Los sistemas de ventilación desarrollan la función de extraer el aire contaminado de los locales de un edificio y reponerlo impulsando aire limpio en su interior a través de aberturas, ventiladores, extractor baño, etc. Para ello es necesario mezclar el aire extraído con aire nuevo limpio procedente del exterior. En este proceso se emplea una instalación cuyos elementos principales se describen a continuación:

  • Aberturas de extracción y aberturas de admisión: se encargan de suministrar aire renovado o extraer el aire viciado de los diferentes locales. Se encuentran ubicadas en los extremos de los conductos de ventilación.
  • Conductos de ventilación: tanto si son de sección circular o rectangular, deben diseñarse para producir la mínima perdida de carga, acumular la menor cantidad de suciedad posible y reducir al máximo el ruido que puede perturbar a los usuarios. Para ello el número de curvas no puede ser excesivo y deben realizarse a 45º durante todo el trazado. Para garantizar el correcto funcionamiento de la instalación, los conductos no pueden tener variaciones bruscas en su diámetro.
  • Ventiladores: tienen la función de hacer circular el aire hacia los conductos formando depresiones o sobrepresiones en el aire circundante. Éste al moverse por los conductos sufre una resistencia que da lugar a una pérdida de carga que debe estar prevista en el cálculo de la potencia eléctrica del ventilador, aunque ello conlleve un aumento de su consumo eléctrico.
  • Intercambiadores de calor. Con la incorporación de estos equipos al sistema de ventilación se consigue recuperar calorías en la extracción del aire viciado en invierno. En verano se encargan de enfriar el aire exterior que se impulsa dentro de los recintos. Todo ello contribuye a aumentar la eficiencia energética de la instalación y los índices de confort de los usuarios.
  • Extractores. Los extractores son pequeños dispositivos eléctricos que se emplean para airear y ventilar determinadas estancias dentro de una vivienda. Los extractores baño son especialmente útiles ya que permiten reducir el moho y los malos olores. También ayudan a conservar las paredes, los techos y las juntas en buen estado al evacuar el aire hacia el exterior y evitar las condensaciones.

 

El Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) establece una serie de normas que se deben cumplir en el caso de que la instalación de ventilación esté expuesta a la intemperie:

  • Se colocarán preferiblemente conductos de sección ovalada o circular. Los conductos de sección rectangular suelen deformarse en su parte superior formando una concavidad donde se acumula agua de lluvia. Ésta acaba oxidando el material de revestimiento de los conductos tanto si son de acero galvanizado o de aluminio.
  • Cuando se incorpora aislamiento térmico alrededor de los conductos debe emplearse un material que soporte la acción de los rayos ultravioleta, ya que no todos los materiales aislantes tienen esa propiedad.
  • La unión entre las juntas de la protección exterior debe ser ejecutada garantizando su estanqueidad para que no pueda infiltrarse agua en el interior donde se encuentra el material aislante. Un aislamiento térmico que esta humedecido, sobre todo si se compone de fibras, deja de cumplir su función aislante.
  • Cuando los conductos se instalan sobre una cubierta o en cualquier otro lugar donde por motivos de mantenimiento es previsible que circulen personas, es necesario diseñar e instalar lugares por donde se pueda circular por encima de las conducciones para evitar los daños producidos por las pisadas.

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