Desde este año 2018, la edificación tiene una nueva obligatoriedad. Como ya hemos comentado previamente, la eficiencia energética en construcción ha llevado a que, ahora, todas las nuevas construcciones de carácter público tendrán que ser de consumo casi nulo. Una obligación que dentro de dos años se extenderá también a la edificación privada y a las nuevas viviendas.

La apuesta por la construcción de consumo casi nulo nace de la necesidad de evitar al máximo el uso de energía en los edificios, que a nivel mundial supone aproximadamente un tercio del gasto total energético. Estos nuevos edificios verdes son aquellos que cumplen con la legislación europea en la Directiva 2010/31/UE, donde se explican las medidas necesarias para recortar el consumo de energía hasta el 2020.

¿Qué supone a nivel práctico? Que los edificios que cumplan con la norma tendrán una demanda energética tan baja que es prácticamente nula. Además, las fuentes de donde la obtendrán serán renovables. El mismo edificio puede tener fuentes energéticas para auto-abastecerse en parte. Todo en consonancia con el anterior protocolo de Kioto y el posterior acuerdo de París.

Lo primero que deberá tenerse en cuenta, obviamente, es apostar por fuentes de energía que sean respetuosas con el medio ambiente. Los edificios de consumo casi nulo deberán incluir importantes implementaciones en sistemas de ventilación mecánicos, unos diseños de construcción herméticos y que eviten los efectos de los cambios de estación, una menor demanda de climatización y un sistema de iluminación inteligente. Todo ello deberá de estar configurado en un sistema integral, con todas las partes conectadas.

A la hora de rehabilitar edificios, también se verán afectados por la normativa de consumo casi nulo incluso para los de uso privado, si bien a partir de 2020. Ya hay países europeos que han puesto en marcha esta norma, pero en España toda vivienda privada que desee ser rehabilitada en dos años tendrá que adaptarse a la normativa. Un cambio muy importante para el que es imprescindible estar preparado.

 

Especificaciones necesarias para construcciones de consumo casi nulo

 

edificio vallecas consumo casi nulo

A partir  de dos años veremos cómo se adaptan los constructores del sector privado a esta nueva edificación ecológica. Ya que, mientras en otros países se han ido adaptando de manera progresiva, en España los constructores llevan años siendo avisados, pero la acogida de estas prácticas ha sido casi inexistente.

Ahora, con la obligatoriedad en el sector público, se abre el camino. Pero los constructores del sector privado, si no han seguido estas directrices hasta ahora, tendrán que adaptarse muy deprisa a partir de 2020. Sin la medida de la Unión Europea, seguramente, los edificios de consumo casi nulo no habrían gozado de un éxito notorio.

Aunque la Unión Europea ponga las directrices, en nuestro reglamento tenemos todo para implantar este nuevo tipo de construcción. Y es que para la edificación de consumo casi nulo, si bien podemos regirnos por la directiva europea, en realidad donde encontramos todas estas normas especificadas y adaptadas a nuestro territorio es en el Codigo Técnico de la Edificación y en el RITE, el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios. En el caso del CTE, el documento a seguir es el DB HE.

Para poder llegar a tener edificios de consumo casi nulo, como hemos dicho antes, no nos basta con aplicar un tipo de instalación o un sistema en concreto. Hemos de apostar por un modelo integral que incorpore una serie de aspectos en el edificio que lo condicionarán completamente:

  1. Iluminación controlada y ecológica. No se trata únicamente de contar con bombillas ecológicas o con instalaciones de menor demanda energética. La edificación de consumo casi nulo propone verdaderos cambios en la manera de entender la construcción. Se ha de apostar por la iluminación natural y que entre el máximo de luz solar. Además de eso, la domótica será necesaria para apagar y encender automáticamente las luces, y siempre en función de la necesidad real.
  2. Climatización mínima. En este aspecto, lo más importante es apostar por la refrigeración pasiva en verano y que en invierno se beneficie de una construcción hermética. Ha de evitarse la entrada de calor y frío mediante sistemas que no consuman energía. Si el edificio se construye de manera eficiente energéticamente, podemos contar con cubiertas ventiladas y otro tipo de mecanismos que hagan innecesario el uso de aparatos de aire acondicionado o calefacción. Al menos en la mayoría de ocasiones. Se puede tener también placas solares para el rendimiento de los sistemas de climatización, pero es imprescindible tener un muy buen aislamiento térmico y que el edificio esté orientado donde sufra menos con los cambios de temperatura.
  3. Sistemas de ventilación eficientes. Una tercera parte del consumo energético se producirá por el uso de la ventilación, así que deberemos escoger muy bien el sistema que mejor se adapte a las necesidades del edificio ecológico. Para ello, lo más recomendable es que se utilicen sistemas de doble flujo y que estén en armonía con los otros dos aspectos comentados previamente: la iluminación y sobre todo la climatización.

Desde este año, la edificación pública ya ha de ser de consumo casi nulo. El siguiente paso será de cara a las viviendas privadas, y será interesante ver cómo reacciona el sector ante semejante cambio.