La calidad del aire

El aire es esencial para la existencia de los seres vivos. En el caso de las personas, exige además unas condiciones que garanticen su higiene y un estado de bienestar dentro de una vivienda. El aire exterior se compone principalmente de dos elementos, Oxígeno y Nitrógeno así como de otros gases en diferentes proporciones como son el Oxido de Carbono (CO), el Dióxido de Carbono (CO2) el Anhídrido Sulfuroso (SO2) y el Metano (CH4). Cuando estos gases no sobrepasan los valores que se indican a continuación, el aire se considera limpio:

 

  • Oxido de Carbono (CO): máximo 1.000 microgramos/m3
  • Dióxido de Carbono (CO2): máximo 65.E-4 microgramos/m3
  • Anhídrido Sulfuroso (SO2): máximo 25 microgranos/m3
  • Metano (CH4): máximo 650 microgramos/m3

 

Desgraciadamente en el aire de las grandes ciudades estos valores son muy superiores, lo que produce la contaminación y la necesidad de filtrar el aire antes de introducirlo en los sistemas de ventilación de los edificios. Ventilar consiste en sustituir una porción de aire interior que se considera nocivo al estar contaminado, por aire limpio procedente del exterior. Si el aire exterior está contaminado será necesario depurarlo mediante filtros colocados en los puntos de admisión, para retener los elementos contaminantes.

 

La velocidad del aire

Aunque pueda parecer lo contrario el aire no es una masa  de gases en reposo , sino que constituye una delgada capa fluida y turbulenta desplazándose constantemente con una velocidad que varía en función de los contrastes térmicos que se dan junto a la superficie de la Tierra. Al desplazamiento masivo de grandes porciones de aire con una cierta velocidad y dirección común se le llama viento. Por su parte, a la ausencia de viento cerca del suelo se le llama calma. El cuerpo humano tiene una especial capacidad para captar el movimiento del aire, lo que incide notablemente en el confort dentro de un espacio cerrado. El aire en movimiento hace disminuir nuestra sensación térmica en verano, lo que lo convierte en un magnífico «refrigerante» para los meses en los que las temperaturas son más altas. El desplazamiento del aire a una velocidad de 0.5 m/sg ya es ligeramente perceptible para el cuerpo humano. El término «aire en calma» implica un movimiento de hasta 0.8 m/sg. A partir de este valor, percibidos perfectamente el movimiento del aire.

La velocidad del aire influye notablemente en el confort de las personas, principalmente por dos causas: la incidencia al chocar sobre ellas y el ruido que produce. En el primer caso y tal y como se ha señalado, se produce un mayor enfriamiento provocado por la corriente de aire que permite que la persona sienta una temperatura inferior. Los valores de la velocidad del aire en relación con el bienestar de las personas quedan resumidos en los siguientes valores:

 

  • Velocidad de 0 a 0.08 m./sg.: aire estancado. No produce ningún efecto sobre el cuerpo salvo la ausencia de aire.
  • Velocidad de 0.12 m/sg.: situación ideal, muy favorable para refrescar zonas donde se concentran temperaturas altas.
  • Velocidad de 0.35 m/sg.: el movimiento del aire es bastante elevado. No es recomendable en lugares como oficinas ya que puede desplazar pequeños objetos como hojas de papel.
  • Velocidad de 0.40 a 1.5 m/sg. Niveles de desplazamiento muy elevados. Es la velocidad del aire que se emplea para instalaciones de ventilación y climatización en grandes espacios.

 

CTA Horizontal E-Book - Vivienda Unifamiliar Passivhaus