control de humedad

El control de humedad en nuestros hogares es una cuestión de salud, de seguridad y de ahorro energético. En el presente artículo te resumimos las consecuencias negativas que un exceso de humedad en los edificios puede revestir en estos tres ámbitos.

 

Consecuencias negativas del exceso de humedad sobre las personas

Una tasa de humedad relativa elevada en los espacios interiores de nuestros edificios es una de las causas de los trastornos de salud que pueden sufrir sus ocupantes, ya que las superficies húmedas constituyen el medio idóneo para la proliferación de microorganismos (ácaros y moho). En el caso de personas sin trastornos respiratorios diagnosticados, el umbral de tasa de humedad relativa recomendable es del 65%. En el caso de personas con problemas respiratorios crónicos (asma), alergias o reuma este umbral se sitúa por debajo del 60%, pues hablamos de personas especialmente vulnerables. Si además no contamos con una ventilación suficiente que asegure la correcta renovación del aire interior de los espacios, los problemas de salud pueden agravarse.

Un exceso de humedad puede derivar en diferentes trastornos de salud:

  • Infecciones respiratorias, debidas a infecciones víricas o bacterianas.
  • Procesos asmáticos, debido a la proliferación de mohos, hongos y ácaros.
  • Trastornos alérgicos, debido a la mala calidad del aire interior.
  • Empeoramiento de enfermedades óseas (reuma o artrosis), debido a la elevada tasa de humedad que afecta a los huesos, sobre todo de las personas más vulnerables como son la tercera edad.
  • Malestar general (cansancio, fatiga, cefaleas…), como consecuencia de un ambiente poco saludable (malos olores y dificultad de respirar debido al exceso de humedad y la mala ventilación).

 

Consecuencias negativas del exceso de humedad sobre los edificios

Tal y como hemos apuntado anteriormente, un exceso de humedad también es perjudicial para los materiales y la estructura de nuestros edificios:

  • Favorece la corrosión de los elementos metálicos.
  • Menoscaba los elementos de yeso.
  • Deteriora el mobiliario y las tapicerías.
  • Favorece la aparición de cristales salinos en los elementos pétreos y morteros (eflorescencias).
  • Favorece la aparición de hongos y ácaros sobre las superficies.
  • Aumenta el riesgo de proliferación y diseminación de agentes microbiológicos en el interior de los conductos de ventilación.
  • Origina patologías estructurales, poniendo en riesgo la seguridad de los ocupantes. Cabe señalar que una pared estructural con una tasa de humedad excesiva pierde alrededor del 50% de la carga estructural para la que fue debidamente calculada y ejecutada, ya que disminuye la cohesión de los materiales que la conforman. Además, el agua, en caso de congelación, incrementa su volumen y agrieta los elementos constructivos, reduciendo la estabilidad del conjunto. En el peor de los casos, se puede llegar al colapso de la estructura.

 

Consecuencias negativas del exceso de humedad sobre la eficiencia energética

Una tasa de humedad elevada se traduce, irremediablemente, en una pérdida de calor en los espacios habitados. La humedad no es más que un exceso de vapor de agua, o de agua. Esta agua que se acumula sobre los materiales y las superficies disminuye las características térmicas de los mismos. Ello implica un mayor consumo de los sistemas de calefacción y, en consecuencia, un aumento de la factura de nuestro hogar.

 

Importancia de la ventilación en el control de humedad

La mejor manera de evitar los problemas derivados de un exceso de humedad es la implantación de un sistema de ventilación mecánica controlada de doble flujo que asegure una renovación del aire eficiente y suficiente. Además, gracias a la hermeticidad de este sistema, se establece un control absoluto de los niveles de humedad en el ambiente, con independencia de las condiciones higrométricas del aire exterior.

 

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