventilación mecánico para poder cerrar las ventanas y aislarnos del ruido exterior. Pero, ¿qué tener en cuenta si empezamos una reforma en el hogar o edificamos una casa y queremos reducir la contaminación acústica?

Lo primero a tener en cuenta es establecer que las funciones de la vivienda dependerán del número de personas que vivan y sus condicionantes. Para proyectar una reforma en la que tengamos en cuenta el aislamiento acústico se ha de plantear antes el espacio que tendrá el hogar y también si se trata de una familia con varios miembros, una pareja o incluso una sola persona. Si la idea es alquilar la vivienda, el criterio es más complicado.

Dependiendo de ello, hemos de tener en cuenta que el comedor y las zonas de estar se consideran, en acústica, zonas de día. Son susceptibles a estar ocupadas a todas horas y por todos los ocupantes. Es por ello que han de disponer de una combinación de aislamiento acústico medio y una eficiente ventilación. Son las zonas que necesitarán un buen énfasis en los elementos de aislamiento sonoro, a la vez que requerirán mayor caudal de ventilación, por su alta ocupación.

No obstante, son las consideradas zonas de noche, los dormitorios, donde los sistemas de aislamiento acústico han de ser de alta eficiencia. Para ello, hemos de tener en cuenta dos factores:

  • Los sistemas de aislamiento acústico que se instalen, como pueden ser ventanas y puertas reforzadas o sistemas aislantes de poliuretano en paredes.
  • La localización de estas zonas de noche y su cercanía a las zonas de día.

En el momento de diseñar una vivienda, para poder reducir la contaminación acústica en las zonas de noche, donde vamos a necesitar el mayor aislamiento, hemos de tener en cuenta que han de estar alejadas de las zonas de día tanto como sea posible. No podemos acceder desde un dormitorio a por ejemplo una sala de estar directamente si queremos garantizar un confort acústico y el mejor descanso.

Este es un fallo común en algunos pisos de reducidas dimensiones, donde se ha evitado la instalación de pasillos o recibidores para aprovechar mejor los metros cuadrados. A nivel de diseño arquitectónico, es interesante que una habitación tenga una pared colindante con un cuarto de baño o una cocina en lugar de con una zona de día si no hay pasillos. En el caso de que no pueda evitarse, instalar armarios empotrados en la pared que separa una zona de noche de una de día puede aliviar el problema un poco.

Los baños y la cocina, consideradas zonas húmedas, deberán encontrarse cerca, si bien en este caso es más por la necesidad de aumentar la eficiencia de los sistemas de ventilación y que los conductos sean lo más cortos que se pueda. Así se evitan pérdidas de carga. A nivel sonoro, las zonas húmedas no suelen necesitar de un gran aislamiento acústico, en ese caso es importante centrarse en las necesidades de ventilación.

 

Un sistema de ventilación para reducir la contaminación acústica

 

Es ideal realizar estas reformas en el hogar con criterios para reducir la contaminación acústica en conjunción con las necesidades de ventilación. Gracias a un sistema mecánico de extracción del aire, también nos protegemos contra los ruidos externos e internos.

Al disponer de un sistema de ventilación mecánico mantenemos las ventanas cerradas, lo que nos aísla del ruido exterior. Por otro lado, al no necesitar aparatos de aire acondicionado gracias al intercambiador de los sistemas de doble flujo, también dejamos de producir ese ruido en casa. Si bien es fundamental un estudio integral del hogar para reducir la contaminación acústica a la vez que se mejora la ventilación del hogar.