Ventilación y demanda energética

La búsqueda de la eficiencia energética nos lleva a mejorar nuestros hogares y adaptarlos a un consumo mucho más responsable, pero siempre sin que eso signifique perder confort. Y una vuelta de tuerca a la tecnología ecológica en la construcción nos trae los edificios inteligentes, que son construcciones pensadas totalmente para economizar consumos y hacernos la vida más fácil. Además de que son capaces de, por ejemplo, relacionar ventilación y demanda energética de una forma eficiente.

Los edificios inteligentes suelen ser de nueva construcción debido a que hay algunos factores que son difíciles de modificar al reformar viejos hogares, si bien de ello se encarga por su lado la rehabilitación eficiente. Aunque hay diversidad de opiniones, para que un edificio sea inteligente suelen tenerse en cuenta los siguientes factores:

  • Diseño y estructura. La edificación inteligente goza de un diseño específico. Por ejemplo, busca los lugares donde las condiciones climáticas afecten lo mínimo e incluye mejoras para aprovechar la energía de manera más eficiente. Cubiertas ventiladas, cámaras de aire y sistemas de recuperación son habituales en este tipo de construcción.
  • Sistemas de suministros. Aquí entran en juego elementos como ventilación y demanda energética, los controles de iluminación y electricidad, los aparatos de aire acondicionado y calefacción, e incluso el tipo de cableado.
  • Servicios inteligentes. Los nuevos avances en domótica suelen estar en los edificios inteligentes. Desde sensores, detectores, persianas automáticas y controles de seguridad.
  • Control informático. La optimización de todos los servicios suele estar coordinada por un sistema informático que pueda economizar los recursos.

El buen uso de todos estos elementos será lo que determine cuán inteligente es un edificio. Y uno de los elementos más importantes es la ventilación eficiente en hogares. De ellos depende la calidad del aire, la temperatura y moderar el gasto en calefacción o aire acondicionado.

 

Equilibrio entre ventilación y demanda energética

 

Ventilación eficiente

Los edificios inteligentes suelen incorporar lo que se denomina demanda controlada de ventilación. Esto significa que el sistema será capaz de ajustar el volumen de aire y de ventilación en base a las necesidades del recinto. El caudal será distinto en todo momento, siempre en función de las condiciones de cada situación en concreto.

En el mismo momento en que el equipo de arquitectos diseña el edificio se ha de tener en cuenta esta relación entre ventilación y demanda energética. Es muy importante conocer las necesidades energéticas del recinto en condiciones de ocupación máximas, a pleno volumen. Así, luego podrá adaptarse de forma inteligente esa necesidad a la demanda que tenga en cada instante.

También se ha de hacer un uso responsable de la energía en el momento de controlar la temperatura y la humedad en el edificio. Lo ideal y necesario es no depender en exclusiva de los sistemas mecánicos de ventilación, sino que existan unidades de recuperación de calor o energía para poder ahorrar. En este caso, la cubierta ventilada es un ejemplo de sistema pasivo que nos ayuda a economizar energéticamente.

Los motores eléctricos son los que han de ventilar el edificio inteligente y han de ser de alta eficiencia energética. Los nuevos modelos son capaces de ahorrar una quinta parte de lo que requieren los propulsores tradicionales cuando están a máximo trabajo. Sin embargo, lo más interesante de los motores para sistemas de ventilación modernos y eficientes es que son capaces de regular su potencia. Se adaptan a los aparatos de demanda controlada de ventilación para un uso eficiente.

Todo ello hace posible que, en los edificios inteligentes, podamos disponer de un equilibrio entre ventilación y demanda energética. Y además sin sacrificar nuestro confort y logrando ahorrar bastante en energía, por lo que se considera que las casas y las oficinas del futuro podrán considerarse inteligentes.