La circulación del aire por el interior de un conducto de ventilación se ve alterada por varias factores: la pérdida de carga, la velocidad y los obstáculos que se encuentra a su paso, principalmente codos y cambios de sección.

 

Elementos que obstaculizan la circulación del aire. La velocidad

Este tipo de obstáculos provocan un aumento en la pérdida de carga que se produce dentro del conducto motivada por el rozamiento con las paredes. El circuito que suele realizar el aire dentro de un conducto suele empezar por un rejilla desde la cual se expande, ventila una batería con un intercambiador de calor, atraviesa la compuerta del ventilador y empieza a circular por el sistema de ventilación. A partir de ese momento el aire adquiere una velocidad que puede ser de tres tipos:

  • Velocidad de captación (Va), que es la velocidad necesaria para ventilar una zona situada a una determinada distancia
  • Velocidad de entrada a la boca por la que se aspira el aire (Ve)
  • Velocidad en el plenum (Vp). El plenum es una caja, cabina o tramo del conducto de gran sección en donde la velocidad desciende ostensiblemente. Este elemento se usa para hacer más uniforme el flujo de aire.
  • Velocidad en el conducto (Vc), también llamada velocidad del transporte neumático.

El aire circula por un conducto gracias a la diferencia de presión existente en sus dos extremos. Este es un principio empleado tradicionalmente en los sistemas de ventilación natural. Antiguamente era frecuente utilizar el tiro vertical dentro de una vivienda para poner el aire en movimiento y permitir su renovación. Esto era posible gracias precisamente a la diferencia de presión o temperatura que se producía entre un extremo situado en el interior de una vivienda y el exterior donde la presión siempre es menor.

Una vez que el aire está en movimiento dentro de un conducto de ventilación, debe superar los obstáculos que encuentra a su paso, principalmente los codos y las bifurcaciones. Éstas se pueden resolver mediante uniones en forma de «Y» o «T», tanto en conductos circulares como rectangulares. Para mitigar la pérdida que se produce en los codos, se pueden emplear aletas directrices, uniformemente distribuidas y dispuestas de tal manera que puedan abarcar toda la curvatura del codo. Estas directrices pueden ser de grosor uniforme, de plancha, o bien adoptar perfiles aerodinámicos. La salida vertical de un conducto de ventilación también es un punto singular que debe resolverse adecuadamente. Se deben proteger con una pequeña pieza de remate. En la parte final del conducto se coloca una envolvente tubular que actuará como tobera de difusión vertical que drena la posible agua de lluvia que pueda introducirse en el interior.

En ocasiones y por condicionantes de la construcción, es necesario cambiar la sección de los conductos bien sea en aumento o reduciéndola. En ambos casos es necesario evitar que se produzcan de forma brusca, buscando por el contrario un montaje que permita que el cambio de sección sea progresivo. De esta forma se evitarán pérdidas de carga excesivamente elevadas.

 

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